Los titulares sobre eventos climáticos extremos no cesa de propagarse
La ONU avisó el año pasado que quedan menos de 12 años para evitar los efectos más catastróficos del cambio climático.
La activista climática sueca Greta Thunberg está de gira por América del Norte presionando a los legisladores con el objetivo de que tomen medidas más drásticas para frenar el calentamiento global.
La joven de 16 años ha dado una voz global a la angustia que los jóvenes sienten por su futuro.
Porque el miedo está afectando a toda una generación de niños en lo que se conoce como «ansiedad ecológica».
La Asociación Estadounidense de Psicología describe la «ecoansiedad» como un «temor crónico de un cataclismo ambiental», un estrés causado por «observar los impactos aparentemente irrevocables del cambio climático, y preocuparse por el futuro de uno mismo, de los niños y las generaciones futuras».
«Mi generación se enfrenta a un futuro de inestabilidad económica, a escasez de alimentos, a fenómenos meteorológicos extremos. Y nosotros, los jóvenes, estamos desesperados«.
Emma Lim, de 18 años, se encuentra entre centenares de jóvenes en todo Canadá que prometen no tener hijos.
Y ellos dicen que les preocupa que los políticos no actúen para salvar el mundo en que vivimos.
Y no están solos: un número creciente de jóvenes en todo el mundo están viviendo con temor y muchos están siendo tratados por lo que los profesionales llaman eco-ansiedad.
Una encuesta estadounidense reciente encontró que 7 de cada 10 adolescentes están preocupados por el cambio climático.
Y los médicos afirman que la ansiedad ecológica o los temores sobre el cambio climático no son irracionales.
Una pediatra de Edmonton, provincia de Alberta, es la autora principal de un nuevo artículo publicado en la Sociedad Canadiense de Pediatría que dice que la salud de los niños es vulnerable al cambio climático.
La Dra. Irena Buka sostiene que el medio ambiente puede afectar la salud mental y física de los niños para toda la vida.
«Sabemos que los niños respiran más aire, comen más alimentos, beben más agua por kilogramo de peso corporal».
Buka escribió recientemente un artículo para la Sociedad Canadiense de Pediatría, advirtiéndoles a los médicos que consideren que los pacientes jóvenes pueden estar luchando contra la ansiedad ecológica.
Ella también dice que los niños enfrentan una larga lista de amenazas relacionadas con el clima, incluyendo;
Las muertes relacionadas con el calor y el frío que afectan desproporcionadamente a los bebés y niños, junto con la contaminación del aire, del agua, el riesgo creciente de infecciones y los efectos del clima extremo.
Desastres ambientales crean lazos de pertenencia y solidaridad en comunidades
La socióloga, Julia Woodhall-Melnik, enseña en la Universidad de Nuevo Brunswick.
«Hay que tranquilizarlos pero también ser honestos sobre lo que está sucediendo y discutir lo que podemos hacer para ser parte de la solución».
Ella investigó las inundaciones que afectaron a las familias en esa provincia del este canadiense, el año pasado, arrasando casas, pertenencias preciosas y también una manera de vida tranquila.
Algunos residentes necesitaron de ayuda médica para hacer frente, pero para la mayoría, Woodhall-Melnik dice que era vital un renovado sentido de comunidad.
«Hubo casos de madres que llevaron a sus hijos muy pequeños y fueron a cargar bolsas de arena para sus vecinos. Esa exposición de los niños ante el drama y la ayuda prestada tiene un impacto positivo en el bienestar y el crecimiento de la comunidad».
Canalizando el miedo y esperando que puedan hacerlo mejor, para la próxima generación de niños.
La “eco-ansiedad» consiste en una serie de síntomas que los psicólogos están comenzando a encontrar en personas que viven tanto en el territorio canadiense de Nunavut hasta Australia y más allá.
Ese sentimiento de angustia se detalla en un nuevo informe de la Asociación Americana de Psicología que sugiere que preocuparse por el cambio climático está teniendo un grave impacto en nuestra salud mental, y es algo a lo que dicen que debemos prestar mucha más atención.
La Asociación Psicoanalítica Internacional ha reconocido oficialmente que el cambio climático es la mayor amenaza mundial para la salud del siglo XXI.
«Sabemos que cuando el entorno cambia rápidamente y cuando hay estos eventos muy fuertes, las personas tienen respuestas de salud mental muy fuertes».
Ashlee Cunsolo es directora del Instituto Labrador en la Universidad Memorial, en Terranova. Ella apunta al huracán Katrina en el 2005 como un punto de inflexión de un desastre extremo relacionado con el clima que afectó gravemente la salud mental de las personas, y no solo en Estados Unidos.
Cunsolo dice que los cambios climáticos a largo plazo también están teniendo un impacto.
«Ya sea en el norte de Canadá, en Australia o en otras regiones del mundo, estamos comenzando a trabajar con las personas y hablarles sobre sus experiencias que están viendo y viviendo».
Los científicos comparan ya la “eco-ansiedad” con algunos datos meteorológicos de los cambios en el hielo marino, de cambios en los patrones climáticos, para obtener una imagen mucho más amplia de cómo el cambio climático realmente está impactando las experiencias de las personas y su salud mental».
EscucheThe Current-CBC- Christine Birak-BBC-El Mundo
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