Beluga (iStockphoto)

Proyecto de Santuario oceánico en Nueva Escocia para ballenas jubiladas

El Proyecto Santuario para Ballenas (Whale Sanctuary Project) trata de crear un santuario balneario de 40 hectáreas donde los cetáceos tales como ballenas y delfines puedan vivir en un entorno que maximice su bienestar, su autonomía y también para que puedan estar lo más cerca posible de su hábitat natural.

Los instigadores del proyecto afirman que esta es la primera organización centrada exclusivamente en la creación de santuarios en América del Norte para orcas y belugas criadas en cautividad o jubiladas de los parques acuáticos, acuarios y otras instalaciones de entretenimiento o que han sido rescatadas del océano y necesitan rehabilitación o atención permanente.

El grupo identificó dos lugares en el Océano Atlántico, frente a las costas de la provincia de Nueva Escocia, Canadá, donde se podría instalar este santuario para las ballenas retiradas. La razón por la cual se favorecen este lugar es porque el archipiélago constituye una forma de protección contra la marea alta para las belugas.

Orca (iStockphoto)

Hay que resaltar aquí que este año se votó en el Parlamento canadiense la Ley S-203 que pone fin a la cautividad de ballenas y delfines, después de la obstrucción por parte del lobby del cautiverio. Esto significa que ahora está totalmente prohibido capturar cetáceos en el mar o criarlos en cautiverio.

Pasar la nueva ley fue solo el principio, pero ¿qué se va a hacer con las más de 50 belugas del parque acuático Marineland de Ontario?  ¿A dónde pueden ir estas ballenas cuando les llegue la hora de jubilarse? Para los promotores del proyecto la respuesta es simple: “A los santuarios del mar”. Porque sin ellos, estos animales estarán condenados a vivir en tanques de concreto durante los próximos 30 o 40 años de vida que les queden.

Los escépticos por su parte afirman, que el proyecto es costoso: 20 millones de dólares para albergar entre 6 y 8 ballenas. Pero en el caso de que se realice en Nueva Escocia o en las provincias marítimas canadienses en general, hay otros interrogantes sobre todo entre los pescadores, afirma Lyne Morissette, bióloga marina y experta de mamíferos marinos y de funcionamiento de ecosistemas.

LOS INTERROGANTES

El sitio propuesto se encuentra en una zona de pesca y habría que cerrarlo. Pero si no, solo a nivel de la reglamentación el proyecto es noble y se comprende por qué la gente quiere realizarlo. Salvo que desde 2018 hay normas que prohíben acercarse a menos de 100 metros para las especies de vías de desaparición. Y si se quiere hacer una atracción de ese santuario, no se podrá acercar de los animales. Y estar en una jaula marina, a mi juicio es también el cautiverio. Es cierto que el territorio será 300 veces más grande que si estuvieran en Marineland donde están encerrados en un acuario. Pero 40 hectáreas es muchísimo más pequeño que su hábitat natural, como un área marina protegida.

Belugas (iStockphoto)

Un área marina protegida como el Parque Marino Saguenay -Saint Laurent, donde ese ecosistema es protegido esencialmente para el hábitat de las belugas y el área es de 1.200 kilómetros cuadrados. Es una causa noble, pero “un poco utópica” dice Lyne Morissette, pero por otra parte, esas belugas no pueden ser reintegradas directamente en el río San Lorenzo por ejemplo.

No se puede hacer porque estos animales están completamente desadaptados en su medio natural. Son animales que tienen comportamientos sociales muy fuertes incluso en su propio entorno natural. La idea del santuario para estos animales es quizá justamente para ofrecerles algo que se parezca lo más posible a su entorno natural sin dejarlos sin protección en un lugar completamente natural. Es una buena idea, pero el costo de este santuario sería de 20 millones de dólares, los cual es extremadamente caro y finalmente, dice la bióloga Lyne Morissette, esos 20 millones se podría utilizar de otra forma.

ES UNA BUENA IDEA, PERO...

Si queremos proteger a los animales en vías de extinción, como nuestros mamíferos marinos, las orcas y las belugas, podríamos invertir en la protección de su hábitat natural, prohibir ciertos proyectos que puedan  perturbar su entorno. El caso de todos los animales que se encuentran en cautividad es importante también. Es mucha, mucha plata para una estructura legal que no está clara por el momento.

Beluga y su bebé (iStockphoto)

El problema legal es que ahora en Canadá está totalmente prohibido por la ley de conservar mamíferos marinos en cautiverio. Por el momento la ley tolera los mamíferos marinos que se encontraban ya en cautiverio en Marineland en Ontario y en el acuario de Vancouver, pero desde 2019 no se toleran nuevos animales en cautiverio, no se puede hacerlos reproducir o importarlos para ponerlos en cautiverio.

Lynne Morissette, comprende completamente la nobleza del proyecto de santuario en el mar y su importancia, pero para ella el santuario, por muy santuario que sea y aunque se alimenten de una forma natural, es una forma de cautiverio también.

Orca (iStockphoto)

Otro de los tantos desafíos para estos mamíferos en el santuario es justamente de reaprender a alimentarse de su propio ecosistema y es por eso que se ha seleccionado un lugar de rico en peces. Pero aprender a alimentarse en un entorno natural para una beluga en cautividad que ha estado acostumbrada toda su vida a escuchar una campana al borde de la piscina, llegar y abrir la boca para que los alimentos caigan, será muy difícil.

Recuperar los reflejos naturales de caza perdidos para alimentarse en un entorno natural no será fácil y si estos mismos animales fueran liberados en su entorno natural, muy seguramente no sobrevivirían. Por esta razón, quizá la idea del santuario no sea tan mala ni tan costosa para que estos jubilados puedan sobrevivir tranquilos y apaciblemente el resto de la vida que les queda por delante.

Franco Nuovo entrevistó a Lynne Morissette
RCI/La Presse Canadienne/whalesanctuaryproject.org/parl.ca

Categorías: Medioambiente y vida animal
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