Las doulas empiezan su trabajo de acompañamiento de las embarazadas mucho antes del parto y lo continúan mucho después del nacimiento del bebé. (Shutterstock)

El esencial trabajo de parteras y doulas en tiempos de pandemia

En estos momentos en Canadá, los médicos y enfermeras trabajan en primera línea para hacer frente al brote de COVID-19. Pero ellos no están solos.  Otros profesionales del medio sanitario continúan atendiendo a pacientes que no están infectados con el virus. Pero que también han tenido que ajustar su forma de trabajar.

Nos referimos a las parteras y las doulas que han tenido que repensar cómo pueden apoyar a las mujeres embarazadas en momentos en que se impone un distanciamiento físico obligatorio para contener el virus.

Y las preocupaciones de esas trabajadoras especializadas y poco reconocidas suenan al unísono ya sea en Ontario como en Quebec.

La partera aprendiz Vilisie Tayarak a la izquierda de las parteras certificadas Jennie Stonier y Saira Kakayuk. Los tres ayudan a la mayoría de las mujeres en Salluit, Quebec, a dar a luz a sus bebés. (Marika Wheeler / CBC)

Las demandas de los servicios de partería han visto un aumento desde el comienzo de la pandemia en todo Canadá.

Expertas del sector dicen que algunas futuras mamás están preocupadas por su embarazo y la posibilidad de dar a luz durante la pandemia en hospitales.

Mounia Amine, es Presidenta del Regroupement des sages-femmes du Québec (RSFQ). Su organización representa a las 253 parteras de la provincia.

Ella dice que, con la pandemia, la demanda de nacimientos en casa se ha disparado. Y que ya había listas de espera debido a la escasez de parteras.

“La escasez de mano de obra y la incertidumbre sobre el número de parteras en los próximos meses limita realmente la capacidad de absorber un aumento significativo de los seguimientos», dice Mounia Amine.

Desde que se legalizó la práctica de las parteras en la provincia de Quebec, hace poco más de 20 años, las profesionales deploran el hecho de que todavía se enfrentan a prejuicios persistentes y a la falta de reconocimiento tanto del público como de la red de salud.

La falta de reconocimiento, dicen ellas, es realmente un problema.

Mounia Amine, Presidenta del Regroupement des sages-femmes du Québec (RSFQ). Foto: Radio-Canadá / Cortesía de Mounia Amine

Amine dice que el sector de la salud pública tiene sentimientos contradictorios respecto a la profesión.

“Hay como una discrepancia entre lo que quiere una parte del Ministerio de Salud: que las parteras estén ahí, siempre disponibles. Pero después, cundo se trata de condiciones de trabajo, salario, protección, relaciones laborales, ¡ah, de eso no se habla! Es como si los dos universos no se hablaran entre sí. Yo diría que este es el elemento más difícil para nosotras. Sigue siendo muy actual.”

“Era así antes de la pandemia. Durante la pandemia, lo es aún más”.

– Mounia Amine, Presidente del Regroupement des sages-femmes du Québec (RSFQ)

Doula, es una palabra de origen griego que se tradujo como «esclava» pero que luego mutó y ahora está asociada a una «una mujer que ha tenido hijos y se pone al servicio de otra mujer que va a parir, acompañándola durante el embarazo, el trabajo de parto, parto y puerperio.

Sandra Farías es doula en la ciudad de Toronto y coincide plenamente con Mounia Amine.

“Desafortunadamente, esta importante tarea de parteras y doulas no es valorada como debe ser, ni aún en tiempos de pandemia. De hecho, el gobierno de la provincia de Ontario no considera a las parteras o al personal de apoyo en las clínicas como trabajadores esenciales de salud y no ha dado a este sector ningún incentivo salarial. Además, las parteras están atendiendo a todas aquellas embarazadas sin estatus, dándoles constante apoyo prenatal y de postparto. Este es todo un segmento de la población que está por afuera del sistema y que no se puede abandonar”.

Sandra Farías, junto a nueva nueva mamá.
Credito de la Foto: Gabriela Rojas

La partera es la responsable médica principal de un parto, del cuidado prenatal al cuidado post parto hasta la sexta semana de vida de un recién nacido.

Las doulas empiezan su trabajo de acompañamiento de las embarazadas mucho antes del parto y lo continúan mucho después del nacimiento del bebé.

Para las madres y también para las inmigrantes que no cuentan con una red de apoyo familiar, se trata de un apoyo fundamental, no sólo físico sino también emocional.

Sandra Farías dice que su trabajo además ayuda a las mujeres a vivir el embarazo, el parto y el post parto de forma consciente, respetando las decisiones de las madres y haciendo que el proceso sea más fácil.

¿Qué cambió Covid-19 a su trabajo de doula?

El coronavirus obligó a parteras y doulas a reorganizar el trabajo dice Sandra Farías.

“Uno de los cambios es que las doulas ya no son admitidas en los hospitales a menos que sea la única acompañante. Las madres casi siempre eligen a la pareja y entonces la doula, a diferencia de antes de la pandemia, no es admitida. Se ha limitado a una persona de acompañante al parto en todos los hospitales. Otro problema es el equipo de protección. Nosotras hemos fabricado nuestras propias túnicas y máscaras para poder hacer el trabajo, ya que eso es muy escaso y el gobierno no lo entrega”.  

Sandra Farías dice que también han tenido que dar el paso hacia la experiencia del teletrabajo.

“Las citas de controles prenatales que antes eran en persona, ahora se hacen virtuales o telefónicamente y sólo se hacen visitas en persona más cortas, para realizar por ejemplo exámenes de sangre, pesar al bebé, etc. Esto, para evitar el contacto físico lo más posible. Con los recién nacidos, se privilegia la visita en casa y muchas parejas están optando por partos en sus casas, cuando es factible”.

En Montreal, brote de la epidemia, se desaconseja el parto en la casa

Mounia Amine dice que el parto en la casa no es aconsejable cuando no se pueden observar plenamente las medidas de protección necesarias.  En Montreal, la transmisión del coronavirus en la comunidad es muy alta.

“El contexto del parto no es el mismo que el de las visitas postnatales, por ejemplo, donde vamos a ver a la gente, nos quedamos como máximo una hora, podemos quedarnos de pie, podemos cambiarnos de ropa rápidamente, no tocamos las áreas comunes, usamos nuestras máscaras. Pero cuando estamos en el contexto de un parto, estamos en el espacio de la gente durante mucho tiempo. Incluso más de un día completo. Y Montreal es un foco de infección hoy”.

Y Mounia Amine insiste: la falta de reconocimiento de parte del sistema de salud perjudica no solo a parteras y doulas sino también a las futuras madres que las necesitan.

Como bien lo indican Sandra Farías y Mounia Amine, el trabajo de las parteras ha cambiado dramáticamente en cuestión de semanas. Pero no su ética de trabajo.

A pesar de la pandemia, siguen apoyando a las mujeres lo mejor que pueden en estos tiempos difíciles.

Como lo expresa Sandra, “en lo personal, veo el esfuerzo de estas profesionales día a día, ya que colaboro semanalmente en el cuidado de una niña hija de una partera, así ella puede continuar su trabajo y sus turnos. Eso me hace feliz, aunque obviamente se extrañan bastante los servicios de guarderías”.

Las ramificaciones de la pandemia se extienden por espacios inimaginables.

Con información de Radio Canadá

 

 

 

 

 

 

 

 

Categorías: Salud, Sociedad
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