El teletrabajo acentúa los riesgos de muerte por ahogamiento, según un sondeo reciente llevado a cabo en la provincia de Quebec.
El relevamiento sostiene que en lo que va del año se registraron 42 casos de personas que murieron ahogadas, en comparación a las 32 contabilizadas en igual período de 2019.
El 50 por ciento de las personas consultadas reconoció haber estado haciendo tareas de trabajo a distancia mientras sus hijos se encontraban en la piscina.

Los menores no deben estar solos en una piscina. Foto: Anna Reed/Omaha World-Herald via AP.
Del total de los 200 entrevistados para el relevamiento, incluyendo a propietarios de piscinas o que preveían instalar una a corto plazo, la mitad indicó que prevé cuidar de sus hijos y otro 10 por ciento sostuvo que los dejará sin supervisión mientras los adultos complen con su jornada laboral, bajo la modalidad del teletrabajo.
Cada verano, en la provincia de Quebec y en todo Canadá, se multiplican los casos de menores muertos o con accidentes de diversa gravedad, ocurridos en las piscinas familiares.
Según cifras de la Sociedad de Salvataje provincial, 9 de cada 10 niños se ahogan durante un descuido de los padres.
Raynald Hawkins, integrante de esa institución, citado por The Canadian Press, sostuvo que “el ahogamiento es un fenómeno silencioso, que se produce en menos de 60 segundos. La gente no tiene tiempo de responder a un correo electrónico entre dos respiraciones de un niño”, al explicar que una distracción, por más breve que sea, puede tener consecuencias trágicas cuando se deja a los menores a su libre albedrío en una piscina.

Un instante de distracción puede ser trágico. Foto: iStock.
Debido a las limitaciones que impuso el confinamiento durante la pandemia, las personas se vieron obligadas a permanecer en sus viviendas y tuvieron que buscar opciones para el esparcimiento de sus hijos, sobre todo mientras los adultos cumplían con sus obligaciones laborales.
Una de las opciones adoptadas con más frecuencia fue la piscina. Varias empresas dedicadas a la instalación de las mismas vieron su capacidad desbordada ante la demanda inusualmente alta por parte del público.
La suspensión de las clases y el cierre de las guarderías infantiles, durante los primeros meses de la pandemia, obligó a los adultos a repartir su tiempo entre el trabajo y el cuidado de los niños, aumentando las circunstancias de falta de vigilancia y el consiguiente incremento del peligro de accidentes, en ocasiones fatales.
La Sociedad de Salvataje de Quebec recomendó que padres e hijos acuerden un período para que los pequeños tengan acceso a la piscina mientras puedan ser vigilados por un adulto y que, fuera de ese momento, los niños tengan prohibido acceder a la misma.
Al mismo tiempo, la entidad ofrece cursos de auxilio y rescate y en su sitio Internet publica consejos para el público en general y ofertas de empleo para socorristas.
Fuente: The Canadian Press / Sociedad de Salvataje de Quebec.
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