Miembros de las Fuerzas Armadas de Canadá. (Foto: Cole Burston/Getty Images)

Ejército canadiense establece reglas para poner fin a conductas de odio

Por años, acusaciones de racismo o de opiniones neonazis y anti-LGBTQ han erosionado la integridad de las fuerzas armadas canadienses. El difusor público del país, CBC obtuvo ya en septiembre de 2019 una lista con más de 50 casos de presunta conducta de odio y extremista registrados entre 2013 y 2018 en las filas del ejército.

El abogado Rory Fowler, ex oficial jurídico militar, analizó la lista y encontró que sólo cuatro casos se habían traducido en medidas disciplinarias. En muchos casos, el ejército ni siquiera tomó medidas correctivas. Cuando lo hicieron, los militares responsables de esos actos a menudo fueron objeto de advertencias oficiales o asesoramiento y fueron puestos a prueba. A diferencia de un juicio público o un juicio sumario público, las medidas administrativas militares se mantienen confidenciales.

«Si la cadena de mando trata de denunciar estas conductas, si trata de ampliar los castigos para lograr una disuasión general, eso no puede lograrse solamente con medidas administrativas», dijo Fowler. «Las medidas administrativas no son un castigo».

Ante este cuadro, las Fuerzas Armadas de Canadá han dado nuevas órdenes al personal militar. Con estas nuevas normas, los altos mandos están tratando de responder a las acusaciones de no haber sido lo suficientemente severos ante las conductas de odio y discriminación presentes entre los militares canadienses.

Las nuevas órdenes, cuyo propósito es adoptar una línea más dura frente a «conductas de odio», se producen después de una serie de incidentes de gran repercusión en los medios en los que militares en servicio fueron denunciados públicamente por sus vinculados a acciones de odio o por pertenecer a grupos supremacistas y racistas.

El ex reservista del ejército canadiense, el cabo Patrik Mathews, en una foto de 2015, ha sido acusado de tener vínculos con un grupo neo-nazi. (Foto: Courtney Rutherford/CBC)

Estas nuevas normas son establecidas en momentos en que el ejército está trabajando activamente para reclutar más mujeres, minorías visibles e indígenas para asegurar que sus miembros reflejen mejor a la sociedad canadiense y para que sea más capaz de operar en diversos escenarios.

Las nuevas directivas tienen por objeto no dejar ninguna duda sobre lo que constituye una «conducta de odio» al prohibir palabras, imágenes, símbolos o cualquier otro soporte de mensajes, que aliente, justifique o promueva la violencia o el odio contra personas o grupos.

Esto incluye la discriminación en base a la nacionalidad, origen étnico, raza, religión, edad, género, orientación sexual, estado civil o discapacidad.


«Estábamos hablando de diferentes formas de mala conducta: ya sea de orden sexual, acoso o discriminación. La noción de ‘conducta de odio’ nunca fue claramente articulada. Al desarrollar esta definición estamos abriendo nuevos caminos.»

Marc Gagné, mayor general en el Ejército de Canadá.


El personal militar y los miembros del grupo de ultra derecha Proud Boys que interrumpieron una ceremonia Mi’kmaw en Halifax el 1 de julio en 2017. (Foto: Anjuli Patil/CBC)

Bajo la nueva normativa, los miembros de las fuerzas armadas deben informar sobre todos los incidentes. Los comandantes militares deben tomar medidas tras ser informados sobre los incidentes. Se les ha advertido a todos los oficiales que se les pedirá cuentas si no lo hacen.

Entre otras medidas, fue creada una base de datos para hacer un seguimiento de esos incidentes, basada en el sistema creado para vigilar las faltas de conducta sexual en las filas del ejército. También se está desarrollando un nuevo entrenamiento para las tropas, así como un sistema de filtrado de nuevos reclutas.

«La idea es básicamente que tan pronto como ingresas al ejército, las normas son claras como el agua, y las vamos a seguir reforzando a través del entrenamiento y la formación a medida que avanzas en las filas y asumes más responsabilidades», dijo el mayor general del Ejército de Canadá, Marc Gagne.

Bernie Farber, presidente de la Red Canadiense Anti-Odio, describió las nuevas órdenes y definición del concepto como un paso positivo y largamente esperado. Pero dijo que sólo el tiempo dirá si el ejército sigue adelante en la lucha contra los mensajes de odio y discriminación entre las tropas.

Este nuevo enfoque es consecuencia de una serie de incidentes ocurridos en los últimos años en los que se ha acusado al ejército canadiense de no hacer lo suficiente para erradicar la discriminación, el racismo y el odio entre sus miembros.

Bernie Farber, presidente de la Red Canadiense Anti-Odio, describió las nuevas órdenes para el ejército canadiense como un paso positivo y largamente esperado. (Foto: Jeff McIntosh/Canadian Press)

Esos incidentes van desde marineros asociados con el grupo racista y de ultraderecha Proud Boys que interrumpieron una ceremonia de los indígenas mi’kmaq en Halifax en 2017 hasta el caso de un reservista del ejército, Patrik Mathews, que fue acusado de ser un reclutador de un grupo neonazi.

Patrik Mathews se encuentra actualmente detenido en EE. UU. junto con otros dos hombres después de desaparecer de su casa en el pueblo de Beausejour, en la provincia de Manitoba. El FBI los acusó de conspirar para iniciar una guerra racial en nombre de La Base, un grupo supremacista blanco.

Los altos mandos del ejército canadiense también enfrentaron meses de cuestionamientos y críticas después de que un informe de inteligencia militar en 2018 identificó a 30 militares en servicio como pertenecientes a grupos de odio o que habían hecho declaraciones discriminatorias o racistas.

Finalmente, las Fuerzas Armadas informaron en noviembre que 16 miembros fueron advertidos, disciplinados u obligados a seguir una formación de sensibilización, pero que al fin y al cabo se les permitió continuar en las filas. Otros casos fueron descritos como «en tratamiento».

Las nuevas medidas fueron puestas en vigor en momentos en que se ha denunciado el racismo sistémico dentro del ejército, la policía federal y otras instituciones gubernamentales.

El jefe del Estado Mayor de la Defensa, el general Jonathan Vance y la viceministra de Defensa, Jody Thomas, se disculparon el mes pasado por la tardanza de su respuesta sobre la cuestión del racismo sistémico en el ejército.

Los miembros de las Fuerzas Armadas también fueron informados que pronto se darán a conocer políticas y órdenes más detalladas para enfrentar el racismo sistémico.

Según el mayor general del Ejército de Canadá, Marc Gagne, las nuevas órdenes son sólo el primer paso de un esfuerzo mucho más largo para cambiar las actitudes dentro de las Fuerzas Armadas y asegurar que los militares den el ejemplo en la lucha contra los discursos y actitudes racistas y de odio.

Fuentes: CBC / L. Berthiaume / Canadian Press / RCI

Categorías: Política, Sociedad
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