El exdirigente de SNC-Laval, Sami Bebawi fue condenado a una pena de detención de 8 años y medio por haber creado estratagema de fraude y corrupción que implicaba al régimen de Muamar el Gadafi en Libia.
La fiscalía reclamaba una pena de nueve años de prisión, mientras que la defensa estimaba que seis años eran suficientes para el hombre de 73 años.
Al salir de la sala de audiencia, los abogados de Sami Bebawi no quisieron comentar la condena. Ellos ya habían hecho apelación del veredicto de culpabilidad, por lo cual el tribunal de apelación ordenó hoy mismo la liberación de Sami Bebawi hasta que se termine el proceso de apelación.
Por sus parte, los representantes de la fiscalía se alegrarón de la decisión. « Lo que habíamos abogado, y que el juez retuvo, es la importancia de las denuncias y de la disuasión, y consideramos que esta condena es una condena disuasiva», explicó la fiscal Anne-Marie Manoukian.
Anne-Marie Manoukian empezó a trabajar en el caso de Bebawi desde el 2011. Hoy se alegra de la condena pronunciada en el tribunal de Montreal.
Ella considera que el juez tuvo en cuenta la severidad de las acusaciones, y la implicación del exdirigente en la infracción.
Sami Bebawi había sido declarado culpable de los cinco cargos que pesaban contra él de fraude, corrupción de un agente público extranjero, posesión de bienes robados y blanqueo de los productos de delitos en diciembre.
La fiscalía resalta, con razón, que la trama fáctica de este caso establece que el modelo de negocio implantado se apoyaba en una corrupción extendida. Extracto del fallo del juez Cournoyer.
En ese momento, el juez Cournoyer, de la Corte superior de Quebec había rechazado la solicitud de detención preventiva de la fiscalía porque estimaba que no había riesgo que Bebawi huyera.
La fiscalía también piensa reclamar la imposición de una multa. Los abogados de ambas partes deben presentar sus argumentos a este sujeto el próximo 28 de enero para determinar qué pasará con los productos de la criminalidad y con el dinero que fue incautado en este caso.
La defensa ya ha invocado que Sami Bebawi tiene problemas de dinero y de salud y que no sería verdaderamente capaz de pagar una multa.
Un yate para el hijo de Muamar el Gadafi
Sami Bebawi es el único acusado en este caso. Él sería instigador del estratagema que le permitio a la compañía quebequense SNC-Lavalin obtener lucrativos contratos en Libia desde finales de los años 1990, según las pruebas presentadas por la fiscalía. Según la abogaga,durante má de 15 años, la empresa de Montreal transfirió aproximadamente 113 millones de dólares a sociedades ficticias para pagar personas que después le ayudaron a recaudar fondos y a ganar contratos en Libia.
La fiscalía también demostró que habían vínculos entre SNC-Lavalin y el régimen de Muamar el Gadafi.
Según ella, Bebawi creo un sistema de sobornos que beneficiaban a Saadi el Gadafi, hijo del exdictador libio, en cambio de contratos importantes. En total, Saadi el Gadafi habría recibido 26 millones de dólares de SNC-Lavalin y un lujoso yate de más o menos este mismo costo.
Sami Bebawi decidió de no testificar y de no presentar ninguna defensa durante su proceso.
Este asunto de SNC-Lavalin fue el centro del conflicto político entre la exministra de la justicia Jody Wilson-Raybould y el primer ministro canadiense Justin Trudeau que resultó en verdadero escándalo público el año pasado.
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