Un grupo de una treintena de diputados, miembros del gobernante Partido Conservador, reclamó la renuncia de la primera ministra de Gran Bretaña, Theresa May, y pidió la elección de un nuevo dirigente a la cabeza de la formación.
“Creo, al igual que un cierto número de mis colegas, que es tiempo de hacer frente al problema de liderazgo”, sostuvo el diputado Grant Shapps, ex ministro de Desarrollo Internacional, en una entrevista radiofónica.
El legislador sostuvo que no es posible continuar con las actuales condiciones y que “es el momento de organizar una nueva elección de nuestros dirigentes o, al menos, de preparar un calendario en ese sentido”.
Los comentarios tuvieron lugar en momentos en que reina un malestar generalizado tanto entre los conservadores como en el conjunto del mundo político británico, dos días después del calamitoso discurso que la primera ministra pronunció durante el cierre del congreso de su partido, llevado a cabo en la ciudad de Manchester.
La jefa del gobierno, afectada por un ataque de tos, se expresó con extrema dificultad, luego de haber sido el blanco de un manifestante que la interrumpió para entregarle un formulario de despido “de la parte” del ministro de Relaciones Exteriores, Boris Johnson, al tiempo que las letras que presentaban el lema partidario, “Construyendo un país que funcione para todos”, ubicado a espaldas de May, desaparecían una tras otra.
La posición de la primera ministra al frente del gobierno es cuestionada periódicamente desde junio último, y la pérdida de la mayoría en el parlamento, por parte de los conservadores, tras las elecciones legislativas que May decidió convocar por anticipado, cuando creía que su gobierno era capaz de aumentar su poder en la Cámara de los Comunes.
Según el estatuto partidario, un mínimo de 48 miembros del parlamento es necesario para convocar al Comité 1922, encargado de la organización interna de los Tories (como se conoce a los conservadores en Gran Bretaña).
La ministra del Interior, Amber Rudd, que también es fuertemente cuestionada, tomó partido en el debate y se pronunció a favor de la continuidad de May, como afirmó en la columna que publicó en un periódico londinense.
Gran Bretaña se encuentra en un momento de gran tensión política, debido a las negociaciones en marcha para salir de la Unión Europea, que hasta el momento han conseguido poco avance.
Por primera vez en muchos años, el opositor Partido Laborista cosecha apoyo creciente en los sondeos de opinión y la figura de su líder, Jeremy Corbyn, cobra fuerza como posible futuro primer ministro británico.
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