La nueva Constitución quiere cambiar la economía cubana, reconociendo el libre mercado, la propiedad privada y la inversión extranjera, sin renunciar al socialismo. Foto: Reuters / Stringer

Parlamento cubano adopta nueva Constitución reconociendo el libre mercado

El Parlamento cubano aprobó por unanimidad el proyecto de una nueva Constitución del país, que reconoce el libre mercado sin renunciar a la meta de una sociedad comunista, y será sometido a referéndum el 24 de febrero.

Reunidos por segundo día consecutivo, los 560 parlamentarios, entre ellos Raúl Castro, ex presidente (2008-2018) y primer secretario del Partido Comunista hicieron algunos toques finales al texto.

El texto fue aprobado en una sesión regular del Parlamento, que no estaba abierta a periodistas internacionales, según el sitio web del diario oficial Granma.

«Esta constitución es una expresión genuina del carácter democrático y participativo de nuestra gente, porque nació de él y recogió sus sentimientos», dijo Homero Acosta, coordinador del comité de redacción.

El texto llegó al Parlamento en una versión ampliamente modificada, después de tres meses de debates populares en los que participaron 8,9 millones de cubanos (de un total de 11 millones de habitantes).

En ese proceso han surgido 783,174 propuestas de cambios, adiciones o supresiones de artículos.

Las autoridades socialistas, que elogiaron este ejercicio de democracia, tuvieron que corregir su copia: la comisión rectificó el 60% del texto.

Durante la presentación del texto original, un elemento muy simbólico, había sido comentado ampliamente en Cuba y en el extranjero: la eliminación de la necesidad de construir una «sociedad comunista», tal como se estipula en la actual Constitución de 1976.

En septiembre, el presidente Miguel Díaz-Canel tuvo que aclarar las cosas: «El comunismo y el socialismo están íntimamente vinculados. Cualquiera de estos dos términos incluye al otro».

Como medida de precaución, el nuevo texto restablece la referencia: «Si su eliminación creó dudas y que podamos pensar que Cuba abandona el comunismo, pues aquí va», dijo Homero Acosta anunciando el regreso al artículo original.

Lo que irritó a la oposición, que llamó a votar no al proyecto: «Decir que es solo en el socialismo y el comunismo que el ser humano alcanza su plena dignidad es un insulto a la inteligencia», reaccionó la  Unión Patriótica de Cuba (Unpacu, disidente) en un comunicado enviado a la AFP.

Una economía mixta

Si Cuba no renuncia al comunismo, su economía es cada vez más mixta,  591,000 cubanos trabajan en el sector privado, un 13% de los empleados.

Por lo tanto, la nueva Constitución también busca reconocer este estado de cosas, admitiendo el libre mercado, la propiedad privada y la inversión extranjera.

Pero un principio sigue siendo soberano: el estado socialista mantiene «las riendas de la economía», aseguró Homero Acosta.

Cuba atrae inversionistas extranjeros gracias a una nueva ley, sobre todo para financiar nuevas infraestructuras, como aquí en el sitio del puerto de Mariel. Foto:Stringer / Reuters

En el debate popular, el artículo más controvertido no tuvo nada que ver con la economía: es el que define al matrimonio como la unión «entre dos personas», y no un hombre y una mujer como en la Constitución actual.

Esto allanó el camino para el matrimonio entre personas del mismo sexo en una isla donde, después de la revolución castrista en 1959, esta comunidad fue estigmatizada antes de ser aceptada progresivamente.

La mayoría de los participantes en el debate estaban a favor de mantener el lenguaje actual que habría cerrado la puerta al matrimonio homosexual.

El comité de redacción del proyecto, por lo tanto, encontró una solución intermedia: definir el matrimonio como «una institución social y legal», sin más detalles.

Luego, el Código de Familia eventualmente incluirá el matrimonio gay y luego lo referirá a un referéndum dentro de dos años.

Encabezando la adopción del matrimonio gay, Mariela Castro, hija de Raúl Castro, aseguró que «no es un paso atrás».

Otro artículo que provocó reacciones de rechazo, según el comité editorial, es que limita el período presidencial a cinco años, renovable una vez, con 60 años como la edad máxima para comenzar.

Esto será un gran cambio después de los largos reinados de Fidel Castro (1976-2008) y su hermano Raúl.

AFP

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