El gobierno de la provincia de Columbia Británica en el oeste canadiense, está siendo criticado por un organismo de control independiente por la forma como maneja la situación de una población amenazada de osos grizzly en el área de Kettle-Granby.
La Oficina de Prácticas Forestales (Forest Practices Board) dice que la provincia no ha manejado de manera efectiva los riesgos que representan las carreteras forestales para los osos. El organismo agrega que las licencias de la industria forestal no cumplen con los límites de densidad de circulación recomendados por el gobierno en esas carreteras.
El bajo número de osos grizzly en la zona de Kettle-Granby, situada al norte de Grand Forks, cerca de la frontera con Estados Unidos, fue preocupante en la década de los 90, aunque la población se haya estabilizado o aumentado en los últimos 20 años, afirma la Oficina de Prácticas Forestales.
El ministerio de Bosques, Tierras, Operaciones de Recursos Naturales y Desarrollo Rural de Columbia Británica confirmó en un inventario hecho en 2015, el aumento de la población, tanto de osos grizzli como de otras variedades que la habitan, en la zona. Pero, a pesar de ese inventario, la Oficina dice que la población de osos Grizzly sigue estando amenazada.
En un comunicado, el ministerio dice que una reglamentación gubernamental vigente desde 2010 protege la vida silvestre en un área de 5.400 kilómetros cuadrados, incluyendo la protección de los osos grizzly, restringiendo las actividades forestales y prohibiendo la construcción de carreteras en esa área crítica.
RCI/The Canadian Press
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