La observación de ballenas no debe poner en riesgo ni a los animales ni a las personas. Foto: iStock.

Reclamos de más límites para la observación de ballenas

Al debate sobre la caza ballenas, que retorna cíclicamente en Canadá, se suman ahora los reclamos para que se pongan medidas más estrictas, tendientes a regular la observación turística de esos animales.

Un incidente ocurrido recientemente, en el que un ejemplar de la denominada “ballena jorobadacolisionó con un bote de pasajeros, sirvió como disparador, para que los grupos de defensa de los animales reclamen a las autoridades una reglamentación más estricta de la observación de los cetáceos.

Un video grabado por uno de los ocupantes de un bote inflable turístico, que navegaba por las aguas en inmediaciones de Brier Island, en Nueva Escocia, muestra cómo la enorme ballena salta fuera del agua y con su cola impacta contra la pequeña embarcación.

El encuentro provocó sorpresa y alegría entre la tripulación, pero durante los escasos segundos que dura la grabación también puede apreciarse la tensión que provocó el “choque”, que de haber sido más violento podría haber tenido graves consecuencias para los turistas.

Las imágenes de ballenas saltando fuera del agua, a distancias cada vez más cortas respecto de las embarcaciones, se han hecho frecuentes en los últimos tiempos, lo que ha motivado que las autoridades buscaran poner un límite a la “curiosidad” que despierta la observación de cetáceos.

Este año, el gobierno federal canadiense introdujo nuevas normas que limitan la distancia entre las embarcaciones y los mamíferos marinos.

Guy Melville, que tuvo a su cargo la embarcación en cuestión, y que se dedica desde hace 10 años a trasladar a los turistas hacia los sitios de observación, restó gravedad al hecho, y dijo que se trató sólo de un “toque amistoso”.

No obstante, el hombre reconoció que el bote quedó durante unos instantes sin comando, como consecuencia del impacto, aunque rechazó que la bestia tuviera una actitud agresiva y que pudiera haber representado un peligro para los ocupantes.

“Tratándose de animales increíblemente inteligentes, creo que en parte se trató de un acto de curiosidad y en parte un movimiento para demostrar dominación”, dijo el marino al describir que la ballena sacara su cola fuera del agua y “abofeteara” con ella al bote.

Los mamíferos bien pueden ser observados a una distancia prudente. Foto: iStock.

En julio último, el ministerio federal de Pesca implementó nuevas regulaciones, que requieren que las personas y los navíos mantengan un mínimo de distancia de 100 metros respecto de las ballenas, delfines y marsopas, para protegerlos de las molestias que la actividad turística pueda ocasionar.

En el otro extremo del país, en la costa oeste, la legislación vigente en Columbia Británica aumenta a 200 metros la distancia que toda embarcación debe dejar respecto de las denominadas ballenas asesinas.

Por su parte, Quebec fijó en 400 metros cuando se intenta aproximarse a especies en peligro en el estuario del Río San Lorenzo.

La observación de ballenas es presentada por la provincia de Nueva Escocia como uno de sus atractivos principales. En la página del ente de turismo se puede leer “cuando una ballena rompe la superficie del océano, se lanza desde las olas y vuelve a entrar con un fuerte estruendo y salpicando agua, bueno, es sobrecogedor”. Más abajo se encuentra una invitación a realizar cualquiera de los diversos recorridos disponibles para observar a las “12 especies de ballenas que vistan la provincia cada año”.

Entidades defensoras de los derechos animales piden que esa actividad recreativa se lleve a cabo sin dañar el ecosistema de los animales en cuestión, a lo que hay que sumar las advertencias para que no se ponga tampoco en riesgo la integridad y vida de los turistas.

Categorías: Medioambiente y vida animal, Sociedad
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