Un nuevo sismo, en esta ocasión de 2,9 grados de magnitud, afectó el centro de México y pudo sentirse en la capital del país.
El fenómeno causó alarma entre los pobladores, pero las autoridades confirmaron que no se registraron heridos ni daños materiales importantes como consecuencia del mismo.
El Instituto Nacional de Sismología dijo que el epicentro del temblor se ubicó al este de Ciudad de México y se registró a las 22.59 horas del martes, cuando la mayoría de los habitantes ya se hallaban descansando o próximos a hacerlo.
La urgencia no evitó rescatar a las mascotas, ante un peligro de derrumbe. REUTERS/Carlos Jasso.
Alarmados al ver que sus moradas temblaban, los pobladores se volcaron a las calles, en prevención de que las viviendas pudieran colapsar.
En Ciudad de México abundan las construcciones antiguas, que son pasibles de sufrir daños severos e incluso derrumbarse como consecuencia de los terremotos.
Las calles del centro de la ciudad se plagaron de personas que a pesar de la urgencia pudieron salir con sus animales y algunas pertenencias básicas, en previsión de que el movimiento telúrico causara averías que les impidiese volver a sus casas.
La alcaldesa de la ciudad confirmó que el temblor pudo ser percibido en varios barrios de la urbe, una de las más que registra las mayores concentraciones humanas del mundo, con una población estimada en cerca de 9 millones de habitantes, que superan los 20 millones si se la considera en conjunto con el área metropolitana.
La jefa del gobierno municipal confirmó que no se produjeron daños materiales importantes, aunque sostuvo que se mantendrían contactos con expertos para evaluar la situación.
El sismo de 1985 fue uno de los más graves que afectó el país. REUTERS/Carlos Jasso/File photo.
En los últimos días, la actividad sísmica parece haberse incrementado en el área del Valle de México, donde se encuentra la capital, con una serie de movimientos que son considerados como microsismos, por su baja intensidad.
Esos temblores no suelen provocar daños inmediatos, pero los expertos temen que si se siguen produciendo con la misma asiduidad puedan afectar la infraestructura de la ciudad y debilitar el equilibrio de las edificaciones, principalmente los más antiguos.
En 2017, dos fuertes temblores afectaron México. En uno de ellos, con una magnitud de 8,2 grados, 465 personas perdieron la vida y cerca de 200.000 viviendas fueron destruidas en todo el país.
Se trató de uno de los terremotos más poderosos registrados en esa nación, aunque el de consecuencias más graves fue uno que tuvo lugar en 1985, que dejó un saldo extraoficial de 10.000 muertos.
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