La primera ministra conservadora británica, Theresa May, anunció su renuncia al cargo, que será efectiva a partir del 7 de junio próximo.
May será recordada por el fracaso rotundo en su intento por materializar el principal objetivo de su mandato, que ha sido la concreción del Brexit, como se llama al proceso de la separación británica de la Unión Europea.
Su tiempo frente al gobierno también fue marcado por los programas de compresión económica y el enfrentamiento permanente con el Partido Laborista, la oposición principal en el país, además del disenso al interior en sus propias filas.
El próximo líder conservador, que deberá a su vez ocupar el cargo de la actual primera ministra, será elegido antes de las vacaciones parlamentarias de verano.
Los estatutos del Partido Conservador prevén para la elección de su líder una primera serie de votaciones entre los miembros partidarios que integran el parlamento. En cada vuelta, el candidato que tiene menos votos es eliminado y el proceso se repite hasta que quedan sólo dos postulantes. Es entonces cuando los adherentes del partido tienen a su turno la posibilidad de elegir.
May fracasó en su intento por lograr el apoyo de los legisladores a su plan para concretar la salida británica de la Unión Europea, que fue dispuesta tras un referendo a mediados de 2016, en el que la mayoría de la población se mostró a favor de la separación.
Los parlamentarios votaron en contra en tres ocasiones el plan de la mandataria, con los votos negativos no sólo de la oposición, sino de miembros conservadores descontentos con el rol jugado por May.
El Brexit se ha convertido en un auténtico dolor de cabeza para los “tories”, como se conoce en Gran Bretaña a los conservadores. El antecesor de la actual mandataria, David Cameron, debió renunciar al cargo de primer ministro luego de convocar al referendo sobre la permanencia o no del Reino Unido en la Unión Europea, en la confianza de que el voto sería negativo.
El inicio del receso parlamentario estival está previsto para el 20 de julio próximo y numerosas figuras conservadoras muestran ya su deseo de alzarse con el liderazgo de esa formación que, según la tradición, debería a su vez conceder a la persona elegida la responsabilidad de asumir la cabeza del gobierno.
Por los laboristas fracasaron en sus últimos intentos de imponer una moción de censura contra May, lo que hubiese provocado la caída del gobierno y el llamado a elecciones, en las que el líder opositor, Jeremy Corbyn, aparece como una de las figuras favoritas para encabezar una eventual administración en manos de su partido.
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