En Canadá unas 800 parteras ejercen la profesión. Foto: Asociación de parteras de Columbia Británica.

La profesión de Doula en Canadá cada vez más apreciada y necesaria

Los servicios de las matronas y las doulas se extienden mucho más allá del embarazo y el nacimiento. Cubren educación básica, monitorización sanitaria y atención primaria para los bebés y las madres a lo largo de todo ese proceso vital.

Sandra Farías es una reconocida periodista de la ciudad de Toronto. Pero no es lo único que hace. También es doula. Esto significa que ofrece apoyo emocional y ayuda a las mujeres a vivir el embarazo, el parto y el post parto de forma consciente, respetando las decisiones de las madres y haciendo que el proceso sea más fácil.

A diferencia de las matronas, esta profesión no está reconocida en Canadá, por lo tanto no es remunerada.

Tal vez la gran demanda existente de ese oficio algún día rinda justicia al trabajo de esas mujeres.

Conversamos con Sandra Farías sobre la formación de las doulas, la práctica de este oficio en los pueblos aborígenes, las inmigrantes latinoamericanas en Toronto que acuden a ellas, entre otros.

Sandra Farías, junto a nueva nueva mamá.
Credito de la Foto: Gabriela Rojas

El oficio de partera

Aquí en Canadá las parteras o matronas son especialistas en el parto normal, espontáneo, llevando adelante los procesos fisiológicos del cuerpo cuando una mujer está embarazada. Este trabajo está llevado a cabo por las parteras en Canadá desde hace unos 40 años”.

Así comienza la entrevista con Sandra Farías. Ella cuenta que las parteras han luchado sin descanso por el parto humanizado, respetado en Canadá, y gracias a esas iniciativas han obtenido privilegios para trabajar en conjunto con los obstetras en los hospitales canadienses.

“En un rol primario. Es decir que la partera es la responsable médica principal de un parto, del cuidado prenatal al cuidado post parto hasta la sexta semana de vida de un recién nacido”.

Esto es así en todas las clínicas de partería en Canadá.

Hay 800 parteras en Canadá que ejercen la profesión, atendiendo aproximadamente a un 15 % de los partos que se realizan.

Solamente en la la ciudad de Toronto, existen 7 clínicas que dependen de la Asociación de Parteras de la provincia de Ontario, y cuentan con un  Colegio profesional que les ayuda a llevar adelante su práctica.

¿Por qué solo un 15%?

Porque todavía sigue siendo un fenómeno altamente medicalizado. Y esto tiene que ver con la cultura que rodea el trabajo de parto explica Sandra.

Hoy, se ha convertido en un fenómeno tecnológico y médico, donde todo está medido y computarizado. Esto tuvo el beneficio de salvar muchas vidas, pero al mismo tiempo la OMS ha reconocido que este modelo ha afectado también este proceso fisiológico natural”.

El oficio de doula

Las doulas son personas que realizan tareas de acompañamiento de la madre, antes, durante y después del parto.

Según la evidencia científica, esta continuidad de cuidado emocional y físico, acompañando a la mujer, se da durante todo el proceso de parto.”

Durante el parto, explica Sandra, el cuerpo realiza muchos cambios fisiológicos, de allí que se trate de procesos largos. Cuando se inicia el parto propiamente dicho, la partera toma el lugar explica Farías.

A partir de la semana 37 del embarazo, están disponibles los siete días de la semana, las 24 horas del día.

Falta de reconocimiento a las doulas

Los servicios de las doulas son remunerados por los padres que acuden a ellas. En la antigüedad, ayudar a traer al mundo un bebé era trabajo de mujeres-parteras. En este grabado del medioevo se baña a un recién nacido después del nacimiento. Foto: iStock

El trabajo de partería es reconocido por el sistema de salud canadiense y cuenta con cuerpos y asociaciones profesionales. Es financiado por el sistema de salud por cada gobierno provincial. El servicio es sin costo para las embarazadas.

El trabajo de la doula no está reconocido, por lo tanto no es remunerado. Sin embargo, para ser doula hay que tener un certificado otorgado por diversas organizaciones en Norteamérica, con una práctica de unos dos años, explica. Hay que pasar exámenes y antes de ejercer hay que cumplir con un requisito respecto al número de partos que hay que realizar en un tiempo determinado. Esos partos necesitan la certificación de médicos o parteras.

Tal vez la enorme demanda de ese servicio llevará algún día a reconocerlas en su profesión para alentar a otras a seguir sus pasos.

Si todas las mujeres tuvieran acceso a una matrona durante el embarazo y el parto, por no mencionar las instalaciones para brindar una atención de emergencia básica, cada año se podrían salvar un millón de vidas. Y, sin embargo, los Gobiernos y comunidades de todo el mundo siguen desatendiendo y no financiando adecuadamente este oficio.

-Organización Mundial de la Salud

Como bien lo señaló a Radio Canadá el Dr. Michael Klein, de la provincia de Columbia Británica, y que analiza actitudes y creencias sobre la maternidad, el Ministerio de Salud de la provincia podría ahorrar mucho dinero al reembolsar a las mujeres embarazadas el pago a las doulas.

Según él, el trabajo de las doulas reduce los procedimientos quirúrgicos y la cantidad de días que pasan en el hospital.

La experiencia de los pueblos originarios

En ellos el conocimiento sobre el parto era absolutamente normal, era parte de la vida de la comunidad, había una respuesta normalizada de este proceso. Una respuesta cultural, social, de toda la comunidad que apoyaba a la mujer embarazada.

Y los pueblos originarios tenían este conocimiento ancestral de cómo funcionan las hormonas que permiten el parto y que es un proceso fisiológico. Entendían el proceso y lo respetaban en todas sus etapas hasta el nacimiento”.

Las embarazadas inmigrantes latinoamericanas acuden a parteras y doulas

Al trabajo de partera en América latina se lo conoce como el parto humanizado.

Le preguntamos a Sandra si las mujeres de origen latinoamericano acuden a los servicios de parteras y doulas. Dice que sí, debido sobre todo a los miedos que manifiestan ante el embarazo y a la falta de información.

La mujer latinoamericana tiene una cultura de incertidumbre con respecto al embarazo, muchas dudas y miedos. Esto lleva a la mujer a tener falta de información también porque si bien hay mucha disponible, no hay certezas en lo que uno lee cuando no se conoce el tema.

“Entonces asesorarse por una doula y por una partera es el camino más adecuado para obtener esa información, saber cuál es el plan que cada familia quiere realizar para llevar adelante  un embarazo y un parto. Las mujeres entonces se sienten más contenidas en ese espacio. Es decir, la decisión es conjunta, es como tener un equipo trabajando por un objetivo común”.

Las doulas, del griego antiguo «esclava» o «sirvienta», rodean el embarazo de principio a fin. Su papel es similar en mucho al desempeñado desde tiempos inmemoriales por una madre o una tía.

Y quiérase o no, las mujeres hoy están más a menudo aisladas, en parte, debido a la vida moderna que hace que el apoyo de madres, hermanas y, en general, familiares y amigos, durante el embarazo y parto esté más debilitado. Por otra parte, no hay que olvidar que las mujeres inmigrantes pueden sentirse al llegar a un lugar no conocen a nadie. En otros casos, son primíparas, y ansiosas ante la idea de ser madres, o multíparas habiendo tenido una experiencia desafortunada, que buscan apoyo moral, ayuda psicológica adicional. Las doulas están para eso.

Escuche

Esto y más en la entrevista de RCI con Sandra Farías, periodista y doula de la ciudad de Toronto.

Categorías: Economía, Política, Salud, Sociedad
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