La temperaturas glaciales que aquejan a buena parte del territorio canadiense desde hace varios días no son un fenómeno nuevo.
Si bien la atención de autoridades y el público en general ha estado puesta en las últimas horas en la llamada “bomba meteorológica” que afecta a Canadá y Estados Unidos, con su saldo de destrucción y desolación, la situación de los sin techo frente al invierno es siempre motivo de preocupación.
En ese sentido, la ciudad de Toronto, la más extensa y más poblada de todo el país, enfrenta una crisis sin precedentes, ante la imposibilidad de dar refugio adecuado al mayor número de personas sin hogar que buscan escapar al frío glacial, con temperaturas que muchas veces descienden a niveles inferiores a los 20 grados bajo cero.
Al respecto, el alcalde de la ciudad, John Tory, reconoció estar reconsiderando la posibilidad de reabrir las instalaciones de un arsenal en desuso, para alojar allí a las personas que buscan techo.
El propio jefe comunal y el Consejo Municipal local habían rechazado esa idea el mes último, antes que llegara a Toronto, y a otras partes del país, una ola de frío intenso que se ha prolongado más tiempo de lo que ocurre habitualmente.
Las instalaciones en cuestión son las del Moss Park Armoury, un arsenal que fue utilizado con el mismo fin en años recientes, pero sólo para albergar personas en necesidad durante las noches, ya que en el día el predio era utilizado por las fuerzas armadas canadienses.
Números en alza
Según datos de la ciudad, en el primer día del año, los diversos refugios con los que cuenta Toronto dieron albergue a 5.460 personas, lo que significó haber utilizado el 95 por ciento de las disponibilidades.
La cifra ya es superior a los 5253 sin techo que las autoridades contabilizaron en la última medición, llevada a cabo en 2013. Un nuevo sondeo está previsto para el presente año, y los expertos predicen un número muy superior, ante la agresividad de las condiciones climáticas actuales.
Del total de las personas contadas, el 65 por ciento son hombres y el 29 por ciento de ellas cuenta con edades de 51 años o más.
Buscando soluciones
Al alcalde Tory sostuvo que su administración se encuentra en conversaciones avanzadas con Ottawa y con las autoridades provinciales de Ontario para definir la reapertura del arsenal, que es propiedad del gobierno federal.
Contar con ese predio permitiría agregar un número no inferior a 100 camas, que serían de gran ayuda para dar respuesta a la mayor solicitud de refugio, que registró un aumento del 30 por ciento con respecto a los datos registrados en similar época del año en 2017.
“La demanda continúa creciendo y el sistema se encuentra indudablemente bajo presión”, confirmó el intendente, quien agregó que las condiciones meteorológicas excepcionalmente difíciles han puesto al sistema “al borde del abismo”, aun cuando la capacidad del mismo ya había sido reforzada.
En los últimos días, la ciudad agregó 30 camas en una de sus principales instalaciones en el centro de la ciudad, y el gobierno local se comprometió a sumar otras 400 plazas en lo inmediato y construir nuevos refugios a lo largo de 2018.
Por su parte, la primera ministra de Ontario, Kathleeen Wynne, sostuvo que “proteger a los residentes sin techo de las duras condiciones climáticas es una prioridad alta”.
“Nuestra preocupación inmediata es trabajar lo más rápido posible con la ciudad para asegurar que haya espacio para toda persona que necesite un lugar cálido”, sostuvo la mandataria.
Improvisación
Más allá de las declaraciones de los funcionarios, se han escuchado voces que señalan falta de previsión e improvisación por parte de las autoridades.
La habilidad de la ciudad de Toronto para lidiar con las necesidades de la gente sin hogar es sujeto de dos investigaciones, tras la confusión que surgió en días recientes en relación con las plazas disponibles para hacer frente a la ola polar.
Distintos agentes comunitarios denunciaron que intentaron encontrar lugares para ubicar a la gente sin hogar, mientras se prolonga el frío, y que en muchos casos recibieron como respuesta que no había sitio disponible.
Una pesquisa es impulsada por el Ombudsman de la ciudad, quien busca dilucidar por qué numerosos refugios declararon haber completado sus capacidades de alojamiento mientras que la municipalidad, por su parte, sostuvo que había aún numerosos espacios libres para ser ofrecidos.
Aspiraciones y realidad
El 93 por ciento de quienes buscan alberque en los refugios de Toronto sostiene que quiere tener su propio hogar. El alquiler promedio de un ambiente único en la urbe cuesta 942 dólares mensuales. El 46 por ciento de las personas que alquilan en la ciudad destina el 30 por ciento de sus ingresos, antes del descuento de impuestos, al pago del alquiler de su vivienda.
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