Las fuerzas armadas brasileñas lanzaron a primera hora del miércoles 7 de marzo una operación en una de las favelas más grandes de Rio de Janeiro.
Se trata del tercer operativo de ese tipo desde que el presidente del país, Michel Temer, firmó un decreto transfiriendo al ejército el comando de las operaciones contra el crimen organizado.
La operación se lleva a cabo en Vila Kennedy, en el oeste de la ciudad, con 900 efectivos apoyados por vehículos blindados, helicópteros y equipamiento pesado, según sostuvo un comunicado del comando conjunto de las fuerzas de seguridad.

Elementos utilizados por las bandas criminales para bloquear arterias en la favela. REUTERS/Pilar Olivares.
La maniobra implicó el bloqueo del acceso a la zona y los responsables no descartaron impedir el sobrevuelo del lugar por parte de aeronaves civiles.
Para desplazarse por la zona, los efectivos debieron despejar los bloqueos en arterias del lugar, presuntamente erigidos por grupos de narcotraficantes. Se trata de obstáculos pesados, en ocasiones con uso de concreto, con el objetivo de impedir los movimientos de las fuerzas de seguridad en el interior de la favela.
El sábado último, en ocasión de una operación similar, los uniformados debieron desarmar barricadas colocadas en las calles, pero las bandas delictivas las volvieron a instalar poco después de la partida de los militares.
La policía prevé dictar órdenes de arresto contra presuntos integrantes del crimen organizado, agregó el comunicado dado a conocer.
Se trata de la tercera operación armada desde la firma del decreto presidencial, a mediados de febrero último, que dio vía libre a los militares para combatir lo que Temer calificó de “metástasis” de la violencia de las bandas criminales, que afecta a Río de Janeiro desde el fin de los juegos olímpicos celebrados en el verano de 2016.

Entidades advirtieron contra posibles abusos en detrimento de los pobladores de la zona. REUTERS/Pilar Olivares.
La medida de Temer fue criticada por los defensores de los derechos humanos, que temen que los habitantes de las favelas, como se conoce a los barrios precarios en Brasil, sufran abusos durante el accionar de las tropas.
Se estima que un cuarto de la población de la ciudad, que oficialmente supera los 6 millones de habitantes, vive en esos barrios desfavorecidos, donde abunda la pobreza.
Al mismo tiempo, las entidades de derechos humanos denuncian que los operativos realizados con anterioridad y la reciente movilización de miles de militares en Río de Janeiro, no dieron los frutos anunciados por las autoridades.
Hasta el momento, las fuerzas del orden lograron detener a 260 personas y secuestraron armas y drogas, pero la violencia en la calles de una de las ciudades más populosas de país sigue en aumento.
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