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El pintor canadiense Kent Monkman, de raíces indígenas cree, así como inglesas e irlandesas, presentó el 16 de mayo, a través de las redes sociales, un nuevo cuadro, titulado “Hanky Panky”, que ha causado una diversidad de reacciones en Canadá.
El pintor dijo que la pieza tenía como objetivo denunciar situaciones como «el sistema de (in)justicia canadiense» y la victimización de las mujeres indígenas, que sufren niveles de violencia y agresión sexual más elevados que otras mujeres en Canadá.
El trabajo de Monkman puede ser descrito como subversivo, ya que plantea constantemente una reinterpretación de la historia oficial de Canadá, y esto a su vez mediante la apropiación de los estilos pictóricos occidentales, desde el neoclasicismo de un Jacques-Louis David al romanticismo de los paisajes del británico J.M.W Turner.

«Seeing Red» (Viendo Rojo) cuadro de Monkman de 2014 , que muestra una confrontación entre el toro de Picasso, símbolo de virilidad, con el alter ego del pintor, Miss Chief .
Monkman también rechaza la heterosexualidad como patrón cultural dominante y transforma la diversidad sexual en un desafío a las maneras de interpretar la pintura, utilizando para ello un alter-ego pictórico, Miss Chief Share Eagle Testickle.
Sus telas reflejan la violencia de la conquista y la colonización europea sufrida por los pueblos indígenas en Canadá, una experiencia común entre los pueblos indígenas en las Américas. Desde su perspectiva, los pueblos originarios canadienses continúan sometidos a una situación colonial al interior de Canadá.
Pinturas como “The Scoop”, (El secuestro), hecha en 2018, presentan de manera gráfica y simbólica el período entre los años 50 a 80 cuando el Gobierno de Canadá arrancó de sus familias a unos 20.000 niños indígenas para que sean acogidos o adoptados por familias principalmente blancas de clase media.

Detalle del cuadro del pintor Kent Monkman, «The Scoop», de 2018.
(Foto: Kent Monkman)
Kent Monkman, que procede de la nación Cree de Fisher River en Manitoba, nació en 1965 en la localidad de Saint Marys, en la provincia de Ontario y creció en Winnipeg, que es la ciudad en Canadá con el mayor número de habitantes indígenas. Más tarde se graduó del Sheridan College, en Oakville, Ontario. Actualmente vive y trabaja en la mayor metrópolis canadiense, Toronto.
La expresión en inglés hanky panky significa “comportamiento, en particular sexual o legalmente dudoso, considerado impropio, pero no grave” y tiene connotaciones sexuales lúdicas.
En el cuadro Kent Monkman muestra a una figura que representa al primer ministro Justin Trudeau, con el posterior parcialmente desnudo, preparándose para lo que el pintor describió como «un acto consensuado» mientras las mujeres indígenas que rodean la escena se ríen.
Este cuadro “Hanky Panky”, pintado por Monkman, ha sido condenado por muchas voces en las redes sociales ya que consideran que se trata de una escena de violencia sexual y falta de respeto a las tradiciones de las Primeras Naciones. Pero, como todo trabajo artístico controvertido, también recibió su parte de elogios, incluyendo el apoyo del senador indígena ojibway Murray Sinclair.
Monkman describió el círculo de mujeres de su obra como representación de las guardianas tradicionales de la ley, las okihcitâwiskwêwak en lengua cree.
La controversia en torno a la pintura “Hanky Panky” llevó al artista a explicar que el acto sexual representado en este cuadro es con el consentimiento de los participantes, ya que en el bolsillo trasero derecho del hombre arrodillado se puede ver una pañoleta roja, que era un signo entre la comunidad gay en los años 70 y 80 que significaba el asentimiento y disposición a una amplia variedad de preferencias sexuales y fetiches. Era un signo de invitación a tener relaciones sexuales entre personas del mismo sexo.

Este cuadro de Kent Monkman titulado «Hanky Panky» ha causado controversia desde que el artista lo presentó en los medios sociales el 16 de mayo
(FOTO: CORTESÍA DE KENT MONKMAN)
El cuadro también muestra a un policía montado tumbado en el suelo con los pantalones bajados y a un grupo de ex-primeros ministros de Canadá entre la multitud, observando. Entre ellos el padre del actual Primer Ministro, Pierre Elliot Trudeau, el conservador Stephen Harper, el liberal Jean Chrétien, así como el controvertido primer ministro Sir John A. Macdonald, que gobernó entre 1867 y 1873, y nuevamente entre 1878 y 1891.
Macdonald provocó deliberadamente la hambruna y las enfermedades entre los indígenas canadienses, matando a miles de ellos para despejar el camino del ferrocarril hacia el Pacífico canadiense, abriendo las Praderas a la colonización europea.
A Jaye Simpson, artista y escritora queer e indígena Oji-Cree Saulteaux en Vancouver, el cuadro le hizo sentirse mal, Dijo que le pareció que un acto de violencia sexual estaba siendo representado como una forma de restitución y que la tela era una falta de respeto a los roles comunitarios tradicionales de las mujeres cree.

Manifestación exigiendo poner fin a la violencia contra las mujeres indígenas en Canadá. (Foto: Canadian Press / Graham Hughes)
Simpson dijo que la mano roja en el cuadro representa para muchas personas en la comunidad indígena un símbolo destinado a honrar a las mujeres y niñas indígenas desaparecidas y asesinadas (MMIWG), por lo cual su uso en “Hanky Panky” es una falta de respeto, aunque por otra parte, la mano como juguete sexual ya había aparecido en trabajos previos del pintor Kent Monkman.
Murray Sinclair, senador independiente de Manitoba, elogió el trabajo en un mensaje en las redes sociales, destacando que, una vez más, Monkman ha producido «otro monumental testamento del tratamiento de las mujeres indígenas y la indiferencia del público. ¿Cómo? Invirtiendo los papeles de víctima y victimario».

Niñas de las Primeras Naciones arrancadas a sus familias y comunidades en una escuela residencial para indígenas en Cross Lake , Manitoba, en una foto de archivo de febrero de 1940. Este sistema de escuelas establecido por el gobierno de Canadá fue descrito como un intento de genocidio cultural. (Foto: Reuters)
«(Monkman) ha conseguido que la gente se escandalice ante la obscenidad del contenido, en sorprendente contraste con la calma intelectual con la que la gente mira cómo son tratadas las mujeres indígenas. Me gustaría que la gente se ofusque y se enoje tanto ante esta situación como lo hace frente al cuadro de Monkman. Él es talentoso. Es brillante. Se preocupa. ¿Y tú?»
Murray Sinclair, senador independiente de Manitoba.
Tras la lluvia de críticas, el artista lamentó cualquier daño causado. En un mensaje en las redes sociales el pasado lunes, Monkman escribió: «He estado escuchando y aprendiendo de sus comentarios. Lamento profundamente cualquier daño que haya sido causado por el trabajo. Reconozco que los elementos que había incluido para indicar que había consentimiento no son lo suficientemente prominentes, y ahora veo cómo puede parecer el cuadro».
Como toda obra de arte que cuestiona los valores en circulación dentro de una sociedad, este cuadro, al igual que el cuadro del pintor Juan Domingo Dávila, de un Simón Bolívar con senos de mujer que causó la protesta de varios países en América Latina, ofrece al público la oportunidad de reconsiderar el trato que históricamente han recibido las mujeres indígenas en Canadá.
Fuente: CBC / A. Grabish / N. Meloney / Radio-Canada / J. Laniel / kenetmonkman.com / Canadian Press / RCI
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