Un grupo de migrantes provenientes de diversos sitios de América Central intentó ingresar a territorio estadounidense durante la noche del Año Nuevo, pero fracasaron en su objetivo.
Cerca de 1500 personas, que permanecen en la localidad mexicana de Tijuana, tras haber llegado allí como parte de una caravana de migrantes procedentes de varios países centroamericanos, quisieron ingresar a Estados Unidos, pero fueron rechazados por personal de seguridad.
En la noche de lunes, cerca de las 20, hora local, un grupo que se hallaba en la zona de playas de Tijuana, en la costa del Pacífico, buscó traspasar el límite entre ambos países, a pesar de la presencia nutrida de efectivos de la guardia fronteriza.
El contingente, integrado mayormente por hombres adultos, pero que contaba también con la presencia de mujeres, adolescentes y niños, fue repelido por el personal de migraciones, mediante el disparo de gases lacrimógenos.
Las personas permanecen en Tijuana, tras la partida de la mayor parte de quienes integraban la caravana migrante. REUTERS/Mohammed Salem.
Las personas formaron parte de la caravana de cerca de 6000 integrantes que en los últimos meses de 2018 comenzó una marcha desde distintos sitios de América Central, con el objetivo de entrar a Estados Unidos y pedir asilo allí.
La situación generó el rechazo por parte de la administración del presidente Donald Trump, que dijo que no dejaría entrar a esas personas al país, disponiendo la movilización de miles de efectivos armados, para contener un eventual intento de introducción por la fuerza.
El mandatario amenazó además con tomar represalias contra las naciones de origen de esas personas, por no impedir la marcha, y retomó los reclamos de financiamiento para la construcción de un muro inexpugnable en la frontera con México.
El rechazo a ese pedido por parte del Capitolio, especialmente debido a la oposición a tal medida por la bancada demócrata en la Cámara de Representantes, provocó el actual cierre parcial de la administración federal estadounidense.
Estados Unidos mantiene un refuerzo de sus efectivos de seguridad en la frontera. REUTERS/Mohammed Salem.
Trump había calificado a los migrantes de criminales, a los que responsabilizó por el tráfico de drogas hacia su país y de estar detrás de la ola de delincuencia que afecta a varias ciudades de Estados Unidos.
La reciente muerte de dos niños guatemaltecos, mientras se encontraban bajo custodia policial, luego que sus padres fueron detenidos por agentes migratorios, provocó una ola de indignación y reclamos tanto en Estados Unidos como en el exterior.
Trump llegó a la presidencia con la promesa, entre otras, de cortar el flujo migratorio irregular que cada año recibe su país y que es visto, por parte de la sociedad, como el culpable de la actividad delictiva y de la pérdida de puestos laborales que enfrentan los estadounidenses.
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