La población obligada a desplazarse de sus hogares en el mundo aumentó en 2017 alcanzando 68,5 millones de personas al final del año. Esa cifra representa 2,9 millones de personas más que en 2016, un nuevo récord, según el más reciente informe de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados, la ACNUR.
En América Latina, el mayor aumento de desplazamientos forzados en 2017 se observó en Venezuela (345.600). En ese país, la difícil situación de seguridad, la pérdida de ingresos como consecuencia de la actual situación económica y la escasez de alimentos y medicinas impulsaron a un gran número de personas a abandonar su país durante el año.
Según el informe anual de la ACNUR, algunos países de la región de América Latina han implementado programas al margen del sistema de asilo formal para
que ciudadanos venezolanos residan durante un periodo prolongado (de uno a dos años), con acceso a trabajo y servicios sociales.
Al final de 2017, los países de acogida que comunicaron grandes números de venezolanos en esta categoría fueron:
- Chile (84.500),
- Colombia (68.700),
- Argentina (56.600),
- Panamá (48.900),
- Ecuador (41.000),
- Perú (31.200),
- Brasil (8.500)
- Uruguay (6.200).
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Otra de las situaciones en evolución en 2017 fue el aumento de refugiados y solicitantes de asilo procedentes del norte de Centroamérica. Se incrementó el número de personas que emprendieron el peligroso viaje hacia el norte para pedir asilo en México y Estados Unidos, al tiempo que los venezolanos seguían saliendo hacia países vecinos, otros países de la región y otros más lejanos.
Al finalizar el año, 68,5 millones de personas se encontraban desplazadas forzosamente en todo el mundo debido a la persecución, los conflictos o la violencia generalizada.
Como consecuencia, la población desplazada forzosamente del mundo siguió una vez más en máximos históricos.
Con informaciones de la ACNUR.
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