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El rol de los medios sociales en la difusión de actos terroristas

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El ataque de la semana última en Nueva Zelanda, contra los fieles que asistían al rezo de los viernes en dos mezquitas, y la transmisión en vivo del suceso a través de Facebook llaman a reflexionar sobre el rol de los medios sociales en la difusión del terrorismo y los mensajes de odio.

Las nuevas tecnologías son una vía de difusión que se caracteriza no sólo por su inmediatez, ya que posibilitan que toda persona con un simple teléfono inteligente pueda transmitir en vivo toda clase de eventos, sino también por un cambio que se ha dado en los controles sobre los contenidos, que en los medios tradicionales eran los editores y que hoy son las grandes empresas como Facebook, Twitter, Google y otras.

Los medios sociales tienenun poder de atracción difícil de medir. Foto: iStock.

Isaac Nahon-Serfaty, especialista y docente en comunicación, rechaza las teorías conspirativas que sostienen que esos medios difunden lo que sea que les asegure su negocio, sin ningún tipo de responsabilidad. Por el contrario, sostiene que las mismas firmas se han visto sorprendidas por las repercusiones que los avances tecnológicos están teniendo en la comunicación de masas y también encuentran problemas para dar una respuesta acorde al fenómeno.

El especialista lo grafica con una simple y conocida frase:

«Han creado un monstruo y, a veces, ese monstruo se les va de las manos»

Al tiempo que rechaza todo tipo de censura o limitación a la libertad de expresión, nuestro entrevistado afirma que hay que repensar las reglas, de manera tal que los contenidos de tipo terrorista o que promuevan el odio “sencillamente no puedan circular”.

“No es aceptable, desde un punto de vista ético, de la convivencia social, incluso desde una política democrática, que alguien pueda estar constantemente incitando al odio sin consecuencias o, peor aún, que alguien cometa crímenes y que utilice las plataformas digitales para difundirlos en todo su horrible esplendor”.

Pero más allá de los medios, y tal como ocurría en épocas de la radio o la televisión, existe otra faceta que está ausente o apenas nombrada en el debate: la responsabilidad de la gente. Es el usuario el que replica fotos, comentarios, informaciones… les otorga valor, entidad, verosimilitud y las difunde hacia otras personas. Y eso debe ser hecho en el marco de reglas de juego claras, de un encuadre ético que hay que redefinir a la luz de las nuevas formas de comunicación.

El gran desafío es usar los medios sociales en nuestro beneficio evitando la adicción a los mismos. Foto: iStock.

El usuario no es una víctima inocente, es un componente esencial en la cadena de los medios sociales.

Además, las nuevas formas de comunicación son un canal privilegiado de transmisión de emociones, con las que el consumidor puede identificarse muy rápidamente. Y eso, los terroristas, los violentos y los populistas lo saben. Ellos representan “intereses viciados”, que siempre han existido, pero que ahora “tienen unos medios a su disposición que son muchísimo más poderosos”, agrega Nahon-Serfaty.

“Las imágenes son extremadamente adictivas… El hecho de poder ver, de poder vernos, de ver a los otros, lo que pasa en el mundo… Incluso ver las cosas más horribles…”

Los medios tienen un efecto adictivo, que responde a la búsqueda del placer, en un proceso donde están involucrados neurotransmisores, y es por eso que nos quedamos como hipnotizados frente a la pantalla.

El riesgo es que ese éxtasis puede estar formando a generaciones que en el futuro “no sean capaces de distinguir entre realidad y ficción”.

Isaac Nahon-Sefarty, autor y profesor de Comunicación en la Universidad de Ottawa, nos brinda más detalles en entrevista con Luis Laborda.

Categorías: Internet, ciencias y tecnologías, Política, Sociedad
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