En el 26º día de protesta contra la desigualdad social con grandes manifestaciones en todo el país y un paro nacional, Chile no parece estar en camino hacia la calma y la economía comienza a presentar signos de desaceleración.
Las tres semanas de movilizaciones han dejado más de 20 muertos y miles de detenidos en Chile, además de cuantiosos daños que ya empieza a resentir la economía del mayor productor mundial de cobre.
La agencia France-Presse describió la jornada del ayer martes como plagada de incidentes violentos con barricadas, multitudinarias manifestaciones, incendios, saqueos y violentos enfrentamientos en varias ciudades marcaron una jornada de paro general convocado este martes en Chile por un centenar de organizaciones sociales para presionar al gobierno de Sebastián Piñera a que profundice en las reformas sociales.
Piñera evitó, sin embargo, volver a decretar el estado de emergencia -y con ello, sacar nuevamente a los militares a las calles- y reiteró su propuesta de un gran acuerdo por una nueva Constitución pero sin acoger un llamado a realizar una Asamblea Constituyente, como piden la oposición y organizaciones sociales.

El presidente de Chile, Sebastián Piñera, dirige un mensaje a la nación en medio de la grave crisis social que vive el país, el 12 de noviembre de 2019 en Santiago. (Foto: ©AFP / Javier TORRES)
El presidente también llamó a todos los actores nacionales a sumarse a acuerdos contra la violencia, por la justicia y para impulsar una nueva Constitución.
Además informó que su Gobierno pedirá que se juzgue por la ley de seguridad de Estado a quienes “han incitado, promovido, fomentado o participado en la comisión de los graves delitos que hemos conocido durante esta jornada”.
Según las informaciones recabadas por la agencia The Associated Press, el martes, miles de personas marcharon pacíficamente en Santiago, ondeando las banderas de Chile y de la etnia mapuche, mientras los silbatos y la música se elevaban en el aire.
La ciudad costera de Valparaíso quedó paralizada, con las oficinas gubernamentales y el transporte público y privado cerrado. Los manifestantes lanzaron piedras contra algunas tiendas por la mañana, lo que provocó que muchas permanecieran cerradas.
También surgieron grandes manifestaciones en el sur, en Concepción. En Antofagasta, en el norte, las barricadas impedían el tráfico.
Una protesta estudiantil por el aumento de las tarifas del metro se ha transformado en un amplio movimiento que exige reformas en la educación, la atención de la salud, las pensiones y una nueva constitución.
La economía chilena en picada

Casas de cambio de Santiago de Chile el 12 de noviembre de 2019. (Foto: ©REUTERS/Fabian Cambero)
El Gobierno chileno mostró preocupación por un desplome de la moneda local el martes a un mínimo histórico en medio de las protestas y el anuncio de un cambio constitucional, aunque el jefe del Banco Central afirmó que la situación fiscal del mayor productor mundial de cobre se mantiene “sólida”
El ministro de Hacienda de Chile, Ignacio Briones, advirtió el martes de las «graves consecuencias» que resiente la economía del país debido a tres semanas de disturbios, a menudo violentos y las protestas, ya que el peso cayó un 4% para alcanzar un mínimo histórico contra el dólar.
El ministro también dijo que el debilitamiento del peso era una «señal de preocupación» que él y sus colegas estaban observando «con mucho cuidado.»
Ignacio Briones también hizo un llamado a los chilenos para que ayuden a restaurar la «normalidad» de modo que las empresas y las personas puedan volver a funcionar correctamente después de sucesivas semanas de huelgas, marchas y daños a la propiedad y al transporte público cuyo costo ha sido estimado en 3.000 millones de dólares.
Los manifestantes insatisfechos

Un manifestante forcejea con un policía antidisturbios durante una protesta contra el gobierno de Chile en Valparaíso, Chile, el 12 de noviembre de 2019. (Foto: ©REUTERS/Rodrigo Garrido)
Pese a que el Gobierno ha hecho algunos guiños con ajuste de ministros, medidas paliativas y la promesa de avanzar en un cambio constitucional, los manifestantes no parecen satisfechos y demandan reformas estructurales.
“La verdad es que claro, el presidente hizo un mini cambio, pero es mucho el abuso que hay y no basta. Este movimiento no es de izquierda o derecha, va más allá”, dijo Valentina Donoso, una estudiante de 21 años que vende pan en el centro de Santiago.
Trabajadores del sector público, estudiantes y otras organizaciones gremiales lideraron una huelga general el martes, aunque garantizaron que no se afectarían sectores como la producción y suministro de combustible.
“Creemos que el paro no es el camino (…) Si nos quedamos en las posiciones extremas de cada lado no va a haber cambios, se va a mantener todo igual”, dijo la portavoz del gobierno, Karla Rubilar, al llamar a un diálogo.
Por su parte, el subsecretario de Interior, Rodrigo Ubilla, reconoció algunos impactos en los servicios públicos por el llamado a huelga y afirmó que las marchas convocadas fueron mayormente pacíficas aunque con algunos choques con las fuerzas de seguridad.
Minutos antes de esas declaraciones, la policía disolvió con agua y gases lacrimógenos una multitudinaria marcha que transitaba frente al palacio de gobierno de La Moneda, en el centro de la ciudad.
RCI/The Associated Press/Reuters/Agence France-Presse
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