Según la FAO, América Latina, región donde la inseguridad alimentaria ha registrado el aumento más rápido del mundo, no cumplirá con la meta de hambre cero para el 2030. (FOTO: AFP / YAMIL LAGE)

La FAO advierte que el hambre se agravará en América Latina

Este lunes la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por su sigla en inglés) advirtió que para 2030 el hambre podría afectar a un 9,5 por ciento de su población. Esta situación se verá agravada por el impacto del COVID-19.

Desde Roma, la FAO informó que el número de personas que padecen hambre está aumentando. En la última edición de “El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo”, publicado hoy, se estima que casi 690 millones de personas pasaron hambre en 2019, lo que representa un aumento de 10 millones de personas desde 2018 y de casi 60 millones en cinco años.

Según las previsiones del informe, la pandemia del Covid-19 podría provocar para fines de 2020 un aumento de 130 millones en el número de personas afectadas por el hambre crónica en todo el mundo.

En América Latina y el Caribe en el 2019 el hambre afectó a cerca de 48 millones de personas, y esto pese a tener una capacidad más que suficiente para abastecer de alimentos a su población.

“Estamos yendo desde hace cinco años en la dirección contraria. Esto se debe en primer lugar a un débil crecimiento económico (…) y al problema de desigualdad estructural de nuestra región”, dijo en una entrevista con Reuters Julio Berdegué, representante regional de la FAO para América Latina, quien calificó las cifras de hambre como “escalofriantes”.

Según la FAO, América Latina, región donde la inseguridad alimentaria ha registrado el aumento más rápido del mundo, no cumplirá con la meta de hambre cero para el 2030. Peor aún, el número de personas sin acceso a las calorías necesarias para una vida saludable ascenderá a 67 millones, un aumento de 20 millones más que en 2019.

Las ollas comunes se han convertido en una respuesta colectiva al problema de alimentación en muchos países de América Latina. (Foto: WFP/Deivid Torrado)

Por su lado, la CEPAL estima que la pandemia provocará una caída histórica de la economía de América Latina y el Caribe en 2020, lo que significará la peor crisis social de la región en décadas, con millones de nuevos pobres y desempleados.

Julio Berdegué, representante regional de la FAO para América Latina, declaró que “Uno de cada tres latinoamericanos y caribeños este año van a vivir en condición de pobreza, según proyección de la CEPAL, todos ellos amenazados por el hambre (…) Nos preocupa mucho cómo esto va a agravar el riesgo de que esta crisis sanitaria se convierta en una crisis alimentaria”.

Por un lado, en América Latina y el Caribe el problema no es la inexistencia de alimentos sino la falta de acceso a ellos, ya que es la región con el costo más alto para acceder a una dieta saludable, con un valor promedio de 3,98 dólares por día.

Este monto es 3,3 veces más caro que lo que una persona bajo la línea de pobreza puede gastar en alimentos, según el informe hecho por la FAO junto al Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Programa Mundial de Alimentos (WFP), y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).


“Tenemos un mundo de gente que no tiene ingresos para comer siquiera las mínimas calorías para poder sostener su vida, su actividad física y tenemos otros 104 millones a quienes tampoco les alcanzan sus ingresos como para alimentarse saludablemente”.

Julio Berdegué, representante regional de la FAO para América Latina


El funcionario explicó que la FAO y la CEPAL recomiendan como estrategia mantener el comercio mundial y la cadena que conforma el sistema de producción y distribución de alimentos, además de apoyar a quienes viven en situación de pobreza extrema o inseguridad alimentaria.

Acceder a una dieta saludable en América Latina cuesta por lo menos 3,98 dólares por día, por persona. (Foto: CBC).

En ese sentido, Berdegué señaló la importancia de mantener programas sociales como la alimentación escolar y establecer programas de transferencias de ingresos o tarjetas alimentarias como lo ha hecho, por ejemplo, Argentina.

“Es indispensable la acción de los gobiernos pero también de la sociedad civil, estamos llenos de ollas comunes, comedores populares, hay que apoyar toda esa red (…) Las medidas tradicionales no van a ser suficientes. Necesitamos un esfuerzo extraordinario”, concluyó.

En su sitio en internet, este organismo internacional destaca que, desde la fundación de la FAO en 1945, las contribuciones de Canadá le han permitido a la FAO ha llegado a zonas de emergencia en las que el fomento de la capacidad de recuperación y la respuesta a las crisis son cruciales, y ha contribuido a la transformación rural mediante inversiones en la productividad agrícola y las oportunidades de medios de vida, fundamentales para crear un contexto sostenible para una paz duradera.

La FAO trabaja en estrecha colaboración con varios organismos y departamentos canadienses, como el Ministerio de Relaciones Internacionales, el Ministerio de Agricultura y Agroalimentación, el Ministerio de Recursos Naturales, el Ministerio de Pesca y Océanos, el Organismo Canadiense de Inspección Alimentaria y el Gobierno de la provincia de Quebec.

Fuentes: Reuters / FAO / Canadian Press / RCI

Categorías: Economía, Internacional, Política, Sociedad
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