Bolsonaro desairado por las críticas de Alemania y Noruega. REUTERS/Adriano Machado.

Europa sanciona a Bolsonaro por sus políticas ambientales

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, criticó a las autoridades de Alemania y Noruega, luego que esos dos países decidieron suspender sus aportes financieros a proyectos forestales en la nación sudamericana.

Bolsonaro dijo que esos funcionarios deberían ocuparse de sus propios problemas ambientales, en lugar de inmiscuirse en asuntos de una nación extranjera.

Los gobiernos alemán y noruego suspendieron la entrega de apoyo financiero, en oposición a las políticas que el gobierno de derecha de Brasil lleva a cabo desde la llegada de Bolsonaro al poder, en enero último.

La deforestación de la selva tropical se ha acelerado en los últimos meses, según estudios científicos. REUTERS/Nacho Doce.

El ministro noruego de Medioambiente confirmó el jueves que su país decidió paralizar la entrega de dinero al Fondo del Amazonas, una entidad creada en 2008, con el objetivo de invertir los aportes obtenidos a través de donaciones en planes de preservación de la selva tropical en Brasil.

Por su parte, los responsables alemanes anunciaron el fin de semana último que cortaban la entrega de cerca de 40 millones de dólares, para otros proyectos de sustentabilidad en la región de la Amazonía.

El presidente brasileño respondió desairado ante los anuncios.

El mandatario acusó a Noruega de actuar con cinismo, al ser un país que “mata ballenas… y lleva a cabo la explotación del petróleo en el Polo Norte”. “Tomen el dinero y vayan a ayudar a Angela Merkel a reforestar Alemania”, agregó Bolsonaro en tono irónico.

El jefe de gobierno de Brasil sostuvo que el dinero es más necesario en Alemania que en la nación sudamericana, por el daño ambiental que el país europeo padece en su propio territorio.

Mekerl ya había criticado a Bolsonaro por cuestiones ambientales. REUTERS/Hannibal Hanschke.

Según información brindada por el propio Fondo del Amazonas, hasta el momento la entidad ha recibido 470 millones de dólares, que fueron distribuidos en más de 100 proyectos.

Durante la última reunión del G20 en Japón, en junio de este año, la canciller alemana Ángela Merkel criticó fuertemente a la administración de Bolsonaro, por sus políticas ambientales.

Desde su llegada al poder, el titular del Palacio de Planalto, la sede del gobierno en Brasilia, se pronunció a favor de dejar sin efecto la mayoría de las normas ambientales vigentes en su país y de abrir la región de la Selva de la Amazonía a la explotación comercial, permitiendo la tala forestal a gran escala y la actividad minera.

Según algunos observadores, la postura del mandatario es la principal causante de una ola de violencia, que se ha desatado contra las comunidades indígenas brasileñas afincadas en territorios codiciados por las empresas.

Información reciente, producida por entidades científicas de Brasil, hablan de una aceleración de la deforestación de la selva tropical en Brasil, considerada como uno de los reservorios naturales más importantes del mundo.

Categorías: Indígenas, Internacional, Medioambiente y vida animal
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