La estatua del faraón Ramsés II fue iluminada el viernes al amanecer por los rayos del sol, en la localidad de Abu Simbel, en el sur del país, un fenómeno que se produce solamente dos veces al año.
Los dos templos de Abu Simbel, tallados en la roca sobre una colina que desciende hacia el río Nilo, en el Alto Egipto, se ubican a 200 kilómetros al Sur de Asuán.
Ambas edificaciones están dedicadas a los dioses Osiris e Isis y fueron construidas durante el dominio de Ramsés II, uno de los faraones más célebres en el Egipto antiguo, que gobernó al país entre 1279 y 1213 antes de Jesucristo.

La luz solar atraviesa la habitual obscuridad de la cámara. AP Photo/Amr Nabil.
Numerosos visitantes, entre los que se contaron figuras del gobierno egipcio y embajadores africanos, tuvieron la ocasión de observar el evento, cuando la estatua del faraón fue iluminada por los rayos del sol naciente.
Durante el evento, la luz solar atraviesa la cámara habitualmente obscura del Gran Templo de Ramsés II, alcanzando su estatua en sólo dos ocasiones al año, el 22 de febrero y el 22 de octubre.
Los historiadores especulan que el alineamiento solar del edificio, una estructura de 3.000 años de antigüedad, tenía como objeto marcar el nacimiento y la coronación de Ramsés II.
La visita del sitio, llevada a cabo el viernes, se realizó en el marco de los esfuerzos del gobierno egipcio para estimular el turismo, actividad que decayó tras los alzamientos populares de 2011, restando al país una de sus principales fuentes de ingresos económicos.

Los responsables egipcios quieren relanzar el turismo. AP Photo/Amr Nabil.
Al mismo tiempo, sirvió para proyectar la imagen egipcia hacia el resto del continente, en momentos en que las autoridades locales buscan ejercer una influencia mayor en la región.
Hace dos semanas, el presidente Abdel Fattah al-Sissi asumió la presidencia rotativa de la Unión Africana, que desempeñará durante todo 2019.
Abu Simbel constituye una de las joyas de la antigua Nubia, la región ubicada a lo largo del Nilo, cuyo territorio está compartido por Egipto y la actual República de Sudán.
El conjunto edilicio, uno de los vestigios más preciados del Antiguo Egipto, fue salvado de una creciente de las aguas del Nilo, que desbordó su curso hace 50 años.
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