Hace ya varios años que científicos e investigadores sobre salud y nutrición de todo el mundo han llenado las primeras páginas de las revistas especializadas asegurando, con datos científicos, que comer demasiada carne roja es malo para la salud, y está relacionada directamente con enfermedades cardíacas y con el cáncer. Esta semana, un grupo de documentos publicados por la revista científica “Annals of Internal Medicine” asegura que no hay problema en consumir moderadamente este tipo de alimentos pues no se ha logrado encontrar ninguna relación puntual con problemas de salud, como enfermedades coronarias o algunos tipos de cáncer.
Evidentemente la publicación generó un revuelo importante en la comunidad científica y en la opinión pública en general.

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La metodología utilizada fue aproximadamente la misma que se usó para asegurar que el consumo es de carne es peligroso, es decir, una recopilación de datos de una serie importante de estudios existentes donde se analizaron los vínculos entre el consumo de carne roja y procesada y las afecciones potencialmente mortales incluyendo el cáncer, enfermedades cardíacas en general, accidentes cerebrovasculares y diabetes. Los científicos a cargo del estudio encontraron que la evidencia descubierta en los artículos era demasiado débil o insuficiente para asegurar si había una relación directa entre el consumo y las patologías antes mencionadas.
Cinco meta-estudios fueron llevados a cabo analizando 12 ensayos aleatorios, que incluyen aproximadamente 54.000 personas. Durante el estudio se indagaron publicaciones científicas, ensayos controlados y estudios observacionales que analizan la correlación entre el consumo de carne roja y procesada y diversos resultados de salud. Luego, para el análisis de estos datos, un panel de 14 expertos examinaron los cinco exámenes y ofrecieron recomendaciones generales.
La conclusión fue que a partir de los resultados obtenidos, no hay evidencia sustancial ni significativa desde el punto de vista estadístico, que sugiera que los niveles de consumo de carne recomendados actualmente sean perjudiciales para la salud humana y que las personas deberían seguir consumiendo carne roja y procesada a niveles promedios.
Bradley Johnston, profesor asociado del Departamento de Salud Comunitaria y Epidemiología de la Universidad de Dalhousie de Halifax, Canadá, aseguró que este no es un estudio más sobre carnes rojas y procesadas, sino una serie de revisiones sistemáticas de alta calidad que dan como resultado recomendaciones que se consideran mucho más transparentes, robustas y confiables. Según el Dr. Johnston, el estudio se concentró exclusivamente en los resultados de salud y no se tuvo en cuenta el bienestar de los animales o las preocupaciones ambientales al hacer las recomendaciones finales.

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En declaraciones publicadas por el sitio WebMD, Bradley Johnston explica que “se ha adoptado un enfoque individual en lugar de social. Esto se debe a la creencia que las personas deben estar plenamente informadas cuando toman las decisiones sobre la atención de la salud sobre la base de las mejores estimaciones de los datos, es decir, cuán seguros puede uno estar en esa base de pruebas. Para Johnston, los que se nos ha presentado a menudo no tiene una evaluación de la certeza de la evidencia, o si la hay, es a menudo poco fiable.

Una dieta saludable con una buena variedad de proteínas para una buena alimentación y para cuidar el medioambiente. iStockPhoto.com
Es pertinente remarcar que numerosas, instituciones y organizaciones preocupadas por la salud y el medioambiente aseguran que es imprudente realizar publicaciones de estas características. Entre las preocupaciones podemos contar los estudios omitidos; según la publicación WebMD, hay una lista de aproximadamente 15 estudios que cumplían con los criterios para ser incluídos en el estudio y fueron dejados de lado. Otros científicos aseguran que el análisis no fue completo pues no se comparó a las personas en grupos “dieta carne roja y procesada” contra “dieta basada en plantas”. El hecho que la investigación haya sido llevada a cabo a partir de estudios basados en datos observacionales también produjo cierta inquietud en algunos círculos de investigación de la salud.
Pero una de las omisiones que más llamó la atención de muchos especialistas es que “La consideración sobre el impacto ambiental o el bienestar animal” fue deliberadamente dejado de lado. Es un hecho que la ganadería representa el 14.5% de las emisiones de gas de efecto invernadero y conociendo este dato, numerosas instituciones han recomendado enfáticamente que se consuma menos carne para ayudar a salvar el planeta.

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En concreto, los responsables de este estudio no dieron señales que el mensaje fuera “comer carne todo el día y en grandes cantidades es bueno”, sino que no se ha logrado encontrar ninguna relación específica que indique un vínculo directo con problemas de salud, como enfermedades coronarias o algunos tipos de cáncer producido por el consumo habitual de carnes rojas y procesadas.
En definitiva el mensaje más importante que deberíamos entender es lo necesario de la moderación; con una nutrición adecuada, hay grandes chances de adquirir una buena calidad de vida. El equilibrio en la alimentación es la base de una vida saludable. Y con la moderación también se podría cumplir otro objetivo pues el impacto en el medioambiente se reduciría, gesta absolutamente necesaria para cuidar nuestro planeta.
Fuentes: NutriRECS, The Telegraph, WebMD, healthline.com, BBC, newatlas.com
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