El 4 de diciembre pasado, Leya Nahra, de 17 años y los gemelos Massinissa y Gaya Berrouche, de 16, le salvaron la vida a su maestra quien perdió conocimiento en plena clase de francés.
Los tres alumnos de la escuela secundaria George Vanier de Montreal son muy humildes y creen que cualquier persona habría hecho lo mismo.Dicen que sólo hicieron su deber de ciudadanos, como les enseñaron sus familias.
Cursos de primeros auxilios
Motivados por su padres, los tres chicos habían seguido una formación en resucitación cardiopulmonar y fue gracias a eso que mientras una de las profesoras presentes corrió a buscar un desfibrilador, Leya, Massinissa y Gaya practicaron el masaje cardíaco en la maestra.
Mire el reportaje:
Imágenes del reportaje de la periodista Valérie-Micaela Bain, de Radio-Canada (Fotografía: Antoine Sirois Montaje: Bruno Deschênes/Radio-Canada)
Los desfibriladores en las escuelas, el proyecto llevado por un solo hombre
El doctor Paul Poirier, cardiólogo del Instituto Universitario de Cardiología y Neumología de Quebec (IUCPQ) y profesor titular de la Facultad de Farmacia de la Universidad Laval, lideró por años una campaña de recaudación de fondos entre los médicos de la provincia para comprar desfibriladores y para que se instalarán en más de 500 escuelas de Quebec.
Cada desfibrilador externo automatizado cuesta 1.500 dólares.
Por suerte para esta profesora de secundaria, desde el último regreso a clases en septiembre pasado, todas las escuelas de la provincia de Quebec deben contar con un desfibrilator cardiaco.
Esta semana la maestra a la que le salvaron la vida continuó hospitalizada, pero está mejor.
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