Un informe de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación publicado en 2015 determinó que Canadá cometió genocidio cultural contra los pueblos indígenas y que utilizó las escuelas residenciales indígenas como su principal arma.(Edmund Metatawabin collection / Algoma University)

Denuncian intento de bloquear acceso a datos sobre las escuelas residenciales

Los intentos del gobierno federal de Canadá de controlar los registros producidos por una organización que procesó más de 38.000 denuncias de abusos en escuelas residenciales para indígenas es una forma de “colonialismo moderno” y “una farsa legal”, según los supervivientes que fueron forzados a permanecer en esas instituciones.

Un informe de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación publicado en 2015 determinó que Canadá cometió genocidio cultural contra los pueblos indígenas y que utilizó las escuelas residenciales indígenas como su principal arma.

Aproximadamente 150.000 niñas y niños indígenas pasaron por las escuelas residenciales que tuvieron más de un siglo de existencia.

La Comisión de la Verdad y la Reconciliación estableció que el genocidio cultural se define como la «destrucción de aquellas estructuras y prácticas que permiten al grupo continuar como un grupo».

Los Estados que participan en el genocidio cultural tienen como objetivo destruir las instituciones políticas y sociales mediante la incautación de tierras, la persecución de líderes espirituales, la prohibición de idiomas, la proscripción de prácticas culturales, la restricción de la circulación y la disrupción de las familias para que los valores culturales no puedan transmitirse a las generaciones sucesivas, según el informe.


«Estas medidas formaban parte de una política coherente para eliminar a los indígenas como pueblos distintos y asimilarlos a la cultura general canadiense en contra de su voluntad…  Las escuelas residenciales se convirtieron rápidamente en un elemento central de la política aborigen del gobierno federal.»

Comisión de la Verdad y la Reconciliación


El indígena canadiense Garnet Angeconeb, quien sobrevivió a la escuela residencial de Pelican Lake, recibió la Orden del Canadá en 2013. (Presentado por Garnet Angeconeb)

En esta nueva lucha entre los indígenas canadienses y el Gobierno de Canadá, Ottawa ganó una ronda inicial en el litigio en curso sobre el destino de los registros en poder de la Secretaría de Adjudicación Independiente de las Escuelas Residenciales, obteniendo una orden que bloqueaba la creación de informes estadísticos detallados que identificaran qué escuelas residenciales estaban vinculadas a la mayoría de las denuncias de abusos.

Ottawa también alegó con éxito que era propietario de los expedientes de la secretaría y que debían ser transferidos al Departamento de relaciones con los indígenas, que a su vez los entregaría a la Biblioteca y Archivos del Canadá, en lugar de transferirlos directamente al Centro Nacional para la Verdad y la Reconciliación, que fue creado como un archivo para los documentos de las escuelas residenciales.

«Todos los registros derivados del proceso de reparación del legado de las escuelas residenciales indígenas deberían ser de dominio público y no estar sujetos a más disputas legales», dijo en un correo electrónico. Garnet Angeconeb, recipiendario de la Orden del Canadá, y quien en su infancia fue enviado a la Escuela Residencial Indígena Pelican Lake, cerca de Sioux Lookout, provincia de Ontario.


«A menudo escuchamos decir que el legado de las escuelas residenciales indias es nuestra historia ‘colectiva’ o ‘compartida’ como país. ¿Por qué, entonces, una de las partes está llevando esta historia contemporánea a través del uso de la ley? Parece, huele y se siente como un colonialismo moderno del más puro.»

Garnet Angeconeb, sobreviviente de las escuelas residenciales indígenas en Canadá.


El juez de la Corte Superior de Ontario, Paul Perell, se pronunció en enero en contra de la publicación de informes estadísticos detallados que incluyeran el número y el tipo de reclamaciones a las que estaba vinculado cada internado, así como la publicación de perfiles generales de los supervivientes que presentaron reclamaciones, argumentado hacer esto haría poco para promover la verdad y la reconciliación.

Esta información habría sido tomada de la base de datos de la secretaría, que conserva casi dos décadas de información sobre cada reclamo presentada desde que comenzó el proceso de indemnización.

Lorna Standingready, izquierda, una sobreviviente de las escuelas residenciales, es consolada durante la ceremonia de clausura de la Comisión de la Verdad y Reconciliación de Canadá en Rideau Hall, Ottawa. © (Blair Gable / Reuters)

Los abogados del Gobierno de Canadá argumentaron que las estadísticas detalladas podrían identificar a los supervivientes individuales a pesar de las salvaguardias prometidas por la secretaría y violar una decisión de la Corte Suprema de Canadá de 2017 que prohibía el archivo de la información de las reclamaciones individuales procesadas por la secretaría a menos que los supervivientes lo solicitaran activamente. El juez Paul Perell estuvo de acuerdo con este argumento.

