A partir de esta semana, los gigantes tecnológicos Apple y Google dejaron de lado sus diferencias y pusieron a disposición de las autoridades sanitarias en 23 países, una serie de soluciones informáticas para el desarrollo de aplicaciones de rastreo de contactos para seguirle los pasos al coronavirus.
Las dos empresas, que entre ellas poseen casi el 95% del mercado de teléfonos inteligentes en el mundo, unen sus conocimientos y capacidades a partir de esta semana para que estos gobiernos, a través de sus sistemas de salud pública, puedan utilizar esta tecnología para combatir el Covid-19.
Las empresas aprovecharon un comunicado en conjunto para aclarar que no se trata de una aplicación específica sino más bien de una interfaz de programación que los organismos podrán utilizar según sus necesidades y el plan de cada gobierno en el caso de crear una aplicación de rastreo y seguimiento de casos de coronavirus.

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Según una noticia de Radio Canadá, con informaciones de AFP, en Europa, una gran cantidad de estados están tomando la dirección de una aplicación basada en la herramienta de Apple y Google. Francia y Reino Unido, por ejemplo, han optado por un enfoque diferente aduciendo que el objetivo es mantener el control total de su solución de rastreo de casos de coronavirus.
La idea de utilizar una aplicación para el rastreo de enfermos no nació gracias al virus Covid-19 sino que se remonta al año 2014, durante el brote de Ébola en Guinea. En aquel momento, la investigadora Anne Liu, trató de convencer a diversos funcionarios de salud pública para utilizar aplicaciones para ayudar a controlar la propagación y la proliferación de casos, pues si bien la política de localizar a las personas que habían estado en contacto o interactuado con un enfermo estaba en funcionamiento, todo el proceso se hacía manualmente. El problema es que en el 2014, las tecnologías no estaban tan avanzadas y la idea del seguimiento gracias a los teléfonos no era una idea fácil de vender.
Hoy en día, gracias a que gran parte de la población mundial tiene acceso a un teléfono inteligente, la tarea es mucho más fácil aunque el problema tiene que ver con las cuestiones de privacidad y la aceptación por parte de los usuarios. 28 países tienen hoy en día una aplicación para luchar contra el Covid-19, entre ellos, Corea del Sur, Australia, Singapur, Nueva Zelanda, China, India, Reino Unido y Francia. En el caso de Canadá, es la provincia de Alberta, ubicada al oeste canadiense, la que anunció públicamente el lanzamiento de una aplicación móvil para teléfonos inteligentes de uso voluntario hace algunas semanas, para el rastreo y seguimiento de personas enfermas de coronavirus y sus contactos. La provincia de Quebec, una de las más afectadas por el nuevo virus, está en pleno desarrollo de una aplicación de características similares a las de Alberta pero sin intervención de las herramientas de Google y Apple. En cualquiera de los casos, para que una app de estas características funcione correctamente y sea efectiva, el 60% o más de la población debería utilizarla, según un estudio publicado en la revista Science.
A grandes rasgos, el objetivo de estas aplicación es bastante sencillo. Los teléfonos inteligentes que tienen la aplicación instalada se comunican con otros dispositivos que tengan la misma aplicación utilizando diversos modos de conexión, como por ejemplo el Bluetooth (Apple y Google optaron por esta tecnología, que permite el seguimiento de otros teléfonos sin rastrear ubicación específica). Si un usuario da positivo, la aplicación enviará un mensaje a todas aquellas personas que hayan estado cerca del contagiado.
La revista The Verge explica que el enfoque de la comunicación vía Bluetooth tiene limitaciones, por ejemplo, que la señal que dispersa es bastante amplia, y puede tener dificultades para reconocer si dos teléfonos (personas) están lo suficientemente cerca para que los usuarios puedan haberse contagiado el virus. Otro problema es que el sistema es incapaz de monitorear si los usuarios no están usando la aplicación con el bluetooth activado, lo que restringe sus capacidades, y ni que hablar si la persona no tiene instalada la app. En definitiva, el monitoreo podría no ser suficiente si tiene poca aceptación por parte del público. Algunos expertos indican que si bien las aplicaciones con estas características no serán un sustituto fiable del rastreo manual de contactos, ayudarían bastante si son bien utilizadas asumiendo parte del trabajo que hasta ahora se hace a mano.

Mientras más gente utilice las apps, mejor. iStockPhoto.com
Según los especialistas, el mayor desafío para el éxito de estas campañas digitales de salud pública tienen que ver con la adopción por parte del público de las aplicaciones creadas por sus gobiernos. La posibilidad de rastreo y de éxito de éstas es directamente proporcional a la cantidad de personas que adopten su uso.
Valérie Pisano, Presidente y CEO de Mila, del instituto de investigación en tecnología que está desarrollando la app para la provincia de Quebec, aseguró que «las encuestas informan que entre el 60 y el 80 por ciento de la población dice que estaría dispuesta a instalar una aplicación de rastreo. Estos datos son muy alentadores pues con esa tasa de aceptación, las aplicaciones, basadas en el sistema de Google y Apple o cualquier otra infraestructura tecnológica, daría muy buenos resultados para el rastreo de casos de coronavirus.
Mensajes claros por parte de la Salud Pública de los gobiernos
La comunicación entre los gobiernos y los ciudadanos en torno a la pandemia no ha sido del todo clara en ciertos países. En algunos por la censura aplicada de parte de los gobiernos, y en otros por la aparente ineptitud de los funcionarios que transmitieron mensajes erróneos, y en algunos casos disparatados. Los expertos explican que los usuarios en general deben entender “exactamente” para qué sirve esta nueva tecnología y cómo se utiliza para que tenga una alta aceptación. Una campaña de educación importante deberá ser llevada a cabo explicando detalladamente las funcionalidades, los mensajes de alerta y lo que se debe hacer con toda esa información. Una alerta no significa puntualmente que el usuario esté bajo un peligro inminente y a través de una buena campaña de información se podrán tomar los recaudos necesarios para hacer una utilización responsable y a conciencia de esta nueva tecnología.
Fuentes: Radio-Canada, The Verge, AFP, CNBC, MIT Tech.
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