En 2018, cerca de 1 de cada 4 canadienses de 15 años de edad o más brindó cuidados a un miembro de su familia aquejado por una enfermedad grave, una discapacidad física o mental o problemas propios de la vejez.
Así surge de un reporte difundido recientemente por la agencia canadiense de estadísticas.
Según el documento, 7,8 millones de personas en todo el país tuvieron el cuidado de un familiar entre una de sus actividades principales.
Los cuidados de una persona por parte de un familiar constituyen una práctica habitual en todo el país. Es un hecho no tan conocido que muchos canadienses tienen bajo su atención a algún miembro de la familia que no cuenta con la autonomía suficiente para poder prodigarse acciones básicas como alimentarse, asearse, tomar medicación y otras.
La atención de los discapacitados se cuenta entre las tareas descritas. Foto: iStock.
Al mismo tiempo, señala la agencia, esas personas permiten aminorar los costos del sistema de salud, que en muchos casos, sobre todo cuando se trata de personas ancianas, cuenta con personal asalariado e instituciones para brindar ese tipo de atención.
El 64 por ciento de los “cuidadores” consagró menos de 10 horas por semana a asistir a un ser querido, 15 por ciento consagró entre 10 y 19 horas y 21 por ciento ocupó 20 horas o más de su tiempo a esas tareas.
Siempre en 2018, el 47 por ciento de los asistentes declararon que su principal ocupación era cuidar a sus padres o suegros.
Se trata, según la entidad, de una función que ocupa a la mayoría de los canadienses entre 45 y 64 años de edad con familiares a su cargo.
El tipo de ayuda brindada con más frecuencia en este caso fue el transporte, con el objeto de colaborar con la persona beneficiada en hacer las compras de mercado o asistir a una consulta médica.
Muchos padres se ocupan de hijos con problemas graves, como depresión. Foto: istock.
En segundo lugar se ubicó la preparación de las comidas y el aseo de la vivienda, que fue declarado por el 64 por ciento de los consultados.
Más de 600.000 canadienses se ocuparon de la atención de un hijo con problemas de salud de larga duración o con discapacidad física o mental.
Los padres que se encuentran en tal situación dedican más de 14 horas por semana a los cuidados de los menores, aún cuando al mismo tiempo tengan un empleo como ocupación principal.
Otros asistentes incluyen a quienes se ocupan de un amigo, colega o vecino, que incluye al 13 por ciento de los asistentes, un familiar lejano 10 por ciento o un abuelo o abuela 9 por ciento.
El 70 por ciento de los asistentes recibieron algún tipo de apoyo o asistencia, incluso financiero, en reconocimiento de sus tareas.
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