El gobierno chileno aceptó escribir una nueva constitución, con vistas a reemplazar a la que está actualmente vigente y que data de la época de la dictadura de Augusto Pinochet.
El ministro del Interior, Gonzalo Blumel, sostuvo que las autoridades y los aliados políticos del gobierno están de acuerdo en que el congreso chileno debería liderar un proceso que permita aprobar una nueva constitución para el país.
La declaración se produce luego de semanas de protestas masivas en todo chile, con el país en estado de conmoción, con miles de manifestantes en las calles a diario, para reclamar la salida del presidente Sebastián Piñera.
Las protestas han sido masivas, sobre todo en Santiago, la capital. REUTERS/Pablo Sanhueza.
Las protestas han sido reprimidas enérgicamente por las autoridades, con un saldo hasta el momento de más de 20 muertos, cientos de heridos y miles de detenidos.
Organizaciones defensoras de los derechos de las personas denuncian abusos generalizados por parte de las fuerzas policiales, que incluyen violencia física, abusos sexuales y arrestos indiscriminados.
Chile ha sido presentado tradicionalmente como un ejemplo de desarrollo económico en América Latina, pero en realidad el país cuenta con una extensa desigualdad en la repartición de la riqueza entre las capas más y menos favorecidas de la sociedad.
La aprobación de una nueva constitución es uno de los reclamos más frecuentes entre los manifestantes y son numerosas las personas que sostienen que la actual Carta Magna, aprobada durante la dictadura pinochetista, que se extendió entre 1973 y 1990, carece de legitimidad, al haber sido impuesta por un gobierno de facto.
Las fuerzas policiales son acusadas de herir adrede a los manifestantes. REUTERS/Henry Romero.
El ministro del Interior chileno no hizo referencia a un plazo concreto para tener listo el nuevo texto, con vista a someterlo a la aprobación de un referendo, pero sostuvo que es intención de la administración moverse rápidamente, para iniciar las discusiones que lleven a la elaboración del documento.
El funcionario agregó que la mejor manera de proceder es a través del Congreso, con la participación de los ciudadanos, y luego someter el texto a un plebiscito.
Las marchas comenzaron hace tres semanas, con las protestas estudiantiles en oposición a un aumento de las tarifas del boleto de los trenes, que pronto se extendió a una demostración de descontento generalizado ante las desigualdades a las que debe hacer frente la sociedad chilena y el alto costo de vida.
Algunos analistas sostienen que las políticas neoliberales aplicadas desde la época de la dictadura, y que han sido presentadas como artífices de un éxito económico, en realidad son las principales responsables de haber minado la democracia en la nación sudamericana.
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