El presidente de la Generalidad de Cataluña, Carles Puigdemont, rechazó este jueves la exigencia del gobierno de Rajoy de convocar a unas elecciones regionales adelantadas como manera de superar el enfrentamiento entre el gobierno central y los independentistas que quieren dejar España.
Los sectores que se oponen a la independencia catalana esperaban que Puidgemont anunciara la celebración de unos comicios para frenar las medidas que Madrid planifica para imponer el control directo sobre el gobierno y las instituciones en Cataluña, donde el partido de gobierno, el Partido Popular de Rajoy apenas obtuvo el 8 % de apoyo electoral.
No obstante, en una esperada declaración institucional en la sede del Gobierno regional catalán en Barcelona, Puigdemont aseguró que no recibió garantías suficientes por parte del Ejecutivo central de que unas elecciones evitarían la imposición del mandato directo.

“Saben que he estado dispuesto a convocar elecciones siempre que se dieran garantías. No se dan estas garantías que justifiquen hoy convocar elecciones”, afirmó el presidente de la Generalidad de Cataluña.
Puidgemont señaló que ahora depende del Parlamento catalán avanzar en el mandato para separarse de España tras el referendo por la independencia que se celebró el 1 de octubre, un acto que Madrid declaró ilegal y reprimió con violencia.
Puigdemont había llamado a Madrid al diálogo tras ese referendo, pero el gobierno español hizo oídos sordos a ese pedido optando por la mano dura. Rajoy quiere que el Senado español apruebe la intervención de las instituciones y la policía catalana y otorgue poderes al Ejecutivo para destituir al líder catalán.
Estas medidas podrían generar la protesta y resistencia catalana, además de enfrentamientos en las calles, ya que el movimiento independentista prometió lanzar una campaña de desobediencia civil.
La vicepresidenta española, Soraya Sáenz de Santamaría, dijo ante una comisión del Senado que los secesionistas mostraron “su cara verdadera”, ya que “no han traído la tierra prometida”, sino solo “ensoñaciones y engaños”.

El objetivo del Artículo 155 de la Constitución, que impondrá por la fuerza el control directo estatal sobre Cataluña, es garantizar que cualquier elección se desarrolle en una situación normal y neutral, aseguró.
La crisis política, la más grave desde el fin de la dictadura franquista y el regreso de España a la democracia hace cuatro décadas, ha dividido a Cataluña y generado un profundo resentimiento en otras zonas del país. También ha provocado la huida, en algunos casos fomentada por Madrid, de empresas de la rica región y ha preocupado a los líderes europeos, que creen que el ejemplo de Cataluña está alentado las aspiraciones independentistas en otras partes del continente.
No está claro aún si el presidente español, Mariano Rajoy, aplicará de inmediato el control directo sobre Cataluña, o solo buscará la autorización del Senado sin hacerlo efectivo sobre el terreno. También es incierto cómo se implementaría en términos prácticos y cómo reaccionarán los funcionarios civiles y la policía catalana.
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