En importante aumento desde hace al menos dos años, la violencia en Rio de Janeiro alcanzó un punto particularmente álgido durante las celebraciones del Carnaval de este mes, cuando miembros de bandas criminales fueron filmados mientras perseguían y golpeaban a turistas en la playa de la ciudad. El gobernador pidió ayuda federal, y el presidente Michel Temer emitió un decreto que desde el 16 de febrero puso a un comandante militar a cargo de la policía de Río. La medida ya ha puesto a miles de soldados en las calles y se espera que aumente drásticamente las operaciones contra las bandas de narcotraficantes que operan en gran parte en las favelas, o zona pobres de la ciudad.
El Congreso aprobó unánimemente el decreto de Temer, aunque los líderes de la oposición lo acusaron de utilizar la medida para mejorar su popularidad. El presidente tiene una nota de aprobación del 9 por ciento.
Otros observadores expresaron preocupación de que la intervención pisoteará los derechos civiles de los pobres, en particular los negros, y dará lugar a una mayor brutalidad policial. También expone una profunda división entre los residentes de Río en las partes acomodadas de la ciudad y los que viven en barrios marginados, que son las principales víctimas de la violencia criminal y los intentos de tomar medidas enérgicas contra ella.
La intervención «no resolverá la criminalidad o el narcotráfico», dijo Spartakus Santiago, un joven de 23 años que trabaja en publicidad en Río y es uno de los creadores del video. «Aumentará el miedo a las personas que viven en estas comunidades, personas inocentes que no están involucradas con el crimen».
Miembros de las fuerzas armadas patrullan durante una operación contra traficantes de drogas en la barriada Vila Alianca, en Río de Janeiro, Brasil el 27 de febrero de 2018. ©REUTERS / Ricardo Moraes
Los expertos en seguridad señalan que muchas ciudades y estados en Brasil tienen niveles de violencia aún más altos que Río. El general Walter Braga Netto, el hombre que supervisa la intervención militar, envió señales contradictorias cuando, al ser nombrado, minimizó la violencia en Río diciendo que había «muchos medios» cubriendo cada desarrollo.
Jefe de la policía federal pierde su puesto
En un evento aislado que podría o no tener una relación directa o indirecta, el nuevo ministro de seguridad pública de Brasil despidió al jefe de la policía federal del país luego de los comentarios públicos que hizo sobre una investigación sobre el presidente Michel Temer.
Una portavoz del ministro de seguridad, Raul Jungmann, dijo el martes que decidió reemplazar al jefe de policía Fernando Segovia, quien fue nombrado por Temer hace poco más de tres meses. El reemplazo de Segovia será el secretario de Seguridad Nacional, Rogerio Galloro. Segovia fue criticado públicamente por sugerir en una entrevista a los medios que se descartaría una investigación en curso sobre Temer.
Un juez de la Corte Suprema ordenó a Segovia aclarar sus comentarios, y el principal fiscal de Brasil dijo que no debería hablar públicamente de las investigaciones de la policía federal.
Radio Canadá Internacional con Associated Press y Reuters
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