El pastor de la región de Toronto, Hyeon Soo Lim, dijo que tener la ciudadanía canadiense fue la razón por la cual no fue ejecutado ni torturado durante sus más de dos años de detención en Corea del Norte.
«Si fuera coreano, tal vez me hubieran matado», dijo Lim durante una entrevista con Rosemary Barton, de la cadena pública CBC/Radio Canadá.
Barton le preguntó: «¿Ser canadiense salvó tu vida?»
-Creo que sí -respondió Lim-.

Ciudadano canadiense de 63 años, que emigró de Corea del Sur en 1986, Lim es ministro de la Iglesia Presbiteriana Luz Coreana en Mississauga, Ontario.
Fue arrestado en enero de 2015 cuando viajó a Corea del Norte en una misión humanitaria y sentenciado en diciembre a una vida de trabajo forzado por supuestamente tratar de derrocar al régimen usando actividades religiosas.
Los fiscales estatales pidieron inicialmente la pena de muerte.
Lim reconoció que fue a Corea del Norte aunque el gobierno canadiense advirtió contra todos los viajes a ese país.
«No pensé que fuera peligroso», dijo en coreano. (Lim no habló mucho inglés durante sus 2 años y medio bajo custodia y contestó la mayoría de las preguntas de la entrevista en coreano con la ayuda de un traductor).
Lim, quien había hecho más de 100 visitas a Corea del Norte desde 1997, dijo que sus viajes tenían por objetivo ayudar a la gente y que no eran políticos. Su iglesia fundó un asilo de ancianos, un vivero y un orfanato en la ciudad noreste de Rajin.
La práctica religiosa y las actividades evangélicas están prohibidas en Corea del Norte. Lim dijo que «nunca ha predicado en Corea del Norte», pero admitió que su presencia en el país podría haber sido suficiente para preocupar al régimen de Kim Jong-un.

Obligado a confesar
Lim dijo que fue coaccionado para confesar que viajó “camuflado” de trabajador humanitario como parte de un «complot subversivo» para derrocar al gobierno y establecer un «estado religioso».
«Escribieron lo que yo tenía que decir delante de la gente, y lo hice…», explicó.
El pastor dijo que nunca sufrió daños durante sus más de 900 días que pasó en custodia de Corea del Norte. Señaló que lo trataron bien a pesar de verse obligado a cavar agujeros y romper el carbón a mano todo el día en un campo de trabajos forzados.
«Trabajo duro «, dijo, riendo entre dientes.
Y fue su fe cristiana la que lo salvó en la batalla contra la abrumadora soledad y aislamiento, dijo Lim.
Gestiones de Canadá
Mientras Lim vivía bajo la vigilancia constante de los guardias norcoreanos, los miembros de la familia habían instado al gobierno canadiense a presionar a Corea del Norte para que asegurara su liberación.
Canadá no tiene oficinas diplomáticas en Pyongyang y confía en Suecia para manejar asuntos consulares. Sin embargo, los diplomáticos canadienses visitaron Lim al menos tres veces durante su detención; los ministros de Asuntos Exteriores de Canadá discutieron dos veces el caso de Lim con el ministro de Relaciones Exteriores de Corea del Norte, Ri Yong-ho.
«Creo que el gobierno estuvo trabajando por mí», dijo Lim, sobre el esfuerzo entre bambalinas del gobierno de Trudeau. «Siempre esperaba volver, pero no sabía cuándo.»
El llamamiento a la acción tomó nuevo giro en junio tras la muerte de Otto Warmbier, un estudiante estadounidense que murió una semana después de ser liberado por Corea del Norte en coma. Lim cree que la muerte de Warmbier «influyó en mi liberación».
El 9 de agosto, Corea del Norte liberó a Lim por razones humanitarias, un día después de que una delegación canadiense de seis miembros encabezada por Daniel Jean, consejero de seguridad nacional y de inteligencia del primer ministro Trudeau, viajara a Pyongyang.
Su liberación fue repentina, recibiendo un aviso 15 minutos antes de que las autoridades canadienses vinieran a buscarlo.
Lim dice que no intercambió dinero con Corea del Norte por su libertad.

Corea del Norte ‘amenazada’ por EE.UU.
Dos semanas después de regresar a Canadá y reunirse con su familia, Lim cree que ahora tiene una mejor comprensión de la perspectiva de Corea del Norte sobre el mundo.
«Ellos creen que son débiles y que están amenazados por los Estados Unidos que están tratando de matarlos», explicó Lim, cuando se le preguntó qué piensa que los canadienses deben saber sobre Corea del Norte.
«Es por eso que están preparando las armas nucleares en Corea del Norte y piensan: ¿por qué se permite a los Estados Unidos tener esas armas nucleares, y por qué no a Corea del Norte?».
El pastor presbiteriano dijo que no siente cólera por el régimen de Kim Jong-un por condenarlo a prisión.
«No, agradezco a Corea del Norte, les perdono», dijo.
Lim dijo que no dudaría en volver a Corea del Norte, si el país lo permitía.
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