Las migraciones que se registran actualmente en América Central no se debe a cuestiones económicas, sino que tiene su causa principal a los altos niveles de violencia que existen actualmente en la región.
Esos desplazados son sujeto de un trato que no sólo tiende a agravar su situación, sino que implica un incumplimiento de normas internacionales sobre la protección de los refugiados.

Familias enteras huyen de sus lugares de residencia habitual, en busca de paz y estabilidad. REUTERS/Edgard Garrido.
Los recientes años de guerras y conflictos armados, que sacudieron a varios países centroamericanos, no dieron lugar a la instauración de una institucionalidad democrática en el más amplio sentido del término, cuando el aparato estatal se convierte en garante de la justicia y la convivencia social, además de promover la defensa de los derechos humanos.
La proliferación de pandillas, el crimen organizado, incluyendo el narcotráfico y la trata de personas, la generalización de la corrupción, con esquemas políticos que la encubren y sacan su provecho de la misma, y la instauración de un modelo económico que favorece a los sectores privilegiados en detrimento del resto de la población, impidieron la reconstrucción de las sociedades tras los conflictos internos.

Las mujeres y los niños son víctimas principales de las políticas neoliberales en la región. REUTERS/Edgard Garrido.
Los avances en América Central para revertir la situación de los desplazados son prácticamente nulos; incluso, se puede hablar de un retroceso, ya que la cifra de personas que deben abandonar sus lugares de origen sigue aumentado cada año. A fines de 2017, 294.000 solicitudes de refugio se presentaron por parte de habitantes del norte de América Central, lo que implica un aumento del 58 por ciento respecto del año precedente.
En el caso específico de Honduras, tras el golpe de Estado que desalojó del poder al presidente Manuel Zelaya, en 2009, la violencia ha ido incrementándose en alguna medida, dice nuestra entrevistada, debido a la falta de respuesta por parte de la comunidad internacional en apoyo al gobierno constitucional.

Los muros no son una respuesta adecuada para la crisis de los desplazados. REUTERS/Jorge Duenes.
Ante los reclamos de la administración estadounidense, que acusa a los países de América Central de no hacer los suficiente para detener el flujo de personas hacia su territorio, justificando políticas aberrantes, como la de separar a padres e hijos, la luchadora por los derechos humanos sostiene que esos argumentos son falsos y que Washington apela a una doble moral cuando responsabiliza a otras naciones, siendo que ha apoyado a las oligarquías locales y se ha beneficiado de la corrupción, la droga y el tráfico de personas originado en Centroamérica.
El Siglo 21 se presenta como un escenario propicio para el favorecimiento de los intereses personales y económicos sectoriales, por sobre el interés humano y sociale, amenazando los avances y conquistas obtenidos en materia de derechos humanos durante el Siglo 20.
Claudia Samayoa, defensora de los derechos humanos en Guatemala, desarrolla el tema en entrevista con Luis Laborda.
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