Tender hacia el cero desecho, más que una tendencia, es antes que todo un modo de vida. Digamos que de alguna forma, la pionera de este modo de vida es la francesa, radicada en California, Bea Johnson. En su libro Cero basura: cómo logré economizar 40% reduciendo mi basura a menos de un litro anual ella prodiga consejos para un cotidiano sin basura.
Difícil de lograr, pienso yo mismo y pensarán algunos de los que me están leyendo, pero al parecer según los convencidos y practicantes de este modo de vida hay que comenzar por las 5 grandes reglas de base: rechazar todo lo que no necesitamos, reducir nuestro consumo de bienes, reutilizar y reciclar todo lo que se pueda y finalmente compostar la basura orgánica.
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Cuando se mira de ese lado, al menos en mi caso, sin pretender tender hacia el cero desecho, sorprendentemente me doy cuenta que de alguna forma ya en casa, participamos en la colecta de productos reciclables tales como metales, papel, plástico, etc., impulsada por la ciudad de Montreal. Eso por un lado. Y por otro compostamos casi todas las materias orgánicas, lo cual, efectivamente, ha reducido de una forma bastante drástica nuestra producción de basura. Otro programa también impulsado por la ciudad.
Melissa de La Fontaine, es una joven quebequense que descubrió a Bea Johnson en 2012. Y desde entonces tomó la decisión de revisar sus costumbres de consumo y reducir su huella ecológica. Ella acaba de publicar un libro titulado: Tender hacia el cero desecho (Tendre vers le cero déchet) en el que comparte sus reflexiones con los lectores y propone nuevas formas de consumir sin caer en el exceso.

Melissa de La Fontaine (Foto: Radio Canada / Étienne Côté-Paluck)
Lo importante es que cada uno haga lo mejor que pueda. Y la forma como lo explico es dos marcos. Hay que respetar los límites personales de cada uno. Cada persona tiene necesidades y límites muy diferentes y es importante respetarlos. Y tener en cuenta el contexto. El reproche que me hacen a menudo es que vivo sola, no tengo hijos, vivo en Montreal, tengo 2 tiendas cero desecho cerca de mi casa. Sí, tengo un contexto que me facilita las cosas. Pero tampoco se trata de un concurso del que produzca menos basura. Si el contexto de los otros facilita menos las cosas y la gente hace lo que puede, entonces tiende hacia el cero desecho.

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Hay que decir que en Montreal están haciendo su aparición cada vez más las tiendas cero desechos. Relativamente cerca de mi casa hay 2. Allí se tiene que llevar las bolsas y los envases para hacer el mercado. Pero ahora al parecer, hay algunas de los grandes supermercados como Metro y IGA están instaurando un sistema “libre servicio” como el de las tiendas cero desecho. Se le preguntó a la Melissa cómo se comienza si queremos hacer el esfuerzo. Y ella dijo que no hay una respuesta perfecta para esa pregunta.
Las personas no tienen las mismas costumbres porque cada persona es diferente. Mi consejo es comenzar por lo que les es más accesible, más fácil, motivador y simple. Y simple es “la orden”. Si hay una tienda cero desecho que acaba de abrir en su barrio, vaya ahí. Si son los cosméticos no contaminantes que le interesan, cómprelos. Si se trata de llevar su termo para comprar café, vaya ahí. Hay muchas respuestas, pero se trata de encontrar la que funciona para cada persona.
Y Melissa de La Fontaine es clara y categórica cuando dice que ella no trata de hacerle la moral a nadie. Ella es consciente que los problemas que estamos enfrentando a nivel del medioambiente son graves y que hay que actuar rápido, pero hay que ser cauteloso con el humano, porque necesita tiempo, necesita comprender y necesita desmontar “sus barreras psicológicas” también y eso se hace con calma y “ternura”.

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Y ella le puso bastante ternura a la escritura de su libro, para que sea acogedor y que poco importa el punto de partido de las personas, el libro pueda ayudarlos. Pero finalmente ¿adoptar este modo de vida cuesta más caro?
El objetivo de cero desecho es consumir menos. Ese es el punto más importante. Y después lo que nos queda por consumir, consumirlo mejor. A menudo vamos a mostrar del dedo el mercado, porque es algo que no podemos parar de consumir. Todos comemos, idealmente, tres comidas al día. Pero efectivamente hay productos que pueden costar más caro, pero hay que matizar, porque hay varias formas de economizar también. Pero al lado, hay muchos productos que no consumo más y que consumía antes. Hice mi presupuesto antes y después del cero desecho. Y confirmo que economicé, aunque haya productos que cuestan más caro.
Y los productos que cuestan más caro son los productos de base. Porque las personas que son “cero desecho” van a tender a consumir productos biológicos, locales, de temporada, éticos y equitativos. Pero en el caso de Melisa, como ella es vegetariana hay otros productos que ella no compra más. Entonces hay un cierto equilibrio que se establece, porque lo que compra usado y que no compra compensa ampliamente la balanza.

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Ahora bien, en términos de tiempo, está claro que puede tomar más tiempo desplazarse a las tiendas cero desecho. Y aquí también entra en juego el contexto, dice Melisa de La Fontaine. Porque si es una familia con 4 niños, está claro que no es lo mismo si se trata de una persona soltera y sin hijos como ella. Pero ella insiste en que el objetivo de su libro no es pedir lo imposible, se hace lo que se puede y ese es un gran paso. Lo imposible no es una exigencia.
Alain Gravel entrevistó a Melissa de La Fontaine.
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