Las relaciones entre México y Estados Unidos podrían complicarse en las próximas horas, si el presidente estadounidense decide cumplir con su amenaza de cerrar la frontera entre ambas naciones.
Donald Trump dijo este viernes que cerrará el paso limítrofe entre los dos territorios, si el congreso de su país no accede a otorgarle el financiamiento que reclama para construir un muro, con el que busca impedir el paso a los inmigrantes.
El titular de la Casa Blanca quiere erigir una barrera a lo largo de toda la frontera, algo que había sido parte de sus promesas electorales, para contener el constante flujo migratorio proveniente de América Central, al que Trump acusa de ser responsable de la violencia e inseguridad que registra su país.
La iniciativa genera resistencias incluso en Estados Unidos. REUTERS/Jonathan Ernst.
La negativa del Capitolio a conceder los 5.000 millones de dólares que pide el Ejecutivo estadounidense para el proyecto se basa, principalmente, en la falta de apoyo de los legisladores demócratas hacia esa iniciativa.
El enfrentamiento entre ambas partes se encuentra en el centro del cierre parcial del gobierno, que paraliza a parte de la administración federal.
Consultado sobre el tema, el flamante presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dijo que se trata de un asunto interno de Estados Unidos.
Al ser consultado por la prensa sobre las amenazas proferidas por Trump, López Obrador sostuvo que su gobierno prefiere abstenerse de hablar y llamó a actuar con prudencia, ya que “se trata de un asunto interno de Estados Unidos”.
López Obrador ante su primera prueba en el plano internacional. REUTERS/Daniel Becerril.
De concretarse la medida, se trataría del primer enfrentamiento entre ambos mandatarios, que hasta el momento han mantenido una buena relación y se han mostrado dispuestos al diálogo.
López Obrador y Trump intercambiaron expresiones de elogio en varias ocasiones en los últimos meses, incluso bajo la renegociación del acuerdo comercial para América del Norte, llevada adelante por la actual administración de Washington y la del ex presidente mexicano, Enrique Peña Nieto.
La caravana de migrantes que atravesó buena parte de América Central y México, con destino a la frontera sur estadounidense, es uno de los temas más espinosos en la relación entre sendos países.
El presidente mexicano decidió que los migrantes pueden permanecer en el territorio de su país, mientras esperan una definición de su demanda para ser admitidos en Estados Unidos.
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