California se encuentra aún inmersa en los incendios más graves de su historia, destruyendo enormes extensiones de tierras y arrasando con miles de viviendas a su paso.
La virulencia del fuego hizo que en sólo 11 días quedara totalmente calcinada una superficie equivalente a la mega ciudad de Los Ángeles, que abarca más de 1200 kilómetros cuadrados, en uno de los varios focos que afectan al estado.
Cerca de 14.000 bomberos, provenientes de todo el país y del extranjero, intentan controlar los 18 incendios en uno de los veranos más calurosos que haya afectado a la zona, y con vientos intensos, que sirvieron de combustible a las llamas, avanzando a través de bosques y zonas rurales, al tiempo que amenazaban a sectores urbanos y reducían a cenizas barrios enteros.

Obligada a dejar su casa, esta familia se mudó a su vehículo. Foto: JOSH EDELSON/AFP/Getty Images.
Uno de los responsables del cuerpo de bomberos local sostuvo que las flamas son más intensas que en ocasiones anteriores y que consumen todo a su paso también más rápidamente.
Las imágenes de televisión muestran llamas que avanzan a alta velocidad, en forma de remolinos, como si se tratara de un tornado de fuego.
Las densas cortinas de humo tornan el ambiente irrespirable, al tiempo que imponen un severo riesgo para la vida de personas ancianas, niños, con problemas respiratorios y para los animales.
Las altas marcas mercuriales de las últimas semanas no ayudan a combatir el siniestro. Por el contrario, numerosos focos surgieron en días recientes y las autoridades temen que lo peor aún no haya llegado, ya que todavía se espera el pico de la época de incendios en la región.

Vastas zonas de California fueron reducidas a ruinas. Foto: JOSH EDELSON/AFP/Getty Images.
En el norte californiano, en la zona conocida como Complejo Mendocino, la intensidad del siniestro parece haberse calmado, ya que el humo creó una cortina que interfirió el paso del sol, ayudando a bajar la temperatura en la zona y ralentizando la combustión de las llamas.
Este año, el estado de la costa oeste estadounidense es escenario de fuegos forestales anticipados, debido en mayor medida a la sequía que afecta a la región. Un síntoma de tal situación es el incremento de los costos operativos de los servicios de bomberos de California, que se han triplicado en los últimos años, pasando de 242 millones en 2013 a 773 millones en el año fiscal 2018.
En total, se estima que el conjunto de los incendios destruyó hasta el momento no menos de 2800 kilómetros cuadrados de tierras, al tiempo que 2000 viviendas fueron destruidas y cerca de 40.000 habitantes debieron ser evacuados. Cifras no oficiales hablan de 12 víctimas fatales.
Las altas temperaturas resultantes del cambio climático, cuya existencia es puesta en duda por la administración de Donald Trump, son una de las causas del incremento de incendios forestales que experimenta California.
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