Las escuelas residenciales para indígenas en Canadá, establecidas en 1884 por Ottawa y dirigidas por la iglesia católica, tenían como objetivo final la asimilación de los niños indígenas, que habían sido arrancados de sus familias, a la cultura dominante occidental.
Por esas escuelas, que estuvieron en funcionamiento hasta 1996, pasaron unos 150.000 niños y niñas indígenas. Se estima que unos 6.000 murieron en estas instituciones, que fueron escenario de múltiples abusos psicológicos, físicos y sexuales.
Para las Primeras Naciones, esas escuelas representan un intento de genocidio cultural por parte del Estado canadiense, cuyas secuelas todavía golpean a las comunidades indígenas en el país.
Durante una visita al Vaticano el año pasado, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, le pidió personalmente al Papa Francisco que considerara el gesto de pedir disculpas a los indígenas canadienses. Pese a este pedido y los antecedentes previos, el Papa se negó a brindar esa disculpa a los pueblos originarios en Canadá.
Ellen Gabriel, indígena mohawk, reaccionó destacando el carácter racista de la negativa del papa a pedir disculpas a los indígenas canadienses.
«Me parece que el Papa es irresponsable, no está aceptando la responsabilidad por el papel de la Iglesia en ese capítulo oscuro en la historia de Canadá, y creo que es una decisión racista de su parte, considerando la magnitud de la destrucción de la identidad de los pueblos indígenas.»
Ellen Gabriel, líder indígena mohawk canadiense
Una de las 94 recomendaciones de la Comisión de la Verdad y Reconciliación que examinó en Canadá la situación de los pueblos indígenas fue una disculpa papal. Esa Comisión recomendó una disculpa similar a la ofrecida por el Papa a las víctimas irlandesas de abusos sexuales en 2010. En 2015, el Papa Francisco emitió una disculpa en Bolivia a los pueblos indígenas de las Américas por los «graves pecados» del colonialismo.
En Ottawa, la reacción del primer ministro Trudeau fue de decepción.
«Obviamente estoy decepcionado ante la decisión de la Iglesia Católica de no pedir disculpas por su papel en las escuelas residenciales. Tenemos que recordar que la reconciliación no es algo que ocurre solamente entre el gobierno y la población indígena, también tiene que llevarse a cabo entre canadienses no indígenas y los indígenas canadienses».
Justin Trudeau, primer ministro de Canadá.
Sobre este tema, el periódico canadiense Toronto Star publicó un editorial con el título “El Papa Francisco pierde una gran oportunidad al no pedir disculpas por el papel de la Iglesia Católica en las escuelas residenciales de Canadá”.
La mayoría de la gente prefiere «ver» un buen sermón que escucharlo, porque no hay inspiración más poderosa que el ejemplo.
Qué oportunidad desaprovechada, y qué poco tacto mostró el Papa Francisco al negarse justo en semana santa, a través de los obispos católicos de Canadá, a disculparse ante los pueblos indígenas en el país por los abusos perpetrados por sacerdotes, monjas y maestros en las escuelas residenciales operadas por la iglesia católica.
En el mundo cristiano, ésta es la Semana Santa, la semana de la crucifixión de Cristo, el Viernes Santo, que es el recuerdo del acto de redención más célebre de la historia. Cristo murió, se les enseña a los cristianos, para redimir los pecados del mundo.
La contrición, que es el estado de mostrar pesar por la carga del pecado, de ser lo suficientemente humilde para expiar los pecados, es uno de los principios fundamentales de la enseñanza católica. Tiene hasta su propia oración: el Acto de Contrición, que como su nombre los dice, es un acto.
Desde esta perspectiva, causa consternación que el Papa haya decidido no pedir disculpas a los indígenas canadienses, sostiene el editorial del Toronto Star.
Mediante una carta, la Conferencia Episcopal Canadiense expresó que aunque el Papa reconoció las injusticias que enfrentan los pueblos indígenas en todo el mundo a causa del colonialismo y la conducta de los agentes de la Iglesia, él “sintió que no podía responder personalmente» a las peticiones de disculpa a los indígenas de Canadá.
En 2008, el gobierno de Canadá se disculpó oficialmente por el daño causado por estas escuelas residenciales para niños indígenas.
Hace tres años, en Bolivia, el Papa emitió una disculpa general a los pueblos originarios de las Américas por los » graves pecados » cometidos en su contra por el colonialismo. En 2010, el Papa Francisco pidió disculpas a las víctimas irlandesas por los abusos sexuales sufridos a manos del clero.
Es un misterio comprender, más allá de los temores y dictados de los abogados, por qué el Papa no pudo realizar un acto de contrición similar. En asuntos tan dañinos como fue la manera en que la iglesia y sus siervos trataron a las Primeras Naciones de Canadá, los hechos hablan más fuerte.
Y como enseña la Biblia: «La fe sin obras está muerta», dice finalmente el editorial del periódico canadiense Toronto Star.
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