La equidad salarial sigue siendo una meta a lograr. Foto: iStock.

La maternidad es mal vista en el mercado laboral canadiense

La maternidad y las expectativas que esta genera en la sociedad siguen siendo dos factores que influyen de manera importante en la disparidad salarial entre hombres y mujeres en Canadá.

Esa es la conclusión a la que llegó una investigación interna realizada por el gobierno federal, que reconoce que los esfuerzos llevados a cabo en los últimos 30 años no han logrado normalizar la situación.

Percepción negativa

El documento, elaborado en la órbita del ministerio de Finanzas, indica que aun cuando las mujeres alcanzan en la actualidad un nivel de escolaridad mayor al de los hombres y su presencia es más visible en carreras con alta remuneración, la maternidad y las obligaciones que la misma impone siguen siendo elementos que influyen en que la fuerza laboral femenina reciba salarios inferiores al de sus pares masculinos, aunque se trate de tareas y responsabilidades similares.

Trabajo y familia, dos cuestiones que aún falta armonizar. Foto: iStock.

La nota en cuestión, producida por el viceministro de Finanzas, Paul Rochon, indica que “en razón de las normas sociales, las mujeres asumen la mayor parte de las responsabilidades domésticas y familiares”.

Tal situación tiene un impacto negativo en las posibilidades profesionales de las mujeres, que en muchos casos siguen siendo relegadas por el mercado laboral en beneficio de los hombres, ya que la posibilidad de que la maternidad las lleve a tomar largos períodos de licencia les resta posibilidades de ser contratadas.

A paso lento

Según datos de la agencia canadiense de estadísticas, que datan de mediados de 2018, en la década de los años 90 comenzó un proceso de ralentización de la entrada de las mujeres en el mercado laboral.

En esos años, la incorporación de fuerza laboral femenina alcanzó un crecimiento de 0,3 por ciento anual, mientras que la tendencia entre 1953 y 1990 se había ubicado en 1,4 porciento de aumento.

Poco a poco, las mujeres se han ido sumando a tareas antes reservadas a los hombres. Foto: iStock.

No obstante, la proporción de hombres y mujeres en la fuerza de trabajo siguió achicando su brecha.

A comienzos de los años 50, cerca de un cuarto de las mujeres entre 25 y 54 años se hallaba laboralmente activo, ya sea porque estas ya estaban empleadas o porque se encontraban en la búsqueda de trabajo. Para ese mismo período, la integración laboral de los hombres era de cerca del 100 por ciento.

Tiempos de cambio

La presencia de la mujer en el trabajo pasó del 24 por ciento en 1953 al 76 por ciento en 1990.

Tal fenómeno se explica, al menos en parte, no sólo en los avances en materia de legislación laboral y en la expansión de la economía, que favorecieron y demandaron más mano de obra, sino también en la mutación de la dinámica de la vida cotidiana.

Los electrodomésticos redujeron el tiempo dedicado a las tareas domésticas. Foto: iStock.

La incorporación de la tecnología a los hogares, con una serie de artefactos hogareños eléctricos como la aspiradora y el lavarropas, permitieron reducir el tiempo necesario para llevar a cabo las tareas domésticas.

Por otro lado, en Canadá, al igual que en la mayoría de los países desarrollados, las familias comenzaron a reducir el número de sus integrantes, de la mano de una fuerte y progresiva baja de la tasa de natalidad.

El alza

Hacia 2014, según datos de la agencia de estadísticas, las mujeres constituyeron el 47 por ciento de la mano de obra a nivel nacional.

A pesar de la brecha salarial señalada en relación con el género, los ingresos de las mujeres se duplicaron entre mediados de la década de 1960 y comienzos de 2010.

«Somos iguales», una realidad que no se expresa en los salarios. Foto: iStock.

En efecto, el salario promedio de las mujeres era de 15.700 dólares canadienses en 1965, mientras que dicha suma se ubicó en 37.200 dólares en 2010.

La explicación para esa suba en las retribuciones se explica a partir de un mayor número de trabajadoras a tiemplo completo y la llegada de estas a puestos de mayor calificación.

Tarea pendiente

El documento elaborado por Rochon reafirma el compromiso de la administración liberal en la promoción de la igualdad de género, recordando que se trata de una de las prioridades del gobierno.

Por último, el texto difundido indica que las futuras normas en la materia, principalmente en lo que hace a políticas públicas, deberán estar dirigidas a poner fin a la existencia de retribuciones salariales distintas basadas en el simple criterio del género.

La maternidad sigue siendo un problema para el mundo laboral. Foto: iStock.

Categorías: Política, Sociedad
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