Ludia es una niña de 7 años del sur de Sudán que se está sometiendo a una sesión de rehabilitación con su fisioterapeuta. | Foto: © Quinn Neely / Humanité et Inclusion

COVID-19: refugiados, discapacitados y los más pobres pagarán alto precio

El desarrollo de la pandemia en los países frágiles plantea un riesgo importante para las personas vulnerables, incluidas las personas con discapacidad, los refugiados, las comunidades con recursos financieros reducidos o aquellos en situación de guerra, creen organismos canadienses e internacionales trabajando a nivel global.

Humanité et Inclusion, está convencida que esas comunidades pagarán «un precio más alto por la COVID-19 proporcionalmente que el resto de la población, porque son más frágiles.» Además, cree la organización humanitaria canadiense que anteriormente se conocía como Handicap International, esas personas vulnerables serán las más afectadas por las consecuencias de la pandemia en lo que respecta al acceso a la atención sanitaria y a todas las formas de asistencia humanitaria.

«Ante la epidemia de coronavirus, estamos especialmente preocupados, sobre todo por las personas más vulnerables de nuestros países de intervención (África, América del Sur y Central, Asia). Estamos adaptando nuestras actividades para continuar, en particular, las sesiones de rehabilitación, cuando el contexto sanitario lo permita.

Las medidas de restricción de la circulación y el confinamiento, el cierre de los centros que acogen a nuestros beneficiarios y nuestras actividades también plantean la cuestión del acceso humanitario. Estas restricciones aumentarán la precariedad de las personas dependientes, las personas que necesitan cuidados especiales, y pueden amenazar la cobertura de sus necesidades básicas como el acceso al agua, los alimentos y la higiene.Humanité et Inclusion

Los refugiados e inmigrantes del mundo

Miembros de la Defensa Civil de Siria desinfectan el campamento de desplazados internos de Bab Al-Nour, en un intento de prevenir la propagación de la enfermedad coronavirus (COVID-19) en Azaz, Siria, el 26 de marzo de 2020. (Foto: ©REUTERS/Khalil Ashawi)

Los más de 70 millones de personas desplazadas por la fuerza en el mundo (refugiados, solicitantes de asilo, desplazados internos y otros migrantes forzados) se encuentran entre los más vulnerables ante el coronavirus, cree Refugees International, una organización dedicada al apoyo de los desplazados y refugiados del mundo.

Su desplazamiento los deja en desventaja de muchas maneras ya que los efectos de la epidemia se agravan y se ven agravados por las condiciones en que viven. Hay una serie de factores que los hacen extremadamente vulnerables a la propagación del virus.Refugees International

Entre los factores mencionados por esta organización están, la densidad de población ya que muchos refugiados y desplazados internos viven en condiciones de hacinamiento, como campamentos formales, asentamientos informales o espacios urbanos densamente poblados.

A menudo, varias familias se ven obligadas a compartir el mismo cuarto de baño, la misma cocina y las mismas instalaciones de baño, si es que tienen acceso a ellas. Algunos se ven obligados a compartir la misma tienda de campaña. En algunos países, los solicitantes de asilo y los migrantes irregulares son detenidos, a menudo en condiciones espantosas. La facilidad con que se propaga el coronavirus hace que estas situaciones de vida sean potencialmente desastrosas.Refugees International

Los afganos desplazados internamente recogen agua de una bomba de agua pública junto a sus tiendas en un campamento de refugiados, durante la propagación de la enfermedad coronavirus (COVID-19), en Kabul, Afganistán, el 28 de marzo de 2020. (Foto: ©REUTERS/Mohammad Ismail)

Además, los desplazados suelen tener dificultades para acceder a los servicios básicos, especialmente a la atención sanitaria.

