Rodeado de secreto, el complejo espacial ha despertado malestar entre los residentes locales de Las Lajas, la localidad más cercana en la provincia de Neuquén donde fue construida.
Una reportera de la agencia Reuters recorrió el camino de 40 minutos desde Las Lajas a la estación espacial y lo describió como «árido y polvoriento». Al llegar al lugar, dice la periodista Cassandra Garrison, no hay señales que indiquen la existencia de la estación. La antena que se extiende de repente es visible después de una curva en el camino de grava fuera de la calle principal. El plato masivo es el único signo de vida humana en kilómetros a la redonda.
La estación patagónica es administrada por el China Satellite Launch and Tracking Control General (CLTC), que depende de la Fuerza de Apoyo Estratégico del Ejército Popular de Liberación de China. Hasta el momento, el enorme proyecto de investigación ha alimentado teorías de conspiración y ha despertado preocupación en la administración Trump sobre su verdadero propósito, según entrevistas de la agencia Reuters con docenas de residentes, funcionarios y ex funcionarios del gobierno argentino, funcionarios de Estados Unidos, especialistas en astronomía y satélites y expertos legales.
Pekín insiste en que su programa espacial es para fines pacíficos y su ministerio de Relaciones Exteriores, en un comunicado, insiste en que la estación argentina es sólo para uso civil y que la estación estaba abierta al público y a los medios de comunicación.
La antena principal de la estación espacial china en Argentina © REUTERS TV
«Las sospechas de algunos individuos tienen motivos ocultos», dijo el ministerio.
Cuando se le preguntó cómo se asegura que la estación no sea utilizada para fines militares, la agencia espacial argentina (CONAE) dijo que el acuerdo entre los dos países establecieron su compromiso con el «uso pacífico» del proyecto.
El ministerio argentino continúa afirmando que las emisiones de radio de la estación están siendo monitoreadas, pero los expertos en radioastronomía dijeron que los chinos podrían fácilmente ocultar los datos ilícitos en estas transmisiones o agregar canales encriptados a las frecuencias acordadas con Argentina.
La CONAE también dijo que no tenía personal permanente en la estación, pero que hacen viajes «periódicos» allí.
Las instalaciones de una estación espacial china se ven detrás de una valla en Las Lajas, Argentina, el 22 de enero de 2019. Foto tomada el 22 de enero de 2019. © REUTERS/Agustín Marcarian
Preocupaciones de espionaje de satélites internacionales
Desde hace mucho tiempo, Estados Unidos ha estado preocupado por lo que considera la estrategia de China para «militarizar» el espacio, según un funcionario estadounidense, quien dijo a Reuters que había razones para ser escéptico ante la insistencia de Pekín en que la base argentina era estrictamente para la exploración.
Otros funcionarios estadounidenses que hablaron con Reuters expresaron preocupaciones similares.
«La estación terrestre de la Patagonia, acordada en secreto por un gobierno corrupto y económicamente vulnerable hace una década, es otro ejemplo de tratos chinos opacos y depredadores que socavan la soberanía de las naciones anfitrionas», dijo Garrett Marquis, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca.
Fuente: Reuters/ Cassandra Garrison
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