Descriminalizar o no, esa es la cuestión. Foto: iStock.

Opioides: a la búsqueda de una respuesta integral a la crisis

El primer ministro de Canadá, Justín Trudeau, expresó sus dudas en torno a que una descriminalización de las denominadas drogas duras pueda ser una respuesta a la crisis del consumo de opioides en el país.

De esa manera, el mandatario mostró una postura que difiere de la que su administración adoptó cuando impulsó la despenalización del consumo personal del cannabis y sus derivados.

El gobierno liberó la comercialización para el consumo recreativo de la droga en 2018, en medio de un fuerte debate en toda la sociedad.

El consumo callejero de drogas aumenta el riesgo de enfermedades graves. THE CANADIAN PRESS/Jonathan Hayward

En la ocasión, el primer ministro sostuvo la necesidad de impedir que el mercado negro siguiera regentando el comercio de la marihuana, señalando los riesgos que eso implicaba desde el punto de vista sanitario, ya que no había posibilidades de control sobre la calidad de los productos ofrecidos a los consumidores pero, además, se convertía en una fuente de ingresos millonarios para el crimen organizado.

De todos modos, Trudeau reconoció, según consigna la agencia The Canadian Press, que en su momento también dudó en torno a la conveniencia de habilitar un mercado legal del cannabis.

En una entrevista que concedió a la agencia de noticias, el jefe del gobierno canadiense se pronunció a favor de una estrategia global para luchar contra el creciente consumo de sustancias opioides en el país, que tiempo atrás puso en situación de emergencia a diversos sistemas de salud provinciales, sobre todo en Vancouver y en Toronto.

El número de intervenciones policiales tambien se multiplicó por la crisis. THE CANADIAN PRESS/Jonathan Hayward

Consumo y muerte

Los opioides son un tipo de drogas que incluyen sustancias como la heroína sintética, el fentanyl y analgésicos de gran poder.

Según el Centro Canadiense sobre Uso de Sustancias y Adicciones, entre enero de 2016 y diciembre de 2018 se registraron en el país 11.500 muertes provocadas por el consumo de opioides.

La misma entidad da cuenta de que 9,6 por ciento de los adultos que usaron medicamentos con opiáceos durante 2018 reportaron haber padecido trastornos derivados del consumo de los mismos.

Homenaje a las víctimas mortales de los opioides. THE CANADIAN PRESS/Darryl Dyck

La Asociación Canadiense de Salud Pública eleva el número de decesos a 14.000, incluyendo al año 2019 en los cálculos.

Trudeau dijo en la entrevista que prefiere otro tipo de soluciones al problema, como facilitar a los médicos más herramientas para que puedan determinar con mayor precisión los medicamentos y sustancias que pueden prescribir, así como ampliar el número de centros de consumo seguro en todo el país.

Los centros de consumo seguro, también conocidos como centros de inyección segura, son lugares en los que los consumidores pueden administrarse drogas bajo la supervisión de profesionales de la salud.

Al alcance de todos

Según sostiene la agencia de Salud Pública, en un reporte publicado en 2014 la heroína, una droga dura, se ha convertido en algunas comunidades del oeste del país en una sustancia elegida cada vez por más personas, ya que es más barata y más fácil de obtener que incluso algunas sustancias prescritas por los médicos, como la morfina.

Una de las variables que llevó a la baja los precios de los opioides en el país fue el aumento de la producción de opio en Afganistán, principal mercado abastecedor de dicho producto en Canadá.

La magnitud de la crisis obligó a instrumentar kits de emergencia para atender a las víctimas. THE CANADIAN PRESS/Darryl Dyck

La Asociación Canadiense de Psicología (ACP), por su parte, publicó un documento en junio de 2019, en el que indica que entre 2016 y 2017 hubo un aumento del 40 por ciento en las muertes en todo el país provocadas por el uso de opioides, mientras que los centros de salud debieron proceder a 17 hospitalizaciones diarias por intoxicación con ese producto.

El dolor como origen de todo

Entre las causas de la crisis, la ACP cita la falta de acceso a tratamientos no farmacológicos contra el dolor y la carencia de tratamientos para el trastorno por consumo de opiáceos.

Del mismo modo, la entidad resalta el peso que tiene el estigma hacia las personas que consumen la sustancia, que padecen de trastornos mentales o que presentan problemas de dolores crónicos.

El consumo de analgésicos es cada vez más cuestionado. Foto: iStock.

La práctica médica de recetar analgésicos como primer recurso para combatir el dolor es uno de los elementos que citan actualmente los especialistas a la hora de intentar identificar los orígenes de la crisis de los opioides.

El “uso y abuso” de los medicamentos para evitar los efectos del dolor parecería ser una de las causales de la predisposición, al menos en algunas personas, a consumir medicamentos cada vez más fuertes y de manera más frecuente, creando así el escenario propicio para el origen de una adicción.

Necesidad de terapias mentales

La ACP reclama un enfoque preventivo para contrarrestar la crisis producida por el abuso del consumo de opioides en el país.

En el documento citado, la asociación sostiene que experiencias adversas durante la infancia, como abuso o negligencia por parte de los adultos, se encuentran frecuentemente asociadas a trastornos como dolores crónicos, uso de sustancias tóxicas y consumo problemático de opiáceos.

Los expertos señalan la necesidad de un enfoque psicológico de las adicciones. Foto: iStock.

En tal sentido, los autores sostienen que iniciativas como el Programa de Apoyo Familiar para Padres y Jóvenes han mostrado una reducción significativa del riesgo de consumo no prescrito de opioides para personas entre 12 y 25 años de edad. Tal baja se sitúa entre el 21 y el 25 por ciento, según los casos.

Las terapias basadas sólo en el uso de fármacos parecen aumentar los riesgos de efectos secundarios.

Al respecto la ACP insiste en la necesidad de instrumentar las intervenciones con enfoque psicológico para personas que padecen dolor crónico, como una de las claves para combatir la crisis desde su raíz.

Las cuestiones de género, para tomar en cuenta las problemáticas diferenciadas que el tema puede presentar según se trate de hombres o de mujeres, las necesidades de los jóvenes, la realidad de los pueblos indígenas son aristas del problema que, según la asociación, no pueden quedar excluidas del debate.

Fuentes: Centro Canadiense sobre Uso de Sustancias y Adicciones / Asociación Canadiense de Salud Pública / Asociación Canadiense de Psicología / The Canadian Press.

Categorías: Política, Salud
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