Postales de paisajes únicos. Foto: iStock.

Una inmigrante explica cómo es vivir en la Isla del Príncipe Eduardo

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Cuando el público nos consulta sobre los pasos a seguir para inmigrar a Canadá, algo que ocurre todo el tiempo, respondemos que la vía más fiable es la de la embajada canadiense o los sitios internet de los diferentes ministerios de inmigración federal y provinciales.

Pocas veces quien se encuentra en otro país tiene la ocasión de entrar en contacto «de primera mano» con quienes ya han transitado por el proceso de inmigración… Y menos aún, con alguien que habiéndose enfrentado a las mismas dudas y cuestionamientos tenga la intención y la habilidad para contar a otros su experiencia y transmitirla generosamente.

Colores que resaltan durante el invierno. Foto: iStock,

Es el caso de María José Gómez, una joven colombiana, que hace aproximadamente 4 años llegó a Canadá en el marco de un intercambio estudiantil, para finalizar aquí su escuela secundaria.

El programa en cuestión la llevó a Nuevo Brunswick, una de las Provincias Marítimas.

Terminada la escuela, su proyecto de entrar a la universidad, para cursar Diversidad y estudios sociales, la llevó a mudarse muy cerca, a la Isla del Príncipe Eduardo.

Espacios en los que la persona puede calmar su espíritu y disfrutar de la naturaleza. Foto: cortesía María José Gómez.

Proveniente de una urbe de gran tamaño en su país natal, como es Bogotá, moverse a una isla pequeña implicaba un cambio mayor.

Pero, contrariamente a lo que suponía, María descubrió muy rápidamente los beneficios que el lugar le ofrecía: una vida calmada, una sociedad segura, gente amigable, ausencia de congestionamientos en el tránsito, facilidad para desplazarse de un sitio al otro en pocos minutos y, por si fuera poco, en menos de dos meses obtuvo su primer trabajo.

El hecho de que la mayoría de los inmigrantes busque radicarse en las grandes urbes, como Toronto o Montreal, y que las Marítimas tengan incluso menos difusión o “sean menos conocidas”, como dice la joven, tiene sus ventajas: hay menos gente, en consecuencia el lugar es más económico, tanto en materia de alimentos, transporte, vestimenta y, desde luego, en cuanto a la vivienda.

El hecho de contar con una corriente inmigratoria menos numerosa favorece la inmersión lingüística, ya que el recién llegado se ve obligado a utilizar el idioma local para comunicarse con las otras personas.

Parques y bosques donde la palabra estrés pierde sentido. Foto: cortesía Mar{ia José Gómez.

La belleza de los paisajes, la preservación de la naturaleza, la amabilidad de los habitantes, sumados a otros factores, constituyen una calidad de vida que convierten a la Isla del Príncipe Eduardo en una opción a tomar en cuenta por el futuro inmigrante.

A la hora de tomar la decisión, es necesario saber que en materia de inserción laboral todo depende del rubro en el que busque desempeñarse el postulante, así como del hecho de que numerosas actividades locales son estacionales, es decir, se llevan a cabo durante una época determinada del año y, en tal sentido, en verano las opciones son más numerosas que en invierno.

Parajes que parecen de otro mundo. Foto: iStock.

María reconoce que Colombia estará siempre en su corazón y cada vez que puede viaja hacia allí,  para reencontrarse con su familia, los amigos y la comida local, que reconoce que le hacen falta.

Su afán por ayudar a otros a transitar el largo camino para instarse en otro país la llevó a producir una serie de videos,   que difunde por Internet y actualiza periódicamente, en los que aborda distintos aspectos de la vida cotidiana en su lugar de residencia.

María José Gómez y su presente en la Isla del Príncipe Eduardo, en diálogo con Luis Laborda.

Perfil de la isla
La Isla del Príncipe Eduardo tiene una superficie de 5.660 kilómetros cuadrados y cuenta con una población de 153.000 habitantes.

Su capital es Charlottetown, que se encuentra en la costa sur de la provincia.

Está unida a Nuevo Brunswick y al continente por el famoso Confederation Bridge (Puente de la Confederación).

La economía de la isla es de neto perfil estacional y sus actividades principales son la agricultura, el turismo y la pesca.

Las temperaturas promedio son de 23 grados en verano y 3 bajo cero en invierno.

El español es hablado por cerca de 300 personas.

Enlaces:

Sitio oficlal del gobierno de IPE
Sitio oficial de turismo de IPE
Sitio oficial de inmigración de IPE
Sitio oficial de la universidad de IPE

Categorías: Inmigración y Refugiados, Sociedad
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