Los miembros del equipo de Nueva Zelanda realizan un Haka antes del Rugby League Test Match entre Inglaterra y los neozelandeses Kiwis en Sports Authority Field en Mile High el 23 de junio de 2018 en Denver, Colorado. (Russell Lansford / Getty Images)

El rugido de los humanos permite juzgar la fortaleza de una persona

Animales como los leones marinos, perros, osos grizzly y tigres escuchan los rugidos de otros animales para evaluarlos antes de atacar cuando compiten por comida, territorio o parejas. Ahora científicos han descubierto que los humanos también usan señales vocales no verbales parecidas a los animales y que, asombrosamente, somos bastante buenos para hacerlo.

El tenista canadiense Milos Raonic. Los rugidos son muy comunes entre los deportistas señala la investigación. Associated Press/Christophe Ena

Jordan Raine, un investigador en el laboratorio de comunicación vocal en la Universidad de Sussex en Inglaterra, llevó a cabo recientemente esa investigación.

«Las investigaciones históricos indican que los soldados rugían en batallas, esto, desde el ejército romano hasta el Ejército Rojo», le dijo Raine al radiodifusor público CBC.

«Podemos verlo también en el mundo de los deportes. Incluso el servicio de parques nacionales en EE. UU recomienda rugir como una estrategia de defensa contra los osos».

Los humanos son excelentes para evaluar a otros humanos

Para configurar el experimento, Raine recopiló sonidos de 61 estudiantes masculinos y femeninos de teatro de la Escuela Central Real de Discurso y Drama y de la Universidad de Sussex. Los científicos midieron la fuerza y la altura de la parte superior de los cuerpos y los grabaron produciendo rugidos agresivos y frases de voz agresivas.

Los actores tenían que rugir a pleno pulmón en una sala pequeña y luego producir un discurso agresivo. «Fue una experiencia bastante traumática», recuerda Raine. A los actores se les dijo que se imaginaran en un escenario de guerra donde estaban atacando a los enemigos.

Después de recopilar los sonidos, midió la altura de los actores y la fuerza de la parte superior del cuerpo al tomar una medida amalgamada de la fuerza de su agarre de la mano y la circunferencia del bíceps.

Después reprodujo las grabaciones ante unos 100 oyentes y les pidió que juzgaran si el actor en la grabación era más fuerte o más débil que ellos o más alto o más bajo que ellos.

«En estas condiciones, descubrimos que los oyentes son realmente buenos juzgando la fuerza y la altura a partir de la voz», le dijo Raine a CBC. «Solamente en un 18% los oyentes juzgaron incorrectamente al vocalizador, que era más fuerte que ellos mismos, como más débiles, y cuando juzgaron a los vocalizadores mucho más fuertes, esa cifra bajó hasta el seis por ciento».

Investigaciones históricas indican que los soldados han rugido en batallas a lo largo de la historia desde el ejército romano hasta el Ejército Rojo. (Wikimedia Commons)

Diferencias en los resultados según el sexo

Curiosamente Raine notó que cuando los participantes hombres rugían, era mucho más probable que los calificaran como más fuertes que cuando se expresaban a través de un lenguaje agresivo.

Es decir los oyentes percibieron que los vocalizadores masculinos son más fuertes cuando califican los rugidos que cuando califican el habla agresiva producida por la misma persona. Por lo tanto, dicen los investigadores, los rugidos sirven para exagerar la fuerza percibida de un vocalizador masculino.

«Así que, aunque el rugido proporciona información honesta sobre la capacidad de combate de una persona los vocalizadores masculinos, en particular, parecían poder usar su rugido para exagerar su fuerza e intimidar a los oponentes».

Pero otro hallazgo mostró que los hombres tienden a subestimar la fuerza de las mujeres, mientras que las mujeres tienden a sobreestimar la fuerza de los hombres. Esto se observó cuando las oyentes femeninas eran más propensas a calificar a los hombres como más fuertes incluso en los casos en que los varones eran más débiles que ellas.

«Esto sucedió aproximadamente el 25 por ciento de las veces», dice Raine, «por lo que es una gran brecha entre la realidad y las percepciones».

Si bien las mujeres podrían sentirse frustradas al enterarse de esto, algo positivo podría derivarse de ello. En una situación de defensa propia, la investigación muestra que luchar en algunos casos es en realidad la mejor estrategia, agrega.

«Si bien es cierto que la mayoría de los hombres son físicamente más fuertes que las mujeres promedio, donde la diferencia de fuerza no parece ser grande, nuestra investigación sugiere que las mujeres pueden estar mejor equipadas para enfrentar la amenaza física de lo que piensan».

Categorías: Internacional, Sociedad
Etiquetas: , , ,

¿Encontró un error? ¡Pulse aquí!

Por razones que escapan a nuestro control, y por un período de tiempo indefinido, el espacio de comentarios está cerrado. Sin embargo, nuestras redes sociales siguen abiertas a sus contribuciones.