Cuando tienen acceso, suele ser a la atención primaria de salud. Los cuidados intensivos -el tipo de atención que los pacientes de COVID-19 necesitan cuando desarrollan el síndrome de dificultad respiratoria aguda- son escasos o inexistentes, especialmente en los campamentos.Refugees International

Además, afirma el organismo, las personas que huyen de los conflictos o de los desastres naturales suelen tener que luchar contra condiciones de salud subyacentes, como la malnutrición, el estrés psicosocial y otras enfermedades infecciosas como la tuberculosis. Estas condiciones los hacen más vulnerables al virus.

Estudiantes refugiados sirios participan en una actividad de lavado de manos durante una campaña de concienciación sobre el coronavirus iniciada por OXFAM y el UNICEF en el campamento de refugiados de Zaatari en la ciudad jordana de Mafraq, cerca de la frontera con Siria, el 11 de marzo de 2020. | Foto: ©REUTERS/Muhammad Hamed

Por otro lado, el acceso limitado de las comunidades desplazadas a información fiable complicará los esfuerzos de respuesta. La desinformación, la desconfianza en las autoridades, la ausencia de redes de comunicación y las barreras lingüísticas pueden impedir que los mensajes sean precisos y de gran alcance.

Sin información crítica sobre el coronavirus, los desplazados no sólo pueden correr el riesgo de propagar la infección, sino que pueden encontrarse en violación de nuevas políticas. En riesgo de ser deportados, los solicitantes de asilo sin estatuto jurídico suelen ser reacios a confiar en las autoridades locales, y mucho menos a revelarse una vez que se enferman.Refugees International

Por último, a medida que los gobiernos, las organizaciones no gubernamentales y las organizaciones internacionales reorientan su atención y sus recursos para combatir la pandemia, la financiación necesaria para responder a las crisis humanitarias y de desplazamiento en curso corre el riesgo de disminuir drásticamente.

Las respuestas a muchas de esas crisis están de por sí, muy poco financiadas, cree Refugees International. Las repercusiones económicas duraderas de la pandemia en la economía mundial no harán sino agravar este problema, en un momento en que los organismos de ayuda se encuentran cada vez más desbordados.

Los refugiados e inmigrantes en Canadá

Un centro de retención de inmigrantes de la Agencia de Servicios Fronterizos del Canadá se muestra en Laval, Que. | Foto: © THE CANADIAN PRESS/Graham Hughes

El 24 de marzo, Amnistía Internacional Canadá escribió una misiva al gobierno canadiense para expresar su preocupación por sus «esfuerzos inadecuados» para prevenir la propagación de COVID-19 entre los inmigrantes detenidos y recomendó que se redujera rápidamente a un mínimo absoluto el número de personas detenidas en centros de detención de inmigrantes.

Este jueves fueron liberados migrantes detenidos en el Centro de Vigilancia de la Inmigración de Laval, Quebec, que estaban llevando a cabo una huelga de hambre por temor a su seguridad frente al brote de la COVID-19 en ese establecimiento.

Ya desde el 19 de marzo, 34 migrantes detenidos en este centro de detención habían presentado una petición pidiendo su liberación urgente, por temor al contagio. 

Cabe mencionar que si bien la Agencia de Servicios Fronterizos de Canadá (ASFC) sólo retiene a unos pocos cientos de personas en sus centros de detención de inmigrantes, la tasa de muertes per cápita entre los inmigrantes detenidos en el Canadá es varias veces superior a la de los inmigrantes detenidos en los Estados Unidos, dice Amnistía Internacional.

Los servicios fronterizos de Canadá deben detener a las personas sólo en las circunstancias más excepcionales y, en general, deben poner fin a la detención relacionada con la migración. Además de los riesgos reales para la salud física de las personas detenidas durante la pandemia de COVID-19, el estrés psicológico es importante para los detenidos y sus familias.Amnistía Internacional Canadá

Los inmigrantes detenidos en el Centro de Retención de Inmigrantes (IHC) de Laval (Quebec) han estado tan preocupados por el riesgo de contraer COVID-19 en la detención que han iniciado una huelga de hambre, ya que exigen ser liberados.

Amnistía Internacional Canadá cree que el impacto psicológico debe tenerse seriamente en cuenta al determinar si es necesario detener o mantener la detención.

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