Roque Carbajo vino al mundo con la música en la sangre. Creció en medio de la música y de los músicos. Él es hijo del Dr.Roque Carbajo. Un médico que tenía y sentía una gran pasión por el bolero. En su México natal componía boleros y en 1948 ganó una gira en Centroamérica con su canción Hoja seca.
El Dr. Carbajo salió a hacer su gira y ya no tuvo más ganas de regresar a México. Dejó su consultorio y se fue a Europa en donde conoció a la que sería la madre de su hijo. Una vez la pareja formada siguieron de gira y Roque nació en uno de esos viajes. En Niza, una de las ciudades más hermosas de Francia.
Así, en ese entorno de música mexicana y de boleros fue creciendo Roque. Un día, sin más allá y sin más acá, agarró una guitarra y se puso a rascarla. Su papá lo vio, lo escuchó y se dijo: “Ya este está vacunado para la música”. Y empezó a darle algunas nociones, de tal manera que poco a poco el pequeño Roque, a los 7 años ya empezaba a hacer acordes.
Su padre como buen mexicano, en Europa interpretaba música de su país, pero también, debido a todos los amigos que tenía, música de otros países sudamericanos.
Mientras tanto, Roque que se iniciaba a la música fue creciendo al son de la música mexicana y latinoamericana. Desde entonces, nunca más soltó la guitarra.
Ya adolescente era un buen guitarrista. Pero los músicos, guitarristas amigos de su padre le decían: “Mira, si quieres seguir con esto tienes que estudiar”. Al principio, con esa desenvoltura que tiene la adolescencia, Roque no prestó mucha atención a este consejo, pero con el correr del tiempo, poco a poco fue tomando conciencia de la necesidad de estudiar música.
Para ese entonces, en la década de los 70, ya radicado en París, estudió guitarra clásica durante un año en la Academia de guitarra con el maestro Antonio Membrado. Allí se dedicó sobre todo a afinar la técnica y aprendió la escritura. “Yo había compuesto ya una o dos piezas para guitarra pero sin saberlas escribir”, me dice Roque en entrevista. Allí empezó a poner sobre papel las melodías que componía. Que estuvieron siempre en su mente, pero nunca en el papel.
EscucheDe esta pasión y mucho más conversamos con Roque Carbajo.
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