Un grupo de excursionistas en motonieve que se encontraba sobre el Lago Magog de Quebec el sábado primero de febrero pasado, se llevaron una desagradable y fría sorpresa que les pudo costar la vida.
Al atardecer, el grupo hizo una parada para comer una merienda y planificar el trayecto a seguir. Algunos de ellos decidieron continuar su camino sin sospechar del peligro que los acechaba.
Alrededor de las 8 de la noche, 6 de ellos que se dirigían hacia la desembocadura del Río Magog en un lugar donde el espesor del hielo no es suficiente para soportar el peso de las motonieve y sus conductores. El hielo se rompió y cayeron todos en el lago. Cuatro de ellos lograron salir del lago por sus propios medios, pero los otros 2 no lo lograron y tuvieron que ser auxiliados por sus amigos, vecinos y socorristas que llegaron al lugar, después de haber sido advertidos por el vecindario.
Keven Gagnon, que formaba parte del grupo, pero que no corrió con la mala suerte de sus otros compañeros, no dudó en iniciar el rescate de uno de sus amigos. Con una cuerda que lleva siempre en su motonieve avanzo con mucha precaución sobre el hielo que se resquebrajaba pero que soportaba su peso.
(Captura de pantalla de video de Radio Canadá)
Cuando llegó cerca al lugar donde se encontraba su amigo flotando en el agua fría, le lanzó la cuerda, comenzó a halarlo y logró sacarlo del agua. Pero después tuvo seguir arrastrándolo durante varios metros hasta que pudiera estar verdaderamente fuera de peligro. Jérôme Blais, es un residente de Magog. Él sabe de los peligros de aventurarse en el lago cuando no se lo conoce.
Cada año o cada 2 años siempre hay problemas en ese sector, porque el Río Magog, que conecta el Lago Memphrémagog con el Lago Magog, no se congela jamás durante el invierno. Entonces hay un pequeño sector que queda cerca de mi casa que no se congela. Y las personas que circulan por ahí, sobre todo al caer el día o durante la noche, no ven que el lago no está congelado. Si llegamos a ese lugar con cierta velocidad, se vuelve una verdadera trampa.
Keven Gagnon por su parte, admite que el hecho de salir de los senderos marcados hace correr un gran riesgo a los que no conocen bien el lugar. Funcionarios del gobierno de Quebec también advierten a los aficionados de la motonieve deben ser muy cautelosos y sobre todo no salir de los senderos marcados.
(Captura de pantalla de video de Radio Canadá)
Jérôme Blais dice que tampoco hay que confiarse en los faros de las motonieve porque una vez que cae la noche la visibilidad es bastante reducida y si la parte del lago sobre la que están rodando no está congelada la sorpresa es grande y no perdona si no hay hielo sólido en ese lugar.
Lo que confunde es que casi a un 95% el resto del lago está congelado. En este momento hay alrededor de 60 centímetros de hielo. Los carros y las camionetas circulan en el lago y no es problemático. Pero existe este pequeño sector que se vuelve verdaderamente muy peligroso. Cuando lo rodamos cerca de la orilla del lago, pero cuando no lo sabemos es peligroso.
Jérôme Blais dice que cuando vio el accidente y los medios que lo cubrían se dijo que debía pasar esta información para beneficios de los que no conocen los detalles del lago.
Las personas que frecuentan el lago para ir a la pesca bajo el hielo conocen estas condiciones, saben que hay pequeñas porciones del lago en la desembocadura del Río Magog que no se congelan por el continuo movimiento del agua y saben que tienen que evitar esa zona. Y preferiblemente hay que evitar de desplazarse en motonieve en la noche, dice Jérôme Blais.
Generalmente voy de día porque quiero tener una visión del lago, porque un lago está en movimiento durante el invierno dependiendo de las congelaciones y descongelaciones. El hielo se puede romper. Hay noches de fríos intensos en que oímos el ruido del movimiento del hielo en el lago. Es como una música. Por eso no me arriesgo a ir sobre el lago durante la noche, pero eso depende de las decisiones personales.
Los accidentados del sábado pasado contaron con la suerte que vecinos vieron lo que sucedió en el lago y pudieron ayudarlos. Lo socorristas por su parte lograron rescatar a la última persona que se encontraba en el agua, donde pasó alrededor de 20 minutos.
(Captura de pantalla de video de Radio Canadá)
En el pasado ya hubo muertos por la misma razón, dice Jérôme Blais. Recordemos que a finales del mes enero del presente año, durante una excursión de 8 personas en motonieve en el Lago Saint Jean, Quebec, el guía y 5 turistas franceses perdieron la vida cuando el hielo cedió bajo su peso. Los otros 3 turistas, de los cuales 2 habían caído al agua también fueron auxiliados por el tercero y lograron salvar sus vidas.
El accidente se produjo cuando cinco turistas se alejaron del camino marcado y del grupo y se internaron en el lago. Cuando el guía de la excursión se dio cuenta, regresó sobre sus pasos para ir a buscarlos y desafortunadamente para él, también cayó al lago y perdió la vida. Todos los cuerpos no han podido ser rescatados hasta el momento.
Patrick Masbourian entrevistó a Jérôme Blais
RCI/Radio Canada (Marie Eve Lacas)/La Presse Canadienne/lapresse.ca/lesoleil.com
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