Si los supervivientes no solicitan que sus reclamos sean archivados, esos registros de reclamaciones personales serán destruidos en 2027.

En su decisión, Perell hizo una analogía sobre el Holocausto.

«Así como la historia del Holocausto no será diferente por no saber qué campo de concentración fue peor, Auschwitz o Treblinka, no veo cómo se podrá avanzar en la verdad y la reconciliación mediante informes que identifiquen qué escuela fue la peor de las peores o que clasifiquen por orden las escuelas donde ocurrieron más agresiones sexuales entre estudiantes que abusos de parte del personal», escribió Perell.

Doris Bergen, profesora de estudios sobre el Holocausto en el Centro Anne Tanenbaum de Estudios Judíos de la Universidad de Toronto, dijo que la analogía presentada por el juez es errónea.

«Hay una enorme diferencia en distinguir Treblinka de Auschwitz», dijo Bergen.


«Mirar los datos con más detalle no significa hacer preguntas casi simplistas, como qué lugar era peor. Se trata de decir ‘¿Cómo funcionan las cosas aquí?’ Ese tipo de distinciones se convierten realmente significativas.»

Doris Bergen, profesora de estudios sobre el Holocausto, Universidad de Toronto.


Niñas arrancadas a sus familias y comunidades en una escuela residencial para indígenas en Cross Lake , Manitoba, en una foto de archivo de febrero de 1940. Este sistema de escuelas establecido por el gobierno de Canadá fue descrito como un intento de genocidio cultural. (Foto: Reuters)


«Siento que, cuando hablamos de escuelas residenciales y de la destrucción más amplia de vidas y comunidades indígenas, de alguna manera es suficiente decir que es terrible… Pero si realmente te importa una cosa, te importa lo suficiente como para aprender sobre ella en detalle, porque es el detalle lo que la hace real.»

Doris Bergen, profesora de estudios sobre el Holocausto, Universidad de Toronto.


Por su parte, el Centro Nacional para la Verdad y la Reconciliación apelará ese fallo dictaminado en enero pasado. La Asamblea de las Primeras Naciones (AFN), signataria del Acuerdo Resolutorio sobre las Escuelas Residenciales Indígenas, está involucrada en el litigio.

El jefe nacional, Perry Bellegarde, dijo en una declaración enviada por correo electrónico que la organización está haciendo lo necesario para la protección de «los derechos e intereses» de los supervivientes y de que «nadie vuelva a ser víctima de nuevo al buscar compensación por los abusos».

El Jefe de la Asamblea Nacional de las Primeras Naciones, Perry Bellegarde en una foto de archivo del 26 de enero de 2016. Foto: ©REUTERS/Chris Wattie)

El indígena canadiense Mike Cachaghee fue enviado a tres escuelas residenciales en Ontario: John’s en Chapleau, Bishop Horden en Moose Factory, y Shingwauk en Sault Ste. Marie.

Cachaghee dijo que el gobierno se está escondiendo detrás de argumentos sobre la privacidad de los sobrevivientes solo para protegerse y evitar la divulgación de los registros y la información. 


«A lo largo de todo el proceso, la primera preocupación [del Gobierno de Canadá] fue limitar su riesgo… no se trata en absoluto de la protección de la identidad de los demandantes… Es sólo otra manera de protegerse y reducir riesgos… Es una farsa; es una farsa legal».

Mike Cachaghee, indígena canadiense.


Cachagee dijo que es vital preservar la mayor cantidad de registros en poder de la Secretaría de Adjudicación Independiente de las Escuelas Residenciales, porque una vez que todos los sobrevivientes hayan fallecido, lo único que quedará para contar la historia serán los documentos y testimonios registrados.

Mujeres indígenas asesinadas o desaparecidas en Canadá.
Photo Credit: CBC


«Es nuestra historia sobre la forma en que Canadá nos trató. No es la historia de la forma en que nosotros tratamos a Canadá… La preservación de nuestra historia sobre cómo fuimos tratados es fundamental para entender lo que somos ahora y lo que seremos en el futuro».

Mike Cachaghee, indígena canadiense.


Para Angeconeb y Cachagee el Acuerdo Resolutorio sobre las Escuelas Residenciales Indígenas necesita ser examinado de manera exhaustiva e independiente antes de que el proceso de reclamación de indemnización concluya en marzo de 2021. Esto para determinar que fue lo que funcionó y si cumplió o no con su promesa de brindar justicia a las víctimas de las escuelas residenciales para indígenas utilizadas por Canadá para borrar la identidad cultural de los pueblos originarios en este país.

 

Fuentes: CBC / J. Barrera / APTN News / Canadian Press / RCI

Categorías: Indígenas, Política, Sociedad
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