Un informe del Ministerio Federal del Medio Ambiente de Canadá en 2016 advertía que un tercio de las especies de aves de América del Norte están «altamente en peligro de extinción» y que necesitan medidas urgentes de conservación.
Esa advertencia se hizo realidad.
Estados Unidos y Canadá han perdido el 29% de sus pájaros, o lo que es lo mismo 3.000 millones de ejemplares, desde 1970, según una investigación que publica este jueves la revista Science.
«Líneas múltiples e independientes de pruebas muestran una reducción masiva de pájaros», ha dicho el autor principal del estudio, Ken Rosenberg, del Laboratorio de Ornitología de Cornell, en Nueva York
«Esperábamos ver disminuciones continuas de las especies amenazadas -ha añadido Rosenberg-, pero, por primera vez, los resultados muestran también pérdidas generalizadas entre pájaros comunes en todo tipo de hábitat, incluidas las aves que frecuentan nuestros jardines».
Su estudio con colaboradores canadienses y estadounidenses combinó datos de población de más de 500 especies desde hace medio siglo. También incluye una década de datos de radar meteorológico que mide la masa de las aves migratorias, y encontró una disminución del 14 por ciento durante ese tiempo.
El estudio señaló que las aves proporcionan beneficios importantes a los ecosistemas, como el control de plagas, la polinización y la dispersión de semillas, y advirtió que las aves comunes pueden ser partes desproporcionadamente importantes de la red alimentaria y los ecosistemas locales.
No todo es mala noticia
Andrew Couturier, director senior de Bird Studies Canada, dijo que esos informes se basaron en cambios relativos de la población en lugar de conteos reales.
Couturier calificó la nueva estimación de «impactante», pero dice que coincide con lo que mucha gente ha informado anecdóticamente: «Esto es una especie de confirmación de lo que ya hemos notado».
Estudios anteriores también mostraron que algunos grupos de aves, como las aves acuáticas y las rapaces, estaban aumentando, en gran parte debido a las medidas de conservación.
De su lado Ken Rosenberg pensó que un conteo real de poblaciones de aves en América del Norte a lo largo del tiempo podría mostrar que las poblaciones en crecimiento para algunas especies compensan en parte las pérdidas de población entre las especies en declive.
Para su sorpresa, ese no fue el caso. El nuevo estudio mostró que incluso las aves, como los gorriones domésticos y los estorninos, que fueron introducidos desde Europa, están desapareciendo: sus poblaciones han disminuido de 331 millones a 83 millones, respectivamente, desde 1970.
Rosenberg dijo que incluso las aves que no son exigentes con sus hábitats pueden verse afectadas por la degradación, como la intensificación de la agricultura, la expansión urbana y la fragmentación de los bosques. También se enfrentan a otras amenazas causadas por los humanos, como un mayor uso de pesticidas, gatos domésticos y colisiones con ventanas.
«Es lo que llamamos muerte por mil cortes», dijo Rosenberg.
Los autores del estudio han esbozado una lista con acciones cotidianas para contribuir a frenar este declive:
*Mantener a los gatos dentro del hogar ya que son el principal predador de las aves.*Apagar las luces de casa por la noche para evitar que las aves se encandilen y choquen con los edificios.
*Instalar pantallas o algún dispositivo que elimine el reflejo en los vidrios de las ventanas para evitar que la aves choquen con ellas.
*Plantar especies nativas en lugar de cesped ayuda a los pájaros a conseguir alimento y un lugar para descansar.
*Evitar el uso de pesticidas, que no solo matan y contaminan el alimento de las aves (frutos e insectos) sino que afectan directamente a la avifauna.
*Reducir el consumo de productos con plásticos. Las aves comen el plástico desechado que luego puede provocar su muerte.
No solo las aves
Un informe de la ONU a principios de este año encontró que no solo las aves están en declive: un millón de especies de plantas y animales están en riesgo de extinción, la mitad de ellas debido a «hábitat insuficiente para la supervivencia a largo plazo».
Kai Chan, profesor del Instituto de Recursos, Medio Ambiente y Sostenibilidad de la Universidad de Columbia Británica, coautor del informe, dijo que el nuevo estudio tenía estimaciones de población más precisas para las aves.
Y aunque no dice directamente nada sobre la disminución de otras especies, lo que es malo para las aves a menudo es malo para otros animales, y algunas de las disminuciones de las aves pueden estar reflejando la disminución de especies de presas, como los insectos.
«Confirma aún más lo que ya sabemos», dijo en un correo electrónico. «¡El panorama general es muy preocupante!»
El nuevo estudio realizado por nueve universidades y agencias gubernamentales canadienses y estadounidenses examinó 529 especies.
Recopiló datos de la Encuesta de aves reproductoras de América del Norte, que se estableció a mediados de la década de 1960 con la ayuda de los gobiernos y una gran red de voluntarios. La disminución también se confirmó con datos de 143 estaciones de radar meteorológico de EE. UU que siguen las migraciones de aves.
Y ha contado con la colaboración de grupos privados sin fines de lucro, como Conservación de Pájaros de EE.UU., Climate Change de Canadá, la Iniciativa Ambiental de la Universidad de Georgetown y el Centro de Aves Migratorias del Instituto Smithsonian.
CBC-La presse canadienne-La Nación
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