El gobierno de España adoptó un decreto que habilita la posibilidad de la exhumación de los restos de Francisco Franco, en una decisión que podría reabrir un debate que divide a la sociedad española en torno a la figura del extinto dictador.
Las autoridades españolas quieren convertir al sitio, ubicado en las afueras de Madrid, la capital, en un monumento a la memoria de las víctimas de la guerra civil, que se produjo en la segunda mitad de la década de 1930, y que impulsó a Franco al poder.

El Valle de los Caidos, un mausoleo gigante en las afueras de Madrid. REUTERS/Juan Medina.
El denominado Valle de los Caídos, señalado por una inmensa cruz de 152 metros de altura, en la Sierra de Guadarrama, está compuesto por una basílica católica, en cuyo interior se encuentran enterrados los restos de Franco.
Se trata del último monumento en pié en Europa que homenajea la figura de un líder fascista. El predio alberga además las tumbas de 27.000 combatientes franquistas y 10.000 republicanos.
El decreto adoptado el viernes 24 de agosto por el gobierno del socialista Pedro Sánchez busca limitar los recursos judiciales para impedir la exhumación del cuerpo de Franco, que murió en 1975, permitiendo la reinstauración de la monarquía.
La decisión del Ejecutivo debe ser sometida ahora al parlamento, para su aprobación o rechazo, donde el partido del primer ministro Sánchez sólo cuanta con un cuarto de los escaños.
Inaugurado en 1959, el Valle de los Caídos se encuentra en una cadena montañosa a 50 kilómetros al noroeste de Madrid. Está compuesto por una basílica construida en plena roca montañosa.

Primer ministro español, Pedro Sánchez. Foto: REUTERS/Susana Vera
Franco, que salió triunfante de la sangrienta guerra civil que sacudió a España entre julio de 1936 y abril de 1939, dispuso la construcción del lugar en 1940.
El gobierno justificó su medida diciendo que busca convertir al emplazamiento en un lugar de reconciliación y de memoria, siguiendo el modelo de lo que se hizo con los campos de concentración nazis, en lugar de un monumento de apología del franquismo, como lo considera una parte de los españoles.
La guerra civil permitió el acceso de Franco al poder, instaurando una dictadura que duró hasta 1975, año de su muerte.
La contienda y el proceso político que la misma inauguró crearon profundas divisiones en el seno de la sociedad española, que aún hoy presenta un pronunciado disenso en cuanto a la valoración de ese momento de su historia y las consecuencias que el mismo trajo para el país, entre las que hay que contar aproximadamente 500.000 muertos y una gran cantidad de desplazados que, en parte, emigraron a otros países, particularmente a naciones de América Latina.
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