El pasado 14 de octubre de 2017, en el distrito de Hodan en Mogadiscio, la capital de Somalia, estalló un camión bomba que llevaba unos 350 kilos de material explosivo.
Este atentado se produjo en una de las áreas comerciales de la capital somalí, causando un gran número de muertos civiles.
El efecto destructivo de este camión-bomba fue ampliado debido a que en las proximidades se encontraba un camión cisterna que también estalló en una inmensa bola de fuego.
Este fue el atentado más mortífero en la historia contemporánea de Somalia.
El pasado 20 de octubre el ministro somalí de Información, Abdirahman Osman, comunicaba mediante su cuenta en la red social Twitter: “Último balance de víctimas 642 (358 muertos, 228 heridos, 56 desaparecidos). 122 personas heridas trasladadas en avión a Turquía, Sudán y Kenia”.

El gobierno de Somalia, encabezado por el presidente, Mohamed Abdullahi Farmajo, decretó tres días de luto e hizo un llamado urgente para que la población acuda a donar sangre para salvar la vida de los heridos.
A diferencia de la congoja internacional en reacción al ataque contra el semanario satírico francés Charlie Hebdo, cometido en 7 de enero de 2015 en el cual doce personas resultaron muertas y otras 11 heridas, las redes sociales como Facebook o Twitter, que en ese entonces difundieron masivamente el eslogan “Je suis Charlie” en gesto de solidaridad con las víctimas en París, en esta ocasión, ante los muertos en África, no reflejaron una reacción similar.

Entrevistado por Radio Canadá Internacional, el imán canadiense Hassan Guillet sostiene que esta situación parece mostrar que el valor de la vida humana depende de la geografía y de los rasgos de los muertos.
Guillet también destaca que la prensa actúa de modo diferente frente a los rasgos étnicos del responsable de un ataque, indicando como prueba que tanto el estadounidense blanco Stephen Paddock, que mató a 58 personas e hirió a unas 546, sí como el canadiense blanco Alexandre Bisonnette, que masacró a seis musulmanes en una mezquita en Quebec, no son considerados por los medios como terroristas.
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