De madre chilena y padre jamaicano, Ruby Smith Díaz nació en Edmonton, Alberta, Canadá. Es educadora de formación, pero desde que se graduó, ha encontrado su pasión trabajando como artista multidisciplinaria usando el arte y la educación popular para «la organización, el empoderamiento y la construcción de la comunidad».
Ruby es la fundadora dos proyectos, uno basado en las artes, Tierra Negra Arts, y otro en el entrenamiento personal, Autonomy Fitness.
Además, Ruby quien vive ahora en Vancouver (territorios indígenas Musqueam, Squamish y Tsleil Waututh) desde hace siete años y ahí está involucrada en varios proyectos, incluyendo el lanzamiento de una serie de talleres sobre la historia de los pueblos negros en Canadá para jóvenes en las escuelas.
Cuando conversamos con ella, nos explicó que lo que la mueve como artista es querer contar la historia que omite la Historia, con H mayúscula.
Ruby dice que creciendo en el sur de Amiskwaciwaskahikan (Edmonton) y criada por una madre soltera, estaba acostumbrada a ser la única niña negra de su clase, y a que sus compañeros de clase tuvieran los lujos de los viajes anuales a Disneylandia.
«Me acostumbré a odiar mi pelo rizado, la palabra «negro» hasta era «graciosa», e incluso las banderas confederadas eran apolíticas. Así que no fue ninguna sorpresa que inmediatamente sentí una fuerte conexión con las experiencias de racismo, desplazamiento y pobreza que aprendí a través de escuchar las experiencias de varios amigos indígenas en este país. Me resultaba familiar. Y a medida que fui creciendo, tuve más y más de estos momentos»
Por eso y otras razones, para Ruby hacer arte social es algo natural que vino a ella sin dificultad. Además de los talleres con los jóvenes a Ruby también le gusta crear paisajes sonoros a través de su proyecto musical, Eclipse. Dice que a través de la música, los sonidos y las voces, encuentra sus raíces en este país que, no olvidemos, la vio nacer.
Ruby Smith-Díaz es una de las 11 artistas feministas seleccionados por el festival CURRENT para ser mentoradas por artistas de experiencia.
Según los criterios del festival CURRENT, que este año fue subtitulado Simposio de Arte Electrónico Feminista, las personas seleccionadas para formar parte del programa demostraron un fuerte compromiso con la creación cultural responsable, con prácticas que «cuestionan los aspectos normativos de la sociedad y avanzan hacia la construcción de un mundo en el que queremos vivir.»
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