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Comenzaron audiencias de Comisión sobre la explotación sexual de menores

Este lunes 4 de noviembre, comenzaron los trabajos de la Comisión especial sobre la explotación sexual de menores en la Asamblea Nacional de Quebec. La Comisión, compuesta por 13 diputados de todos los partidos, abordó sin tabúes el tema de la explotación sexual de menores en la provincia, que va de la mercantilización o comercialización de los servicios hasta la pornografía y las agresiones sexuales.

Según los testimonios, un proxeneta que se aprovecha del trabajo de 5 o 6 jóvenes, puede obtener beneficios  de hasta 300.000 dólares anuales. “Un crimen muy, muy lucrativo” afirma el diputado y ex policía Ian Lafrenière de la CAQ, partido actualmente en el poder. Los miembros de la comisión tienen un año para hacer recomendaciones realistas al gobierno para luchar contra este fenómeno.

En otros lugares de Canadá y en Estados Unidos, la provincia de Quebec tiene la fama de ser un “lugar estratégico” de este comercio ilícito, afirma el diputado Lafrenière, presidente de la Comisión. Fuera de la provincia las jóvenes quebequenses son consideradas como “exóticas” y generaría más dinero.

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Pierre Brochet, Director del Servicio de Policía de la ciudad de Laval -situada al norte de Montreal y separada solo por la Rivière des Prairies- fue uno de los primeros en testimoniar ante la comisión en nombre de las organizaciones de Laval que trabajan contra la explotación sexual en su territorio. Estas organizaciones trabajan sobre el tema desde los últimos 3 años y el mensaje que envían es claro: No se tolera que se explote y se destruya a los jóvenes, porque es de esa forma que se crea la prostitución adulta.

CONSTATACIÓN DE LOS EXPERTOS

Después, lo que el grupo de expertos, que trabaja desde hace 3 años en el tema para contrarrestar el fenómeno constata, es que a pesar de todos los esfuerzos para luchar contra los explotadores y apoyar las víctimas, la demanda es demasiado fuerte y está en aumento. Todos los expertos lo dicen. Probablemente debido a Internet pero también existe un banalización. Y es por eso que pedimos ayer al gobierno de Quebec, a los diputados de la Comisión, que trabajen sobre la banalización de la explotación sexual en Quebec.

 

Según el director de la policía de Laval, en el transcurso de los 2 últimos años se detuvieron a unos 40 “abusadores” y la constatación que se ha hecho es que estas personas son de la clase media que tienen los medios para pagarse prostitutas menores de edad. Son personas que no tienen expedientes criminales, casados con niños e incluso nietos. Personas que tienen un trabajo y que son como muchos otros ciudadanos.

Y cuando se los detiene no tienen ningún sentimiento de culpabilidad. Se siente que están decepcionados de haber sido detenidos porque piensan en el impacto de esa detención en sus vidas personales. No sienten ningún remordimiento porque consideran que están pagando por “ese servicio” sexual.

Esta es una operación que la policía realiza regularmente poniendo anuncios en un sitio Internet ofreciendo los servicios sexuales de una menor. La persona acepta pagar y va hasta el lugar de la cita en el cuarto de un hotel.  Es allí donde el servicio de policía de Laval la detiene. Son personas que buscan los servicios de las menores de edad.

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Pierre Brochet, dice que a estos hombres hay que dejar de llamarlos “clientes”, porque no son clientes son “abusadores”. Son personas que aceptan apropiarse del cuerpo de una niña de 13, 14 o 15 años. Ellos consideran que al pagar, pueden evidentemente tener sexo con ellas y muchas veces pueden también ejercer la violencia sobre esas niñas, que finalmente son víctimas y la sociedad quebequense cierra los ojos ante esta situación.

Según el director de la policía de Laval, en vez de llamar a estas niñas  “prostitutas”, lo cual es peyorativo según él, habría que llamarlas “víctimas”. En consecuencia, la prostituta es una víctima y los clientes son abusadores. En cuanto a los proxenetas, los que venden los servicios de las niñas, la policía trabaja sobre ese caso.

LOS PROXENETAS

Trabajamos desde hace años el proxenetismo. Trabajamos el proxenetismo y la explotación sexual. Tenemos un equipo provincial integrado. Pero la constatación que hacen los expertos de la región de Laval es que la prostitución es como la droga: mientras haya una demanda habrá un mercado. Pero lo embarazoso es que nosotros como sociedad quebequense, hablando de nuestros valores, es que sentimos que esta situación se ha banalizado.

Para la policía, al banalizar la prostitución adulta se pasa el mensaje a los jóvenes y adolescente que la prostitución no es tan grave. Y lo que los expertos constatan cuando hablan con las niñas de se prostituyen a 14, 15 o 16 años, es que al tratar de sensibilizarlas al problema, las mismas niñas van a desdramatizar diciendo que no es tan grave como se piensa. Que ganan dinero y se divierten. Lo que no saben es que toma muchos años antes que comprendan todo el mal que se les causa.

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Una de las formas de sensibilizar a las jóvenes a los problemas de la prostitución es haciendo conferencias con prostitutas adultas que han logrado salir de ese callejón sin salida, que han sido explotadas. Y cuando ellas explican su caso a las jóvenes, el mensaje tiene dificultad en pasar.

¿Por qué? Porque a su alrededor ellas ven una especie de aceptación social de la prostitución en general. Pero para vencer esa “aceptación social” de la prostitución, la policía hace referencia a las campañas para disuadir a la gente a conducir su automóvil en estado de ebriedad. Y en el documento que prepararon para la Comisión se evoca ese ejemplo.

CAMBIO DE MENTALIDAD

Fuimos capaces de cambiar la mentalidad con respecto al alcohol cuando se maneja. Y ahora, cada vez más, los jóvenes van a tener un “chofer designado” que no consume alcohol. Y eso entró en su cultura, salvo que hace 30 años, ese no era el caso. Hemos vivido cambios importantes en la sociedad. El cigarrillo es otro ejemplo. Ya no fumamos más en los restaurantes en Quebec. Hay cambios así, que eran inimaginables hace 30 años.

En lo que respecta a la prostitución infantil y juvenil, contrariamente a lo que pensamos, que es algo que suele suceder a escondidas. No es tan “a escondidas” dice el director de la policía de Laval. Y el ejemplo más flagrante, dice él, son los hoteles y moteles que son utilizados a menudo para la explotación de menores. “Está claro que alguien, en algún lugar, ve algo”.

Cuando hay una menor de 13 años que entra en cuarto de hotel y que hay 10 clientes diarios que entran en el cuarto. Es imposible que un vecino de cuarto o el responsable del hotel no se dé cuenta que algo está pasando. Pierre Brochet,  director de la policía de Laval y el equipo con el que trabaja piensan que una campaña nacional sobre este tema, la sociedad va a reaccionar más y a denunciar a los abusadores. Ese fue su mensaje ante la Comisión especial sobre la explotación sexual de menores en la Asamblea Nacional de Quebec.

Patrick Masbourian entrevistó a Pierre Brochet

Categorías: Sociedad
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